Indignarse no basta: cuál es la ruta…

20/08/2015
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 antorcha
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A medida que pasan las semanas y se avecina una nueva movilización de las antorchas las contradicciones a lo interno del movimiento parecen más latentes y la percepción externa de la crisis es más que visible. La ausencia cada vez más notoria de antorcheros y antorcheras que dejaron de caminar y encender el fuego de cada viernes denota no solo el agotamiento “normal o natural”, sino cierta frustración ante las pocas victorias populares en esta etapa. La ausencia de una conducción estratégica de carácter nacional, no verticalista ni centrista aunado a la ausencia de una articulación con otros sectores de indignados e indignadas comienza a develar lo frágil que puede ser un movimiento joven desprovisto de cierta identidad de clase, -la identidad de clase necesaria para dar la pelea con el enemigo verdadero.

 

El Movimiento de las Antorchas es un movimiento joven y está conformado no solo por juventudes, también por esa juventudes acumuladas capaces de hacer la avanzada ante los barrotes de una Corte Suprema de Justicia por la liberación de un periodista perseguido y criminalizado por exponer en la pantalla de televisión la barbarie cometida por el régimen de Juan Orlando Hernández (JOH); por dar a conocer el saqueo de los recursos financieros del IHSS y la denuncia por casi 3000 personas fallecidas a causa de este flagelo político que solo puede interpretarse como la máxima expresión del nepotismo y la corrupción durante los dos recientes gobiernos nacionalistas, el de Porfirio Lobo y actualmente Juan Orlando Hernández.

 

Más de treinta días de huelga de hambre y millones de antorcheros movilizados a nivel nacional pero algo falta, algo es urgente y ese algo, ese ethos colectivo, es la victoria aún lo lograda de un pueblo rebelde que pese a tantos golpes se niega a claudicar.

 

¿Cuál es el dilema que enfrentamos entonces?

 

PRIMERO: La insistencia en la CICIH (Comisión Internacional contra la Impunidad en Honduras) como la única consigna ha invisibilizado otras demandas:

 

a) Salida inmediata del Fiscal General y Fiscal Adjunto

b) Juicio político en contra de JOH y demás involucrados en el saqueo al IHSS.

 

A estas demandas se sumaron a partir de la huelga de hambre nuevas demandas sectoriales, territoriales, de pueblos indígenas, del pueblo Tolupán y la demanda por una Asamblea Nacional Constituyente. Sin embargo, estas y otras demandas han dejado de ser visibles ante la única bandera que hoy se posiciona, la CICIH. (no significa que no sea de importancia la CICIH pero no reside allí toda la lucha de las y los indignados de Honduras).

 

¿Cuál es la propuesta ante este primer dilema?

 

Además de la CICIH se hace urgente levantar las dos exigencias expuestas y todas las demandas y exigencias de un pueblo indignado que defiende la tierra, su agua, su cultura, sus semillas criollas, su autodeterminación como pueblos originarios, el derecho de los pueblos a decidir sobre sus territorios, el derecho de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos, el derecho a un Estado Laico.

 

SEGUNDO: Al inicio de las movilizaciones se generó ese debate casi sin sentido pero que realmente ha servido para que exista mayor comprensión de esa categoría política de lo político y la política partidaria. El ser político y la política partidaria-electorera como dos categorías distintas. Una fuerte tendencia pujó para hacer ver que esta lucha no era política sino ciudadana, otras y otros llevaron el debate desde elementos teóricos e hicieron un buen aporte demarcando la frontera entre una y otra definición, puntualizando que la lucha de las y los indignados es una lucha eminentemente política pero no política partidaria.

 

Sin embargo, este debate de lo político y lo no político partidario trajo consigo algunas decisiones que vale mencionar:

 

1. Se acordó que ninguna bandera debía sobresalir excepto la bandera nacional, con esto evitar que el Partido Liberal, PAC y LIBRE se posicionaran de las movilizaciones con sus símbolos identitarios. Sin embargo, se impidió al FNRP y otras organizaciones ir con sus banderas al frente de la movilización, decisión que generó conflictos por las identidades, pero que al fin y con la idea de no fracturar la movilización como un espacio amplio donde los actores que durante el golpe de Estado del 2009 no se movilizaron, y sin querer entrar en contradicciones prematuras con una clase media golpeada por JOH, el FNRP y otras organizaciones sociales y populares bajaron un poco sus banderas y dejaron ir a la cabeza de la movilización a miembros de Oposición Indignada con la bandera nacional.

