2015: año electoral estratégico en el Caribe

30/12/2015
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SAN JUAN, Puerto Rico, 29 de diciembre de 2015 (NCM) – La nueva postergación de los comicios en Haití, la incertidumbre de las elecciones en San Vicente y las Granadinas y las renuncias pre electorales en Guatemala y Puerto Rico formaron parte del complejo cuadro  estratégico en el que cinco gobiernos cayeron en las urnas y cuatro han logrado revalidar.

 

Las características diversas –de idioma, historia y cultura- en el Caribe y Centroamérica, y el escaso intercambio de informaciones entre sus poblaciones, no impiden ver corrientes en la historia contemporánea que marcan la región en temas, problemas y hasta soluciones que tienden a repetirse.

 

Así, por ejemplo, está el caso de Guatemala, con la elección del teólogo y comediante con poca experiencia política Jimmy Torres para llenar el vacío dejado por la renuncia forzada del presidente que terminó sindicado por corrupción, Otto Pérez Molina. Torres logró 68,62 por ciento en la segunda vuelta el 25 de octubre, pero su partido, FCN Nación, sólo obtuvo 11 de los 158 escaños legislativos.

 

Pero hay observadores que advierten que los problemas que aguardan al nuevo gobierno de Guatemala, surgido luego de los levantamientos en las calles, son mucho más profundos de lo que pudiera parecer. En declaraciones a la Agencia Francesa de Prensa, el presidente del capítulo guatemalteco de Transparencia Internacional, Manfredo Marroquín, pronosticó que “el nuevo presidente enfrentará un panorama tétrico porque el Estado está agonizando, las instituciones están colapsadas, la mayoría de los ministerios están endeudados con cuentas pendientes”.

 

Las palabras de Marroquín casi pudieron haber sido dichas como perspectivas sobre Puerto Rico. El gobernador de esta pequeña nación isleña del noreste del Caribe, Alejandro García Padilla, cuya administración está bajo asedio de la llamarada de acusaciones de corrupción, renunció a buscar la reelección en los comicios pautados para 2016 luego de fracasar en sus intentos para que el Congreso de EEUU rescatara su gobierno del anunciado colapso fiscal.

 

Uno de los problemas electorales acuciantes que tiene en Puerto Rico el oficialista Partido Popular Democrático es que la inversión millonaria para gestionar el apoyo de cuatro mil y tantas entidades no gubernamentales ha servido de muy poco para prevenir la repulsa que se nota en las encuestas. Eso ocurre luego de aumentos en el impuesto al consumo y otros tributos, así como medidas fuertes de austeridad mientras se privilegia a magnates foráneos que mudan su residencia formal al país para evadir impuestos.

 

Situaciones muy similares fueron denunciadas por la oposición en St. Kitts-Nevis, donde el 16 de febrero la coalición Team Unity logró desalojar en los comicios al gobierno laborista y llevó al poder a Timothy Harris, quien busca recuperar la confianza externa y a finales de año presentó un presupuesto que asegura deja atrás las asignaciones deficitarias. Opositores denuncian que el cambio real no se ha producido.

 

Puerto Rico se diferencia de Guatemala y St. Kitts-Nevis por su condición colonial, pero no tanto de la pequeña Anguila, colonia de Gran Bretaña. Allí, el Anguilla United Front, logró, el 22 de abril, regresar al poder, tras un intermedio de cinco años, con un copo electoral que sacó del parlamento al Anguilla United Movement, que afirmaba la intención de encaminar el país hacia la independencia.

 

Otra colonia estable es las Islas Vírgenes Británicas, donde el 8 de junio revalidó Orlando Smith, con su partido National Democratic Party, que logró más del 60 por ciento del voto.

 

En el Caribe, plagado de colonias y donde no se ha producido una nueva independencia en 35 años, son muchos los intentos que se han descarrilado. No son sólo las ganancias las que se envían a empresas de países metropolitanos, sino que en la ciencia política ya se habla de la “repatriación de poderes”.

 

Sobre Puerto Rico, por ejemplo, el Departamento de Justicia de EEUU notificó al Tribunal Supremo que le reconoce a este país menos “soberanía” que a las tribus indias y que eso es importante que se revalide judicialmente para garantizar el dominio en materias que van desde el sistema penal y las leyes de quiebra, hasta la defensa.

 

El caso más grave en el tema de defensa es Haití, todavía bajo la ocupación de una fuerza internacional comandada por las Naciones Unidas. A pesar de esa presencia, la situación política sigue sin definirse claramente y las tan postergadas elecciones siguen en veremos. El 27 de diciembre debió llevarse a cabo la segunda ronda de la elección presidencial entre el oficialista Juvenal Moise y el opositor Jude Celestín, pero a última hora se inició lo que se describió como una revisión del proceso electoral, con las consecuentes protestas en las calles.

 

También se han registrado protestas en San Vicente y las Granadinas, donde el veterano Ralph Gonsalves logró un cuarto mandato al alzarse con 51,11 por ciento de los sufragios en los comicios del 13 de diciembre.

 

De igual forma, en Surinam, el ex dictador Desiré Delano Bouterse, revalidó en su segundo término democrático al obtener 26 de los 51 escaños parlamentarios. Bouterse, convicto en ausencia en Holanda antes de volver al poder en 2010, ha evadido la orden de captura de la Europol por tráfico de drogas.

 

Sin embargo, justo al lado, en Guyana, el People’s Progressive Party perdió luego de 23 años consecutivos en el poder. Así, Donald Ramatar, que se había resistido a los recortes de gastos impuestos por la Asamblea Nacional, fue desplazado por el ex general y consultor de seguridad David A. Granger, cuya Alliance for Change, que logró agrupar diversos grupos étnicos, obtuvo 50,30 por ciento en los comicios del 11 de mayo.

 

En la misma zona, en Trinidad-Tobago, la Primer Ministro Kamla Persad-Bissessar perdió frente al geólogo Keith Rowley, cuyo partido People’s National Movement logró 51,68 por ciento del voto el 7 de septiembre.

 

Al otro extremo del Caribe, en Belize, Dean Barrow revalidó para un tercer término, cuando su formación política, United Democratic Party, obtuvo el 51,11 por ciento en los comicios del 4 de noviembre.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/174470
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