Don Fausto Ramírez

19/10/2015
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El viernes 16 se realizó un foro para conmemorar el Día Mundial de la Alimentación, establecido para concientizar a las poblaciones sobre el problema alimentario mundial, mensaje dirigido no a quienes padecen esta problemática, sino a aquellas que deben fortalecer su solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza; y para celebrar los 70 años de fundación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

 

Autoridades en la materia abordaron con propiedad los temas. Diego Recalde, representante de la FAO en Guatemala, señaló el grave problema del hambre y el nivel de pobreza que alcanza entre el 70 y el 80% en el área rural. Recordó que lo que llega a las mesas proviene de la agricultura familiar y ratificó el apoyo que le han dado al impulso de la Política de Desarrollo Rural Integral, la que calificó como un medio eficaz para alcanzar los objetivos establecidos en el mandato de la FAO, entre los que está contribuir a erradicar el hambre y la pobreza y fomentar la agricultura familiar.

 

Tanto Recalde como otros expertos invitados sostuvieron que a pesar del crecimiento económico no hay desarrollo; ya está comprobado que no funciona hacer crecer la torta, pues no se reparte, el goteo no es la solución. Se habló de la necesidad de tener un Estado fuerte para reducir las brechas y la desigualdad, así como juntar las políticas de producción con las de protección social para lograr las metas que se proponen.

 

Según los conocedores, Guatemala tiene toda la base, el marco jurídico y el andamiaje para poder erradicar el hambre, contamos con recursos, pero mal distribuidos. Se insistió por los panelistas en que el hambre no es un problema técnico, o de cifras, es político. Es paradójico que quienes sufren de hambre sean los productores de alimentos, se dijo.

 

En Guatemala existen aproximadamente 800 mil agricultores familiares, quienes producen entre el 70 y el 80 por ciento de los productos que se consumen localmente; sin embargo, esta población se encuentra en situación de pobreza y no puede acceder a programas de servicio, apoyo ni créditos; tenemos una de las tasas más altas de inseguridad alimentaria, a pesar de ser un país muy rico.

 

Los candidatos a la Vicepresidencia cerraron el foro con intervenciones verdaderamente pobres y alejadas de lo que se discutió. Ninguno de los dos abordó los temas cruciales que convocaron los asistentes, entre ellos más de 50 alcaldes electos. Fue obvio que no se percataron de los mensajes ni tienen mayor conocimiento de la realidad. ¿No entendieron o fueron insensibles?

 

Don Fausto Ramírez, un campesino de una población de San Marcos, sí fue elocuente y realista, explicó de manera muy clara lo que la población en el área rural espera: información, atención, acompañamiento y enseñanzas de cómo sembrar de manera tecnificada, que es lo que en su comunidad ha hecho la FAO, con el acompañamiento del Ministerio de Agricultura.

 

Explicó cómo él contribuye con 30 familias, a través del Centro de Aprendizaje para el Desarrollo Rural (Cader), lo que les ha permitido avanzar en las técnicas de siembra y cultivo y ahora tienen garantizados sus alimentos y son exportadores de arvejas dulces a Europa. Les pidió a quienes nos gobernarán que abandonen los papeles y que tomen las acciones necesarias para combatir el hambre, la pobreza y la desnutrición.

 

Urgen políticas de Estado para enfrentar la grave situación que viven las poblaciones de los territorios rurales.

 

Guatemala, 19 de octubre de 2015.

https://www.alainet.org/es/articulo/173119
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