“Si hubiéramos hecho 22 años de balazos, no hubiésemos construido lo que hay ahora”

03/05/2016
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Foto: Subcomandante Moisés emoises
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Sobre esta entrevista

 

Cuando nos detuvimos en el lugar acordado, al espejo retrovisor de nuestra camioneta llegó un pajarito, parecido a un gorrión y empezó a golpearse metódicamente contra el espejo. De vez en cuando, reposaba unos minutos al frente, mirándose desde distintos ángulos, y con nueva energía se lanzaba al combate contra su reflejo.  Una vez más pensé en la teoría de los espejos, la tan querida por el subcomandante Marcos. Y también me acordé cuando hace unos 15 años, en los mismos lugares empezamos a ver al aire libre el documental «Caminantes», aquel donde Marcos hace un ademán de quitarse el pasamontañas y de la selva irrumpe  una enorme mariposa para tapar con las alas su cara en la pantalla. Tal vez, los zapatistas, que no tienen secretos en su abierta vida política, llegaron a algún tipo de tratado secreto con la naturaleza local.

 

Estábamos en Chiapas, esperando la entrevista con alguien de los zapatistas que aceptó recibirnos. No sabíamos todavía que ese alguien sería el subcomandante insurgente Moisés, el mando militar y vocero del EZLN, que en el mayo del 2014 reemplazó al subcomandante Marcos.

 

Nosotros, un grupo de 4 artistas rusos de San Petersburgo del colectivo político cultural Chto Delat y yo, en un rol  entre traductor y guía no certificado por los mundos sociales de América. El objetivo de nuestro viaje fue conocer en los territorios rebeldes, las realidades y logros de los zapatistas, a 22 años de su aparición pública.

 

Íbamos a buscar algo que, según un joven zapatista francés del siglo pasado conocido como el Principito, no se ve con los ojos. Buscábamos reivindicar el sentido de tantos intentos y tantos fracasos de nuestra propia historia, rusa, ucraniana o soviética, en estos tiempos de confusión generalizada, o algo tan absurdo como las raíces de la esperanza europea en las tierras americanas. No lo sé definir exactamente. Sólo me acuerdo que los textos zapatistas que llegaron a Rusia hace más de 15 años, inquietaron y despertaron a miles de personas de nuestra generación.

 

Si alguien alguna vez me hubiera dicho que por su voz habla la voz de sus compañeros, no dudaría que estoy frente a un loco o un excéntrico y seguramente le respondería con alguna burla de mal gusto. Pero cuando al finalizar la reunión, el subcomandante Moisés nos dijo esta frase, sentí simultáneamente hormigueo en la espalda y el mundo en la garganta. Nunca antes imaginé que una cosa como esta podría ser verdad, sin metáforas ni exageraciones. O sea, lo imaginaba pero muy teóricamente porque la energía de la presencia viva, cercana y palpable de las verdades como esta es algo demasiado diferente.

 

Hay muchas entrevistas con Marcos y pocas con Moisés. Con toda la admiración que tengo hacia el primero, me pareció más interesante compartir con el segundo para observar cómo, desde la etapa romántica y literaria, el zapatismo aterriza hacia prácticas quizás menos vistosas pero, sin lugar a dudas, mucho más sólidas y profundas… bueno y sin olvidar que dentro del zapatismo los despegues y los aterrizajes suelen ser la misma cosa.

 

Esta vez sentí que, sin distraernos por la buena literatura, pudimos sentir mejor el corazón campesino indígena comunitario del zapatismo. En este sentido, este viaje a Chiapas, más que una experiencia política o intelectual, fue un descubrimiento cercano a lo místico espiritual, algo que nos conecta a lo más profundo de nuestro ser.

 

Cuando Ud. entra a una casa de una Junta de Buen Gobierno, decorada con murales revolucionarios y de repente se encuentra en la penumbra frente a unas seis personas con pasamontañas, la mayoría de ellos casi adolescentes y mujeres, y escucha que todos hablan muy despacio, eligiendo con cuidado y ternura las palabras y las ideas, seguramente sentirá algo muy especial. Algo como aquel sentimiento que irrumpe suavemente cuando admiramos por primera vez el mar o las montañas. Después es mejor relajarse, entregarse y olvidarse que porta   un reloj pues todas las decisiones y procedimientos zapatistas son extremadamente lentos, requieren discusiones colectivas, las que a su vez suponen reflexiones individuales que se realizan sin prisa alguna. Las autoridades de la Junta le pedirán disculpas por la demora y en las repentinas arrugas de los ojos indígenas seguramente descubrirá una sonrisa al otro lado del pasamontañas.

