Revolución contra smartpower
- Opinión
Es indiscutible que, aunque no declarado, Latinoamérica ha entrado en una etapa de gran convulsión, y enfrenta potenciales focos de inestabilidad que podrían detonar nuevos escenarios bélicos en un futuro no muy distante. La idea de que la voluntad de las mayorías producirían democracia de forma automática, y con ellos paz y buen vivir, se ha visto alterada por factores externos que no estarán conformes nunca con la voluntad popular.
Estados Unidos impuso sus intereses en Guatemala con la creación de la CICIG
Durante década y media, desde la derrotada intentona de Golpe de Estado contra el presidente Chávez en Venezuela, esos grupos externos, con la complicidad de las oligarquías locales han buscado la forma de desconocer la democracia, que, objetivamente, solo es buena para ellos si no le sirve para nada a la sociedad. A lo largo de esa búsqueda se dieron varios ensayos, lo que nos deja entrever un continuum en la práctica, y descarta la opción más obvia de golpes coyunturales.
El innegable avance de las democracias populares en nuestro continente, nos ha dejado también una secuela de eventos desestabilizadores contra la consolidación de una nueva visión integracionista y unitaria. Desde el Golpe de Estado Militar producido en Honduras en el año 2009 hasta el reciente Golpe de Estado perpetrado en Guatemala contra Otto Pérez Molina, se han afinado muchos métodos que deben ser vistos como un todo.
En Honduras, se produjo de inmediato una reacción popular de resistencia que perdura hasta hoy. A partir de esa experiencia se han refinado mucho las tácticas de agresión en nuestros países, hasta el punto de lo sucedido en Guatemala que acontece bajo el respaldo absoluto de la gente enardecida contra la corrupción.
¿Cómo lograr este nivel de perfeccionamiento? ¿Cuál es el propósito, el objetivo? Sabiendo que los centros de inteligencia de Estados Unidos, en muchos casos privados, invierten enormes cantidades de dinero en la construcción de estrategias de dominación de mediano y largo plazo, no debería resultar descabellado pensar en patrones que se aplican en nuestros países, considerando sus particularidades pero explotando las cosas que estos tienen en común.
En principio debemos ver que la construcción institucional de todos nuestros países durante el siglo XX está estrechamente vinculada con esos centros de inteligencia que hemos mencionado. Ellos sembraron las “semillas” que hoy han venido a cosechar. Si hay algo común entre todos nuestros países, la corrupción ocupa una posición preponderante. La corrupción crece, se reproduce en nuestras sociedades a lo largo de los años como la mejor herramienta de prosperidad de nuestras clases dominantes, sin ella muchas fortunas y aristocracias no existirían. Realmente hemos coexistido mucho tiempo con la corrupción.
Claro la corrupción se convirtió en un esquema complejo, del que muy pocos conocen todas sus conexiones y sus principales actores. Si hay organismos que conocen íntimamente esa complejidad, porque han sido parte y se han servido de ella, son aquellos que hoy se declaran paladines de la anticorrupción. Cada nombre, cada cuenta de banco, cada ilícito, todo. Es impensable que los que otorgan préstamos a estos países no supieran como los mismos son financieramente drenados.
Establecida la conexión histórica, vemos que la maquinaria mediática anticorrupción se echa a andar deliberadamente por aquellos que la han consolidado. Sin embargo, podemos afirmar que esa estructura no está ni ha estado amenazada en ningún momento. Ni Baldetti y Pérez Molina en la cárcel, ni siquiera una CICIG para Honduras estarán destinadas a terminar con el flagelo, simplemente porque el objetivo es terminar con la revolución y la democracia popular.
El papel de los medios de comunicación son factores tan importantes como también los son países subordinados al poder inteligente que dirige la política imperial, ese sería el caso de Guatemala, Honduras y Colombia. En este plan descubrimos también otro asunto central: las fronteras nacionales; resulta que estos tres países comparten líneas fronterizas con El Salvador, Nicaragua, Venezuela y Ecuador, los cuatro con gobiernos progresistas. Además, los tres países mencionados mantienen presencia militar estadounidense en sus territorios.
