El levantamiento de enero de 1932 visto por la Internacional Comunista (marzo de 1932)

18/11/2015
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En marzo de 1932, en la revista teórica mensual del Partido Comunista de Estados Unidos (CPUSA), The Communist, se publica un artículo firmado por O. Rodríguez, en el que se evalúa el entonces reciente levantamiento popular dirigido por el Partido Comunista de El Salvador (PCS)  en enero de ese año.  En el artículo se reconoce el carácter heroico del levantamiento pero a la vez se hacen interesantes señalamientos críticos sobre esta acción, en particular acerca del programa, del método de lucha, lo que estaría reflejando la posición oficial de la Internacional Comunista al respecto.

 

Y no obstante que el autor del artículo desconoce el manifiesto del comité central del PCS del 21 de enero de 1932, así como peculiaridades del proceso revolucionario salvadoreño, sus valoraciones en general son muy acertadas. Asimismo es interesante que el cálculo de muertos y heridos no supere a las dos mil personas, así como que se use el concepto de  “imperialismo extranjero” para referirse tanto al británico como al yanqui.   A continuación reseñamos estos señalamientos así como realizamos la traducción al español del referido artículo.

 

Los señalamientos

 

Luego de manifestar que las “luchas heroicas de obreros y campesinos de Salvador (sic), bajo la dirección del Partido Comunista, en el levantamiento de enero, constituye un hito en el desarrollo del auge revolucionario en los países caribeños y en toda América Latina” y no obstante que “la falta de información completa nos previene en estos momentos de hacer una evaluación completa de las luchas y lecciones del levantamiento en Salvador. Pero un inicio a lo largo de estas línea puede y debe realizarse ya ahora, especialmente a partir que el Manifiesto del Partido Comunista de El Salvador, indica el enfoque de los camaradas sobre el carácter del levantamiento.”

 

Señala el artículo que “este Manifiesto, que debe de haber aparecido poco antes del desencadenamiento de las luchas, adolece de un número de defectos básicos. Estos defectos son, en nuestra opinión, los siguientes:

 

1. El Manifiesto no formula algunas demandas políticas básicas y económicas parciales de las masas. No se mencionan las ocho horas, el salario mínimo, ayuda por desempleo y seguro, seguro social en general, que son las demandas básicas parciales de los trabajadores agrícolas e industriales.

 

2.  El Manifiesto no llama a las masas a ninguna acción concreta (huelgas, concentraciones, demostraciones, etc.) No se pude deducir del Manifiesto a que métodos de lucha el Partido llama a las masas a adoptar inmediatamente y que métodos de lucha serán inevitables en las fases superiores de la lucha.

 

3. El Manifiesto no propone a las masas ninguna forma concreta y definida de organización para la implementación de la lucha. En este punto así como en la cuestión del método de lucha el Manifiesto no menciona ninguna consigna de acción ni de propaganda.

 

4. Las demandas básicas de la revolución agraria antiimperialista no se establecen con suficiente claridad, especialmente las demandas antiimperialistas (confiscación de todas las empresas imperialistas, cancelación de la deuda externa, retiro de todas las fuerzas armadas y otras del imperialismo extranjero, etc.)

 

De esto Rodríguez, seguramente integrante del Buro del Caribe de la Internacional Comunista, con sede en Nueva York donde se edita esta revista, (probablemente Manuel Gómez o Albert Moreau)  concluye que “esos defectos básicos del Manifiesto claramente muestran un enfoque no leninista a la tarea de desplegar la contraofensiva de los trabajadores y campesinos contra la ofensiva de los explotadores, al ignorar algunas de las demandas básicas parciales de las masas, al fallar en formular consignas claras de acción sobre los métodos de la lucha de masas y las formas de organización y de vincular las consignas de acción con nuestras consignas de propaganda, señalando el curso inevitable del desarrollo de la lucha…”

 

EL LEVANTAMIENTO EN SALVADOR 

 

Por O. Rodrigues

 

“Las luchas heroicas de los obreros y campesinos de Salvador, bajo la dirección del Partido Comunista, en el levantamiento de enero, constituye un hito en el desarrollo del auge revolucionario en los países caribeños y en toda América Latina. Todos nuestros Partidos tendrán que estudiar las lecciones de estas luchas para poder superar las debilidades, así como reforzar los aspectos fuertes de nuestro movimiento, que han salido a la superficie en el levantamiento salvadoreño.”

