El Papa Francisco en América Latina

03/07/2015
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El Papa Francisco visita tierras americanas, Ecuador, Bolivia y Paraguay, tres naciones que representan la América Latina profunda, aquella donde impera la pobreza, la desigualdad y donde coexiste la violencia y la esperanza. Como en el resto de la región, la Iglesia en estas latitudes ha tenido una presencia histórica que la ha identificado con los poderosos, Iglesia y Estado constituyen el primer binomio de una ecuación más que centenaria. No obstante, existe un segundo binomio en esta ecuación que no puede ser soslayado, nos referimos, desde luego, a la profunda identidad entre Nación y Catolicismo. Así, entonces, el Sumo Pontífice llega a un mundo mayoritariamente católico.

 

Si bien las visitas papales poseen, de manera ineluctable, dimensiones planetarias y celestiales, no parece casual que sea Ecuador el primer país hispanoparlante que visita el Papa Francisco. Un pequeño país que vive un profundo proceso de reformas democráticas y modernizaciones - no exento de tensiones y nubarrones -, presidido por un presidente católico, Rafael Correa. Más allá de las contingencias locales, lo cierto es que la figura de Correa ha alcanzado estatura internacional como líder de una “revolución ciudadana” que es mirada con atención en todos los rincones del orbe.

 

El primer encuentro del Papa Francisco con sus fieles posee características inéditas; por de pronto, se trata de un Pontífice argentino que conoce muy bien la realidad de estos países. Se trata, además, de un Papa sensible a los cambios y a su tiempo histórico, más bien distante del tradicional conservadurismo del Vaticano. En pocas palabras, estamos ante un Pontífice que nos trae a la memoria a Juan XXIII y que podría ser calificado de renovador en muchos aspectos.

 

En su última Encíclica, LAUDATO SI (Alabado seas), el Papa Francisco deja muy en claro su inspiración en San Francisco de Asis cuando hace explícita su crítica ante las sociedades contemporáneas que han hecho del consumo un modo de vida, prescindiendo del respeto a la naturaleza y de todo principio de solidaridad: “Pero hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres” .

 

El mensaje papal y su reclamo por una “ecología integral” posee un alcance intelectual y moral que lejos de ser un planteamiento ingenuo o infantil se erige como un pensamiento lúcido y macizo ante los excesos del tardo capitalismo neoliberal que impera por doquier, depredando los recursos naturales y marginando a amplios sectores de la humanidad en todos los continentes. El mensaje del Santo Padre exige una “comprensión generosa”, un entendimiento que va más allá de lo que encierran los conceptos. Si durante muchos años la idea de Dios pareció abstracta y, para muchos, lejana, el mensaje del actual Vicario de Cristo viene a actualizar dicha noción. Se trata, en rigor, de un mensaje para creyentes y no creyentes. No podría ser de otro modo ante la grave crisis planetaria en que, como nunca antes, estamos sumidos.

 

El arribo del Papa viene a señalar la hora - en este siglo XXI- en que el mensaje eterno debe ser escuchado y entendido por todos, se trata de una voz que habla a todas las criaturas en este planeta, más allá de sus creencias y circunstancias particulares. Es claro que la visita papal posee un contexto histórico concreto, sin embargo, el periplo del Papa  excede con mucho los avatares inmediatos en que se encuentran sumidas las tres repúblicas sudamericanas para instalarse en un horizonte  de comprensión histórica mucho más vasto. El Papa Francisco es el mensajero de una voz sempiterna que se ha tornado urgente y necesaria, una voz inspirada en la paz, en la solidaridad, en la misericordia, en el amor al prójimo. Una voz que nos concierne a todos los humanos, una voz que clama por nuestra propia responsabilidad y por nuestra generosidad.

 

Álvaro Cuadra

Investigador y docente de la Facultad de Comunicación Social (FACSO). Universidad Central del Ecuador. UCE.

https://www.alainet.org/es/articulo/170855?language=es
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