Si los medios de comunicación sirven para inocular ideas contrarrevolucionarias, descontento, rumores, calumnias, etcétera, las fronteras son muy útiles para permear otros males, que van desde la inseguridad, hasta la especulación económica. No debemos, dejar de lado las redes sociales, en las que todos los días se libra una férrea batalla por la verdad. Fijémonos en las imágenes que nos plantan los medios de comunicación, que desde hace rato manejan reportes ficticios y noticias que ponen al Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello como narcotraficante o a la hija del comandante Chávez como la mujer más rica con una inmensa fortuna.
Del mismo modo que más de una vez colocaron al comandante Fidel Castro como uno de los hombres más ricos del mundo, presentan fotografías de hijos de líderes revolucionarios con relojes de 20,000 dólares, y cosas por el estilo. Aquí aparece el asunto de la cruzada anticorrupción dirigida desde el poder inteligente o “Smart Power” Con las experiencias en Honduras y Guatemala, queda claro que nuestras sociedades son susceptibles de reaccionar colectivamente contra los corruptos, el problema es que dirigen su atención hacia el escándalo, y ese solo alcanza dimensión colectiva a través de las noticias.
Por esa razón, las movilizaciones son de carácter apolítico y no ideológico, la gente en accionar colectivo dirige su ira contra personajes predeterminados por el poder inteligente, y, además, es despojada de todo potencial revolucionario. Bajo este guion, ninguna insurrección popular es viable, pues las masas se mantienen desorganizadas, esperando la guía también previamente seleccionada y totalmente cooptada por el poder inteligente. No es extraño que a Pérez Molina lo quieran linchar por corrupto pero nadie recuerde sus crímenes contra la humanidad.
Las movilizaciones nunca abandonan el marco al que han sido confinadas, y a menudo entran en profundas contradicciones de visión, pues son llevadas, sin darse cuenta a relativizar otros problemas de gran envergadura, hasta simplemente olvidarlos. Son masas que se mueven incansablemente al margen de la realidad que las afecta, con un solo objetivo en la cabeza, capaces de olvidar todo, para terminar regresando a un mundo peor que el dejaron cuando comenzaron su cruzada.
Este es un tema que no puede abarcarse en un solo artículo, pero requiere mucho debate. La derecha simplemente recurre a lo que ellos llaman sentido común, sino veamos la campaña mediática que ha llevado a poner a Colombia como una víctima por el cierre de la frontera por parte del gobierno bolivariano. Hace unos días, The Economist, afirmaba que se trataba de la necesidad del presidente Nicolás Maduro de lanzar cortinas de humo sobre su propia realidad de cara a las elecciones de diciembre. En ningún caso se ha mencionado el atroz sabotaje que sufre el pueblo bolivariano.
El problema, es que esta propaganda se filtra hacia la sociedad venezolana, tanto por los medios de comunicación de la derecha, que siguen siendo abrumadoramente mayoritarios, como a través de la infiltración de entes subversivos a través de las fronteras.
La decisión de cerrar la frontera venezolana con Colombia, ha arrojado valiosa información que nos permite colegir muchas cosas: En este sentido, vemos cómo el gobierno ecuatoriano toma medidas respecto a su frontera con ese país hermano, cuyo pueblo ha sido desangrado por la misma oligarquía, que hoy apunta a destruir la patria de Bolívar.
Queda planteado para el debate el tema de la guerra frontal entre nuestro proceso revolucionario continental y el Smart Power. En este artículo hay muchos aspectos que apenas son tocados, y otros que han quedado fuera, es por eso que debemos trabajar mucho en esto.
13 septiembre 2015
http://www.telesurtv.net/bloggers/Revolucion-contra-smartpower-20150913-0002.html
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