El golpe de timón del pueblo en el 6D

07/12/2015
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El pueblo bolivariano de una de las parcelas más gloriosas de Nuestra América, Venezuela, ha dado un golpe de timón sorprendente. Una estrategia que pone la pelota en la cancha de su enemigo de clase, la oligarquía, para obligarla a responder a la altura de las circunstancias históricas.

 

La Mesa de la Unidad Democrática –MUD- que de mesa tiene poco por paticoja, de unidad nada y de democrática menos, por aglutinar a partidos de la derecha variopinta cuyo único mérito ha sido juntarse en ese malforme engendro para derrotar la revolución chavista desde que el mismo Chávez allá por los últimos años del siglo pasado ascendió a la presidencia, tiene ahora en sus manos legislar para un pueblo despierto y expectante, que está atento a cada movimiento de sus miembros, sabiendo de antemano que cada uno de ellos representa al estrecho, mezquino y egoísta sector que caminó junto al otro solo porque querían derrotar al chavismo. No obstante, pronto saltará en pedazos su cacareada unidad pues los intereses sectoriales son poderosos y el pastel demasiado sabroso.

 

La guerra económica que levantaron contra el gobierno bolivariano de Maduro ya no tendrá razón para unos, empero para otros sí ya que esos quieren el poder completo, pero eso significará entrar en contradicción con los guarimberos que quedaron sueltos y los que ahora en el lado del lado del poder no podrán seguir con ello sino legislar por presión de sus mismos votantes. O sea, se tendrán que enfrentar entre sí, y -¡oh, desgracia!- incluso, hacer alianzas con los odiados chavistas que estarán prestos para defender al pueblo. Las circunstancias cambiarán pues no es cualquier sociedad, atiborrada de distractores y estrecheces, sino una politizada y forjada en el fragor de las batallas lideradas por Chávez y Maduro que les enseñaron que lo que han conseguido no lo han logrado por dádivas de la oligarquía y el Imperio sino por las luchas que incluso han costado vidas, penurias y lágrimas. Luchas por derechos que jamás habían imaginado tener; derechos que lograron arrancarle a la misma oligarquía en las propias barbas del Imperio y que a la fecha no se dejarán quitar a menos que masacren a toda su gente.

 

Eso de guarimbear era lindo. No costaba más que levantar barricadas de llantas quemantes, guayas para degollar motoristas o simplemente lanzar cocteles molotov y piedras contra la fuerza pública o las instituciones del Estado y ya. Pero eso fue antes, ahora en la Asamblea tendrán, en algún momento, que defender al pueblo de la carestía auspiciada, del sabotaje premeditado, del acaparamiento concebido por los propios integrantes de la MUD: los más recalcitrantes. Legislar para frenar la especulación de precios y de divisas; para combatir el bachaqueo y el paramilitarismo. No será fácil mi hermano, no lo será.

 

Se me figura como cuando se es jovencito: todo es color rosa y despreocupación. No hay responsabilidades muy fuertes y la vida es una feria. Pero no más vienen los amores y luego los críos, la vida es feliz pero las responsabilidades crecen y el trabajo se convierte en una necesidad.

 

Ese fue el golpe de timón que el pueblo decidió. Poner en manos de la oposición la responsabilidad de resolver problemas que la misma oposición activó tal como la guerra económica, psicológica y comunicacional. Ahora les toca roncar como presumen dormir. No es lo mismo estar detrás de las guarimbas que legislar en serio para un pueblo ávido de soluciones, cansado de sabotajes y formado en la lucha política y en la calle. Como dicen por acá en mi país: no es lo mismo verla venir que bailar con ella. Por eso, me parece sintomático que en la plana comunicacional imperial el triunfo de la MUD no haya sido anunciado con algarabía. Saben bien que la responsabilidad depositada es un gran peso. El pueblo es sabio. No hay como el pueblo para dar al que lo merece lo que merece.

 

Guatemala, 7 de diciembre de 2015

 

Carlos Maldonado

La Gotera

https://www.alainet.org/es/articulo/174084
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