Tiempo para revertir la derrota

29/02/2016
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El triunfo del No en el plebiscito en Bolivia, donde se ponía a consideración la posibilidad de que Evo Morales se presentara para un nuevo mandato en el 2019, que no estaba prevista por la Constitución, viene a dar un gran aporte a este momento de avance de la derecha sobre los procesos populares que comenzaron hace unos años.

 

Y a pesar de la particularidad del proceso boliviano, la influencia del triunfo de Macri en Argentina y de la oposición a Maduro en las recientes elecciones legislativas, tuvieron su influencia en una derrota que tiene muchas causas.

 

El presidente de Ecuador Rafael Correa viene hablando desde hace un tiempo del intento de “restauración conservadora” que llevan adelante los Estados Unidos, las derechas locales y los medios de comunicación concentrados, que articulan argumentos, críticas y ataques desestabilizadores. Por supuesto que estos ataques no son de una elevada discusión académica. Son los fondos buitre atacando a Argentina, son los paramilitares colombianos interviniendo en Venezuela, son las difamaciones, es el poder judicial persiguiendo a los gobiernos populares con causas sin el mínimo sustento legal.

 

Cuando se produjo el No al ALCA en Mar del Plata en noviembre de 2005, EE.UU. inmediatamente se puso en acción para revertir ese triunfo de las voluntades soberanas de algunos presidentes, y de todo el pueblo latinoamericano. Creó una propuesta de integración alternativa al Mercosur, la Alianza del Pacífico. Impulsó con argumentos, ideas, recursos y articulación a una nueva derecha que pudiera cumplir el rol que los dirigentes afines al imperio no lograban por estar agotada su credibilidad. Así atacó, sin piedad, al gobierno de Brasil, Venezuela y Argentina, a los que consideraba pilares de la nueva integración con contenido regional, soberano y popular.

 

Pero, además de las operaciones y aciertos de la derecha y sus jefes, los norteamericanos, ¿cuáles fueron las insuficiencias y dificultades del Movimiento al Socialismo y de Evo Morales, que lo llevaron a su primera derrota electoral desde que asumiera en el 2006?

 

En primer lugar, este tipo de consulta reúne a todo un arco heterogéneo y contradictorio, que suma votos “en contra”, desde racistas hasta sectores críticos a la falta de profundización del proceso indigenista. Por otro lado, hay un desgaste de la figura de Evo por los años de gestión, y por la agresión interna y externa. Hay críticas de sectores internos del MAS a cierto personalismo de Evo y una exageración en la centralidad en todos los temas, lo que provoca una excesiva exposición, el pago de todos los costos y el empañamiento de otros dirigentes.

 

Hay también una fatiga de los sectores medios de la población (originarios o no) ante la reiteración de algunos temas, que si bien son aceptados, irritan ante la permanente repetición como el antiimperialismo y el indigenismo. Fue trabajada con inteligencia por la oposición la idea del “peligro de la eternización” y, el temor que si triunfaba el Sí Evo podría luego pretender estar un período más.

 

Por otro lado se generó una disidencia, que militó por el No, integrada por agrupaciones juveniles, pensadores de izquierda, dirigentes sociales y políticos que apoyan el proceso, que reconocen lo logrado en estos años, pero que tienen varias críticas, reclamando más debate y participación.

 

La derrota electoral está lejos de significar el fin del proceso revolucionario en Bolivia. Su fortaleza, sus logros y el nivel de conciencia adquirido permiten pensar en una recuperación para las elecciones presidenciales del 2019.

 

El sociólogo Salvador Schavetzon plantea que “esta derrota puede significar una oportunidad para corregir errores, fortalecerse y revertir la desconexión del gobierno con todo lo que representa”. Además a la oposición le será casi imposible conseguir un solo candidato a presidente que represente lo heterogéneo, dispar y contradictorio que confluyó al interior del voto por el No.

 

El MAS y Evo Morales tienen el tiempo suficiente, la experiencia adquirida y el respaldo popular para revertir esta derrota. Y son conscientes de su responsabilidad histórica.

 

- Oscar Laborde, Director del Instituto de Estudios de América Latina-CTA

 

https://www.alainet.org/es/articulo/175681?language=en
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