 

¿Cuál es el dilema hoy día?

 

La ausencia de una conducción estratégica hace de la movilización y del movimiento un sujeto vulnerable ante la avalancha de la derecha y de JOH. La trama mediática de los periodistas Renato Álvarez y Rodrigo Wong Árevalo son la máxima expresión de cómo la derecha utiliza e instrumentaliza el movimiento o ciertas acciones para los interés de su clase o de la clase que representan.

 

Ante esta envestida, se hace urgente que todas las organizaciones sociales y populares indignadas en contra del régimen de JOH, levanten en cada movilización de los 18 departamentos y en el departamento 19 la identidad de sus organizaciones y articulaciones de lucha, A LEVANTAR BANDERAS: Organizaciones campesinas, indígenas, feministas, artistas, estudiantes, colectivos de base, organizaciones obreras, defensoras de DDHH, etc.

 

TERCERO: Oposición Indignada es una organización, una manifestación orgánica y representa el colectivo que dio los primeros pasos y tiene el reconocimiento popular por haber encendido las primeras antorchas de indignados e indignadas. Sin embargo, cada ciudad o pueblo ha buscado su manera muy propia de organizarse incluso, existe hoy día una Plataforma de indignados, una mesa nacional de indignados compuesta por mesas de cada ciudad y, éstas y otras formas de organización no son solamente válidas sino necesarias.

 

¿Cuál es el dilema?, el dilema es que no existe una articulación de las luchas nacionales, territoriales o sectoriales, más existe una disputa de hegemonía del movimiento que fragmenta y vuelve esta posibilidad de acumulación de fuerza nacional en pequeños ejercicios de rebeldía que sin la constancia debida fragmenta y en vez de fortalecer el movimiento nacional lo debilita.

 

En tal sentido, se hace más que urgente una articulación nacional de las luchas de indignados e indignadas. Una articulación que pasa por el consenso y la horizontalidad en la toma de decisiones cuando estas sean de carácter nacional e involucran a otros movimientos y organizaciones que hoy forman parte del Movimiento Nacional de indignados. (Diferenciar un movimiento nacional de indignados e indignadas con las otras manifestaciones: Oposición indignada, mesas de indignados, plataforma de indignados, artistas indignados, médicos indignados etc.).

 

CUARTO: Este numeral cuatro no voy a desarrollarlo solamente poner en la discusión el dilema, mismo que está vinculado al agotamiento del sistema de representación partidaria. El escenario de hoy es por la demanda de una CICIH y las demás exigencias pero en un año o año y medio el escenario será otro, serán aspirantes, candidatos a Alcaldes, diputados y presidenciables que estarán prometiendo quizá, una CICIH, la que JOH negó al pueblo, candidatos ofreciendo Juicio Político para JOH, candidatos ofreciendo cárcel para quienes saquearon el IHSS, etc. Y quizá más discurso de lo mismo.

 

¿Cuál es el dilema entonces?, seguirá el pueblo indignado de pega afiches, de escalera para quienes históricamente ven en el Estado un Estado botín, un Estado paraguas, benefactor de intereses personales y familiares, un Estado secuestrado, descuartizado como si de una res se tratase. Ese es el dilema, o se salva ese Estado secuestrado y se reconfigura desde una nueva concepción, un nuevo Estado, popular, humano, anticapitalista, antiimperialista y anti patriarcal o, se cae en la trampa de cada 4 años de verbo y más verbo pero sin cambios, sin transformaciones, sin verdaderas revoluciones. ¿Se repetirá la historia de cada 4 años? O el pueblo indignado será capaz plantearse otras formas de recuperar el Estado.

 

Finalmente ni la OEA ni la ONU son la salida a la crisis. Son expertos en neutralizar crisis a favor de los intereses del imperio norteamericano. Está más que demostrado que la OEA responde a los intereses de gobiernos y no de los pueblos. El caso de Inzulsa para el golpe de Estado del 2009, quien solo fraguó la transición de un régimen a otro, de Michelleti Baín a Porfirio Lobo y de éste a Juan Orlando. (Acuerdo de San José y Acuerdo de Cartagena). Las fraudulentas elecciones pasadas para citar.

 

Agosto, 18, 2015

 

https://www.alainet.org/es/articulo/171858?language=es
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