 

“Este levantamiento fue un movimiento de masas de campesinos y trabajadores agrícolas contra las insufribles condiciones de la profundización de la crisis y del terror blanco, contra la intolerable opresión de los terratenientes y capitalistas nativos en alianza con el imperialismo extranjero. Demuestra una tremenda acumulación de energía revolucionaria, preparación para la lucha y autosacrificio de parte de amplias masas de obreros y campesinos bajo las banderas del Partido Comunista. El rápido crecimiento del auge revolucionario entre las masas el cual, en diversos grados, es la característica actual de todos los países caribeños.* Las masas pobremente armadas –prácticamente desarmadas- mantuvieron sus posiciones por más de una semana contra las fuerzas combinadas del gobierno, las bandas armadas fascistas de la juventud “dorada” de los explotadores locales y extranjeros, y de los navíos de guerra y marines de los imperialismos yanqui y británico. A pesar de estos tremendos obstáculos, las masas se habían tomado y sostenido en ciudades tales como la Libertad, Sonsonate, Ahuchapan (sic) y muchos pequeños poblados centrados en la importante región cafetalera del país, extendiéndose alrededor de toda la costa del Pacifico y amenazando seriamente la capital de Salvador. El levantamiento mostró las profundas simpatías para las luchas revolucionarias de las masas que está difundida entre la base del ejército, que en diversas ocasiones, se negó a disparar sobre los insurgentes.”

 

“Los obreros y campesinos de Salvador,  dirigidos por el Partido Comunista,  han escrito un imperecedero y glorioso capítulo en la historia del movimiento revolucionario mundial. Con sus vidas y sangre ellos han probado a las masas de luchadores en todos los lugares que en la próxima y superior etapa de lucha, con un Partido Comunista fortalecido y con sindicatos y ligas campesinas más poderosas que serán creadas en el curso de la lucha diaria por las demandas inmediatas de los obreros y campesinos, y por la aplicación de los principios y las tácticas leninistas, la victoria debe y pertenecerá  a las masas.”

 

“Dirigido por los representantes diplomáticos del  imperialismo extranjero en San Salvador, y apoyado por navíos de guerra y marines yanquis, ingleses y canadienses, el gobierno de Maximiliano Martínez ha aplastado  el levantamiento de enero de los obreros y campesinos, asesinando e hiriendo entre 500 y 2000 personas. El gobierno en alianza con los imperialistas ha desencadenado el más salvaje terror blanco implementado por medio de ejecuciones masivas diarias de todo “sospechoso” de haber participado o simpatizado con el levantamiento. Con especial bestialidad el terror blanco se descarga sobre el Partido Comunista,  sindicatos y ligas campesinas. Este desquiciado terror blanco se está rápidamente extendiendo a otros países caribeños, especialmente Guatemala y Honduras, en un esfuerzo desesperado para evitar el crecimiento del auge revolucionario y como una medida de preparativos de guerra bajo la hegemonía del imperialismo extranjero (principalmente yanqui). Es tarea de los Partidos Comunistas de los  países caribeños movilizar a las más amplias masas de obreros empelados y desempleados, campesinos, y todos los elementos sinceros antiimperialistas, para una lucha determinada contra el terror blanco, especialmente en salvador, Guatemala y Honduras, contra la ofensiva general del imperialismo y sus simpatizantes locales (reducciones salariales, desempleo, etc.), contra la guerra de saqueo imperialista en China y por la defensa de la Revolución China y de la Unión Soviética. La lucha contra el terror blanco es una parte esencial de nuestra  lucha contra la guerra.”

 

     *                   *         *

 

La falta de información completa nos previene en estos momentos de hacer una evaluación completa de las luchas y lecciones del levantamiento en Salvador. Pero un inicio a lo largo de estas líneas puede y debe realizarse ya ahora, especialmente a partir que el Manifiesto del Partido Comunista de El Salvador (publicado en el boletín del PC de Honduras el 1 de enero de 1932), indica el enfoque de los camaradas sobre el carácter del levantamiento.”

 

“Este Manifiesto, que debe de haber aparecido poco antes del desencadenamiento de las luchas, adolece de un número de defectos básicos. Estos defectos son, en nuestra opinión, los siguientes:

 

1. El Manifiesto no formula algunas demandas políticas básicas y económicas parciales de las masas. No se mencionan las ocho horas, el salario mínimo, ayuda por desempleo y seguro, seguro social en general, que son las demandas básicas parciales de los trabajadores agrícolas e industriales, mientras tales demandas como el derecho de los obreros y campesinos a organizarse,  la libertad de prensa y de reunión, etc., son abordadas en el Manifiesto en una forma negativa al meramente demandar “la abolición de los decretos del 12 de agosto y 30 de octubre. No hay ninguna mención en el Manifiesto de tales demandas parciales de los campesinos como ayuda inmediata a los hambrientos, la abolición de los impuestos, la cancelación de las deudas, la abolición del trabajo forzado y otros servicios a los terratenientes, etc. No hay ninguna demanda parcial para el mejoramiento de las condiciones de las tropas del ejército.”

