Ínfima presencia
- Opinión
Todo cambió pero hasta ahora, en muchas cosas, todo sigue igual. En términos de equidad de género, las mujeres observamos una insignificante mejoría. El sui géneris proceso electoral significó, en términos reales, una manifiesta situación de persistencia de desigualdad en cuanto a la presencia de la mujer en cargos de elección popular, especialmente en el ámbito municipal, en donde se redujo el número de alcaldías que estarán dirigidas por ellas. En el período anterior hubo 13 alcaldesas, mientras que ahora únicamente nueve de las 338 alcaldías; es decir, el ínfimo resultado del 2% de representación.
En el Congreso, de 158 parlamentarios, 23 serán mujeres, o sea el 15% de representación femenina, según datos parciales aún no confirmados, un hecho que debemos seguir analizando, denunciando y exigiendo los correctivos para que la realidad demográfica se vea reflejada en la ocupación de cargos de elección y toma de decisiones. Hasta el cansancio se ha dicho que el padrón está integrado mayoritariamente por mujeres; sin embargo, los resultados aún son inequitativos.
En marzo de este año, Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, en un evento en Santiago de Chile, lamentó que en ningún país del mundo existe equidad plena para las mujeres; hay muchas mujeres en la arena política a nivel global, pero el progreso es muy lento y desigual.
Indicó que en promedio las mujeres representan una quinta parte de los parlamentarios y solo hay 20 mandatarias, por lo que llamó a hacer todo lo posible para romper los “techos de cristal” que impiden a las mujeres acceder a puestos de poder, tanto en las Naciones Unidas como en los gobiernos y en los negocios. Cuando las mujeres lideran todos nos beneficiamos, dijo. Instó a los gobiernos a destinar más fondos para el avance de la mujer y llamó al sector privado a impulsar alianzas para movilizar recursos en este tema.
Consciente de poder ser objeto de críticas, sobre todo por la mala experiencia que estamos pasando de haber tenido a una vicepresidenta que puso en evidencia que la corrupción no es exclusividad de nadie, insisto en la tarea inmensa de continuar apelando que la democracia no es una abstracción, que es un anhelo que busca bienestar social, espiritual y material para todos y que la democracia paritaria se ha definido como una forma de equilibrio de representación y de toma de decisiones entre mujeres y hombres, y es la concreción de las luchas y aspiraciones de la mitad de la humanidad.
El actual sistema aplasta la posibilidad de participación, debe ser reformado. Lo multitudinario de las movilizaciones y los liderazgos anónimos invisibilizaron también los aportes y el inmenso trabajo de las organizaciones de mujeres. Por ejemplo, no se sabe que la consigna “#en estas condiciones no queremos elecciones” es ingenio de ellas, pero la tenacidad las caracteriza y conquistaremos nuestros legítimos derechos.
Guatemala, 16 de septiembre de 2015.
- Ileana Alamilla, periodista guatemalteca, es directora de la Agencia CERIGUA
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