¡Vendepatrias! ¡Mercachifles!

21/01/2016
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Los empréstitos traídos de Inglaterra en el siglo XIX llegaban incompletos al país porque los enviados a traerlos se gastaban una parte paseando por el viejo mundo. El siglo XX comenzó con la desmembración de Panamá y siguió con las indicaciones del plan Kemerer para gastar el monto recibido. El siglo XXI empezó con un balance lamentable. Los Ferrocarriles Nacionales de Colombia; Telecom; La Flota Mercante Grancolombiana; La Caja Agraria; Bancomercio; Ecogas; Fondos Ganaderos; Centrales de Abastos; Electrificadoras Regionales; Acueductos; Represas; Vías; Minas; Ríos, Selva Amazónica, y otros bienes que componían la riqueza nacional fueron vendidos con la justificación de reducir el déficit fiscal, disminuir la deuda y optimizar los recursos del Estado. Sin embargo la realidad muestra todo lo contrario.

 

El patrimonio ha sido sistemáticamente vendido por los gobernantes, quitándole el contenido material a la patria y aumentando sus fortunas y clientelas. Unas veces han vendido todo un bien, otras de manera escalada, por partes. Lo público en su forma de patrimonios materiales e inmateriales ha sido usado según los deseos y decisiones voluntarias de gobernantes y directorios políticos que además le desaparecieron la memoria a cada bien, le borraron sus historias de lucha.

 

La enajenación principal por su magnitud ha sido la desmembración de Panamá. Los nativos de allá en cualquier calle de su pequeña Miami, en el mercado de mariscos, en la ciudad vieja o al borde del canal, suelen recitar que en un acto voluntario Panamá se independizo de Colombia y no dicen nada más, pasan rápidamente a hablar de los ingenieros franceses, los 400 chinos que se suicidaron al percatarse que eran esclavos en las obras del canal o de los gringos despiadados que crearon un apartheid en su territorio y un centro de internacionalización de la barbarie en la escuela de las Américas. En cambio,  en las calles de Colombia, decir Panamá evoca un destino turístico o el lugar en que permaneció fugitiva y protegida la exdirectora del DAS, -policía política del régimen Uribe-, y a cambio asesoró al presidente Martinelli, hoy prófugo y a punto de ir a una cárcel panameña o ser extraditado a Estados Unidos por el delito de espionaje, desconociéndole su pasado de colaboración como ocurrió antes con el presidente Noriega que incluso fuera agente de la CIA.

 

I Took Panamá, representa la venta secreta del país en una de sus partes: Panamá. Es una historia teatral de tragedia, que inclusive fue vista por el presidente Torrijos quien la recomendó como una pieza importante para comprender el sentimiento antiamericano de su país. La obra que tuvo más de dos mil presentaciones entre 1974 y 1987 por el Teatro Popular de Bogotá, que de manera divertida recrea el círculo de ventas, reventas y negocios hechos con el patrimonio público, por los sucesivos gobiernos de Colombia. Muestra como Panamá fue vendida por el gobierno de Colombia por mandato del gobierno de los Estados Unidos, y con acatamiento sin objeciones del presidente de Colombia, que entendió la orden de que si se había de perder por una invasión era mejor cobrar por ella.

 

La negociación,  a la que se llamó tratado,  se hizo siguiendo lo mandado así: “Le vamos a dar un consejo gratis (le dice el embajador de USA al presidente de Colombia)... En el tratado están consignados diez millones de dólares... así su gobierno estará mejor ahora que está tan necesitado de dinero... Le aseguro doctor excelencia que nosotros queremos ayudarle, nada más. Ese es el mejor camino... Se lo aseguro...”. El presidente Marroquín entendió bien y ordenó negociar dándole la razón al presidente Roosevelt quien dijo que “negociar con Colombia no es negociar con una potencia responsable como Holanda, Bélgica, Suiza y Dinamarca, sino con un grupo de bandidos mexicanos al estilo de Pancho Villa o Carranza!”. El trato se cerró en 5 millones de dólares y el presidente autorizó comprar un barco de guerra para hacer una guerrita y justificar la pérdida, pues los marines ya la habían invadido y a los quince días empezado el final de las obras iniciadas por franceses.

 

En el Congreso de Colombia la discusión para legalizar la venta tenía que darse, como manda la ley. Cerrado el negocio lo principal era fijar el monto de la venta ante lo cual los parlamentarios en sus elocuentes discursos dijeron cosas como: “Yo creo que quince millones es poco. Yo veo todo esto de la siguiente manera: La Compañía Francesa del Canal negocio directamente con los Estados Unidos la venta de sus implementos y maquinarias en Panamá, y recibió la suma de 40 millones; es justo que recibamos una indemnización de la Compañía Francesa. Si la nación vende el ferrocarril de Panamá, es justo también que por este concepto obtenga 10 millones más. De manera que por lo menos Colombia debe obtener treinta millones, mínimum, como compensación de lo que concede.”

 

“¡Mercachifles! ¡Vendepatrias! ¡La patria no se vende ni por cien millones! (protestaba la gente adentro y en las calles, mientras otro congresista anunciaba: ¡Sí, sí, sí! ¡La patria no se vende! ¡Señores del Congreso, compatriotas; no pidamos, no admitamos de los Estados Unidos ni un centavo en dinero! Démosles gratuitamente a los Estados Unidos, en propiedad absoluta, la zona de tierra que piden para el canal. Que hagan y deshagan en ese territorio como a bien tengan. Sólo que nuestras naves de comercio puedan atravesarlo sin ningún gravamen. Así, desmentiremos a los que nos calumnian, ¡las demoras de la aprobación del tratado no dependerán de nuestro desacuerdo en el reparto de unas viles monedas!”. Otro congresista anunciaba: “¿Está bromeando, señor congresista? ¿No cobrarle a los Estados Unidos nada por salvar un estúpido sentido de dignidad herida? ¡Debemos cobrarles lo más que podamos! ¿Por qué no vamos a hacerlo si varios de los aquí presentes ya han cobrado a los Estados Unidos sus servicios? El ministro ofuscado dijo al respecto: ¿Qué trata usted de insinuar? Y el congresista anuncio: ¡Lo que oye! ¡Porque si no fue a través del soborno, no se explica que en el gobierno hubiera habido alguien capaz de firmar tal adefesio!”

 

 P.D. I took Isagen; I took Ecopetrol; I took Universidades; ¿cuantos negocios están en tránsito...?

https://www.alainet.org/es/articulo/174900
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