Crecer o morir

07/01/2016
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Llamado a pensar en grande, a no desgastarnos en pequeñas rencillas, a construir Unidad y a diseñar un replanteamiento estratégico para esta etapa de nuestras vidas

 

Durante el año 2015 pude conocer en Bogotá, de una forma o de otra, a la mayor parte de dirigentes de izquierda y progresistas de nuestro país. Creo que son personas y colectivos valiosos, hacen importantes esfuerzos por transformar este país o por mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo, y merecen todo el respeto y reconocimiento.

 

Sin embargo, observo que cada dirigente o cada colectivo por aparte no podrán crecer, o si crecen, no lo harán con consistencia y coherencia, si lo miramos en conjunto. Además, con sinceridad, pienso que nos falta rediseñar la estrategia, mucho más si observamos el declive que viven la mayoría de movimientos de izquierda en la región latinoamericana.

 

Por ello los/as invito a detenernos sobre el momento que vivimos, mirar la posibilidad de encontrar nuevos espacios de reflexión crítica, de análisis conjunto y fraternal, pensando con responsabilidad en nuestro Pueblo y Nación, mirando atrás solo para evaluar el pasado con franqueza y honestidad, y medir nuestras acciones y resultados con el mismo rasero.    

 

Crecer o morir

 

Cuando un organismo (físico, biológico o social) no crece, empieza a morir. Disipa y pierde más energía de la que acumula. Es una ley ineludible de la vida.

 

Se puede aplicar a los imperios, naciones, culturas, procesos revolucionarios, partidos políticos, liderazgos. Sólo un esfuerzo extraordinario de re-ingeniería (replanteamiento estratégico) puede reversar la tendencia. Es difícil de lograr pero no imposible.

 

Es obra de genios, magos y brujos. “Gigantes” diría el narrador poético.

 

Roma lo hizo después de varios siglos. “Renació” en el Sacro Imperio Romano Germánico. China lo hace ahora después de varios siglos de decadencia.

 

Todos los imperios han sufrido la caída: el persa, egipcio, romano, árabe, mongol, maya, inca, azteca, británico, español, francés, alemán, serbio, ruso...

 

EE.UU. surge como potencia a finales del siglo XIX y se consolida como imperio global después de la segunda guerra mundial. Ya inició la curva hacia su ocaso.

 

La mayoría de los imperios se destruyen “desde adentro”.

 

Hoy estamos viviendo y sufriendo un debilitamiento creciente de proyectos emancipatorios vecinos que habían generado expectativa y esperanza.

 

Esfuerzo sostenido e inspirado

 

En Colombia nunca hemos logrado la unidad nacional ni popular. No hemos conseguido un momento de verdadero ascenso y consolidación como Nación y menos como República. No hemos tenido ni vivido en Democracia.

 

Las clases dominantes colombianas lo único que han hecho es fomentar la división y someternos al dominio de los imperios: español, inglés y estadounidense, para vivir de las sobras, de lo que es su coima, su pago o soborno por vendernos al mejor postor.

 

Es por eso que en Colombia siempre hemos vivido en guerra, enfrentados unos con otros, desunidos, divididos por pequeñeces, y debemos aguantar un Estado fallido, soportado en un enorme ejército y en un aparato de justicia absolutamente corrupto que está al servicio de una descompuesta casta dominante.

 

Sólo un esfuerzo sostenido e inspirado, que recoja lo mejor de nuestras gentes, lo más elaborado y honesto de nuestras identidades regionales (costeña, nariñense, llanera, paisa, cundi-boyacense, santandereana, caucana, valluna, tolimense, etc.); lo más digno de nuestras etnias afros, indígenas y mestizas; lo más avanzado y patriótico de los trabajadores, campesinos, artesanos, profesionales y empresarios; y que funda en un sólo haz de voluntades a hombres y mujeres dispuestos a construir una verdadera Nación, podrá sacarnos de siglos de servilismo, vergüenza, iniquidad, inequidad, injusticia y exclusión.

 

Si nos unimos más allá de izquierdas y progresismos, seguro que lo haremos. Sólo falta intentarlo. De lo contrario seguiremos en declive, perdiendo tiempo y energía, realizando esfuerzos insulsos y parciales que nos debilitan aún más.

 

Es hora de romper con esa dinámica que nos lleva a la derrota.

 

Popayán, 7 de enero de 2016

 

E-mail: ferdorado@gmail.com  / Twitter: @ferdorado

Ver: bit.ly/1ZPLIjq

https://www.alainet.org/es/articulo/174599
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