Galeano, los libros y la política

14/04/2015
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Muchas de las notas y artículos relacionados al reciente fallecimiento del escritor uruguayo Eduardo Galeano destacan a esta hora su extensa obra literaria, fundamentalmente en lo relacionado a ese magnífico libro titulado “Las Venas Abiertas de América Latina”, que sirvió para explicar, siempre de forma muy pedagógica, la expoliación a la que fue sometido nuestro continente durante siglos. El motivo de este artículo, entonces, tiene una finalidad que conecta con su obra más reconocida internacionalmente: dar cuenta de las últimas “aventuras políticas” de Eduardo, siempre en sintonía con una mirada particular de la región y el mundo, que bien supo destacar en dichos, letras y frases, pero también en hechos concretos. Veamos:

 

a) Galeano supo ver las resistencias al neoliberalismo a nivel continental, y también apoyó, en la última década y media, a aquellas administraciones que configuraron experiencias posneoliberales.

 

Su simpatía hacia el zapatismo durante los 90´, como uno de los movimientos que se opusieron abiertamente a los Tratados de Libre Comercio en la región durante aquellos años, bien puede dar cuenta de un momento de resistencia al momento que vivía América Latina, luego de la tierra arrasada del neoliberalismo y un supuesto “fin de las ideologías” que el uruguayo discutió con plenitud. Sin embargo, lejos de una posible perspectiva autonomista, la aparición de un conjunto de gobiernos posneoliberales en la región lo ilusionó: allí están sus diversas reflexiones sobre la Revolución Bolivariana; su apego por la Bolivia de Evo y sus trasformaciones económicas y sociales; su recuerdo a Néstor Kirchner tras el fallecimiento del ex presidente argentino, con la frase “será un fuego difícil de apagar”; y su reivindicación de la “dignidad y solidaridad” de Cuba.

 

b) Hugo Chávez devolvió a Galeano a los primeros planos en 2009, cuando le regaló a Bush “Las Venas Abiertas de América Latina” en Trinidad y Tobago.

 

La imagen volvió a circular en las últimas horas, por las redes sociales: en ella se ve a un jovial Hugo Chávez ofrendándole la legendaria obra de Galeano a Obama, durante la Cumbre de las Américas realizada en 2009 en Puerto España. No era para menos: se trataba de la primera reunión de este organismo tras la resonante derrota diplomática norteamericana en Mar del Plata 2005, cuando el propio Chávez, en unidad con Lula y el propio Kirchner, comandaron aquel recordado “Alca, Alcarajo”. Aquella “broma” con fuerte contenido político arrancó las risotadas de los presentes, en particular de Hillary Clinton, Cristina Fernández y Rafael Correa. Pero significó, más allá de la escena en sí, una reivindicación histórica de los pueblos del Sur: una explicación concreta de los antecedentes de sumisión, pero también de resistencia de la región. 

 

c) Meses antes de morir, Galeano apoyó el histórico reclamo de salida al mar para Bolivia.

 

Fue el 26 de febrero de 2015, cuando horas antes de una visita oficial a José Mujica en Montevideo, Evo Morales lo visitó en su casa de Montevideo, para compartir un desayuno. Allí el presidente boliviano, de trato directo con Galeano hasta sus últimos días, le regaló al escritor el denominado “Libro del mar”, que da cuenta de la usurpación de territorios bolivianos durante la Guerra del Pacífico (1879-1883) con Chile. Luego de ver el libro, Galeano apeló a su capacidad de síntesis histórica: propuso a Morales llamar a esta obra “El libro del Mar Robado”, tras lo cual afirmó que “Bolivia es un ejemplo de dignidad para Latinoamérica”.

 

d) Galeano reapareció, en silencio, durante la Cumbre de las Américas de Panamá 2015

 

En la última Cumbre de las Américas, Galeano volvió a aparecer en el debate público regional, una vez más, pero en silencio. Lo hizo a través de una firma, con fecha 5 de abril de 2015, contra el decreto ejecutivo de Barack Obama que considera una “amenaza” a Venezuela. La historia es bien concreta, entonces: una planilla con sus datos se sumó a las más de 11 millones de rúbricas que, desde Venezuela y otras partes de la región, fueron llevadas a Panamá por el gobierno de Maduro. Mientras el debate en Panamá se realizaba entre los Jefes de Estado, Galeano estaba internado, pero llevaba adelante, posiblemente sin saberlo, su última acción política.

 

Estos cuatro momentos grafican la intensidad del personaje que se acaba de ir, y que llora a estas horas toda América Latina. Al fin y al cabo, se trata de otro fuego que será difícil de apagar y crecerá conforme las nuevas generaciones encuentren su obra, sus textos, pero también su praxis política. 

 

Juan Manuel Karg / @jmkarg

Politólogo UBA / Analista internacional

 

https://www.alainet.org/es/articulo/168940?language=es
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