 

2.  El Manifiesto no llama a las masas a ninguna acción concreta (huelgas, concentraciones, demostraciones, etc.) No se pude deducir del Manifiesto a que métodos de lucha el Partido llama a las masas a adoptar inmediatamente y que métodos de lucha serán inevitables en las fases superiores de la lucha.

 

3. El Manifiesto no propone a las masas ninguna forma concreta y definida de organización para la implementación de la lucha. En este punto así como en la cuestión del método de lucha el Manifiesto no menciona ninguna consigna de acción (Comités de Acción, Comités Revolucionarios Campesinos, Comités de Acción Obreros-Campesinos) ni de propaganda (Soviets). La tarea básica de organizar Cuerpos de Defensa Obrero-Campesinos está también ausente en el Manifiesto.”

 

4. Las demandas básicas de la revolución agraria antiimperialista no se establecen con suficiente claridad, especialmente las demandas antiimperialistas (confiscación de todas las empresas imperialistas, cancelación de la deuda externa, retiro de todas las fuerzas armadas y otras del imperialismo extranjero, etc.)

 

“Esos defectos básicos del Manifiesto claramente muestran un enfoque no leninista a la tarea de desplegar la contraofensiva de los trabajadores y campesinos contra la ofensiva de los explotadores, al ignorar algunas de las demandas básicas parciales de las masas, al fallar en formular consignas claras de acción sobre los métodos de la lucha de masas y las formas de organización y de vincular las consignas de acción con nuestras consignas de propaganda, señalando el curso inevitable del desarrollo de la lucha, limitan el alcance del movimiento de masas, aíslan a la vanguardia revolucionaria de la masa básica de obreros y campesinos, saltándose aquellas fases de la lucha en las cuales las masas maduran para el paso a una fase superior, y fallando en proveer la creación de órganos revolucionarios de lucha de masas, bajo conducción comunista, sin los cuales el movimiento no puede exitosamente subir a una fase superior de lucha. El curso actual de los eventos de enero, el hecho de que la pela comienza con la forma superior de lucha revolucionaria de masas ( el levantamiento)sin los desarrollos previos y la organización de la lucha diaria de las masas por medio de huelgas, demostraciones marchas contra el hambre, etc. Demuestran las mismas debilidades básicas como aquellas contenidas en el Manifiesto. Estas debilidades son el resultado de las tendencias oportunistas en nuestro medio, que tiene un enfoque sectario de “izquierda, putchista sobre las tareas del Partido Comunista. Una de las principales lecciones del levantamiento salvadoreño es el gran peligro de las tendencias putchistas, sectarias de “izquierda” contra las cuales debemos de desplegar la más enérgica lucha a la vez que desarrollamos una lucha sin cuartel contra el oportunismo de derecha –el principal peligro en el presente periodo- que vacila en colocar al Partido a la cabeza de las masas en sus luchas contra la ofensiva terrateniente-burguesa-imperialista.”

 

“Solo combatiendo implacablemente la variedad oportunista del putchismo –esa variedad que ignora las condiciones objetivas, negándose a aplicar el método leninista del análisis de la relación de fuerzas de clase, convirtiendo a su propia impaciencia en una guía para la acción para el Partido Comunista-podremos implementar una lucha exitosa contra la variedad de derecha del oportunismos, cuyos “análisis objetivos” reflejan la presión de la ideología de la burguesía y de los social fascistas sobre las masas trabajadoras.”

 

“Los obreros y campesinos de Salvador, bajo la conducción del Partido Comunista, continuaran con energía redoblada la lucha contra la ofensiva de los explotadores,  aprendiendo de la derrota como mejor preparar al lucha para la victoria por venir. Nuestros camaradas deben orientar todos sus esfuerzos para mantener el contacto más cercano posible con las masas y realizar con la mayor energía la tarea de organizar y conducir las luchas diarias de los obreros y campesinos por el mejoramiento de sus condiciones. La mayor atención debe ser prestad a la tarea de desarrollar métodos de trabajo ilegal bajo las presentes condiciones de terror, de proteger la organización del Partido de la loca carnicería del enemigo, y al mismo tiempo utilizar incluso las más mínimas posibilidades de trabajo legal de masas, luchando por tales posibilidades,  combinando lo ilegal con el trabajo legal y concentrando nuestras actividades en las plantaciones, haciendas y fabricas.

 

“En la hora cuando los obreros y campesinos de Salvador enfrenten la brutal ofensiva del imperialismo extranjero y los opresores locales, el Partido Comunista de salvador continuara demostrando a las masas que es el único partido capaz y dispuesto a organizar y conducir sus luchas contra los explotadores extranjeros y locales.”

 

*En la óptica del Buro del Caribe de la Internacional Comunista, el Caribe incluía a México, Centroamérica, el Caribe, Panamá, Colombia y Venezuela.

 

16 de noviembre de 2015

https://www.alainet.org/es/articulo/173686?language=es
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