 

Este material es una síntesis de la conversación de una hora y media que tuvimos con el subcomandante Moisés. Termino agregando que esta reunión, aparte de ser un gran honor, fue una enorme alegría por lo que agradecemos a nuestros amigos mexicanos por hacerla posible.

 

Y como se dice, trataremos de no defraudar su confianza y generosidad.

 

Fragmento de la conversación¹

 

Subcomandante Moisés: Lo que les puedo compartir no es de lo que hacemos nosotros como tropas insurgentes, sino es la realidad de su práctica de nuestros compañeros, bases de apoyo y compañeras a lo largo de 22 años que salimos a la luz pública. Eso es lo que les voy a platicar. No es lo que nosotros logramos como tropa, como insurgentes, sino lo que lograron nuestros pueblos.

 

Cuando nos declaramos municipios autónomos rebeldes zapatistas, entonces ahí es donde dijeron los compañeros: vamos a gobernarnos nosotros mismos. Los compañeros, las compañeras vencieron muchas cosas, porque no saben leer ni escribir y no pueden hablar el español. Pero ellos dijeron: la justicia sabemos cómo queremos, cómo debe ser un buen gobierno, no depende de leer ni escribir o saber bien español. Entonces, como entran en resistencia. Como ellos quieren el gobierno que quiere el pueblo, entonces vamos a hablarnos como gobierno en nuestra lengua.  Porque aquí hay varias lenguas. Hay tzeltal, tzotzil, tojolabal, chol, zoque, mame y otros así pues que hablan español. Entonces tuvieron que resistir burlas de los que no son zapatistas, por ejemplo: él es un tzeltalero y otra tzeltalera, pero no es zapatista, entonces ella le dice no sabe gobernar, lo conozco, es hijo de tal, no tiene estudio; burlas así, de ese tipo. Años después, la que burló, va a ir a pedir justicia ahí.

 

El mal gobierno o sea el sistema, el mal sistema, es que este controla, domina, manipula a la gente, para que se pongan en contra de nosotros. Por ejemplo, provoca problemas, quieren quitar la tierra recuperada, que la recuperamos en el 94, porque recuperamos miles de hectáreas,

 

Luego otra resistencia que vino son los bombardeos políticos en los medios de comunicación hasta, por ejemplo, dicen en los medios de comunicación que los comandantes ya se vendieron o que la comandancia general ya abandonó al EZLN, que la comandancia está peleada con el pueblo y hasta guerras psicológicas en los medios. Dicen por ejemplo que el finado sub Marcos está enfermo y que el gobierno de Calderón lo está curando. Que no que el finado Marcos abandonó los pueblos zapatistas, que anda de turista en Europa. Así montón de cosas que dicen, con tal de que crean los compañeros y se desmoralizan, pues. Los compañeros tuvieron que resistir las provocaciones que hacen el ejército y la policía, pues quieren que los matemos para que nos maten ellos. Pero lo que se dieron cuenta los compañeros de los pueblos es el cambio que queremos, y entonces el cambio se hace con lucha política pacífica, rebelde y resistente.

 

Hay un nuevo sistema de gobierno de los compañeros, donde ellos, miles de zapatistas, ellos y ellas mandan y el gobierno obedece, eso se logró con arma de lucha de resistencia y de rebeldía, 22 años se hizo eso, si hubiéramos hecho 22 años de balazos, no hubiésemos construido lo que hay ahora. Los pueblos son los que vigilan al gobierno, demostraron que los pueblos sepamos o no leer o escribir, sabemos gobernar. Un gobierno donde piensa por el pueblo, clarito podemos decir ahora, a todos los gobiernos capitalistas que hay en el mundo, no les sirven los estudios que dan en Harward o algo así. Porque los que saben son los pueblos que están explotados.

 

Pero dicen los compañeros y las compañeras: hay que saber usar la rabia, o sea el coraje, pues. Dicen las compañeras que tiene que ser digna esa rabia, o sea se tiene que estudiar cuando es necesario matar o morir, y cuando no. Por ejemplo estos 22 años.

 

Como dicen los compañeros y las compañeras sabemos que un día el gobierno no nos va a dejar, pero la cosa que nosotros estamos demostrando que es lo que queremos, no estamos empeorando el mundo que queremos, estamos diciendo que le pueblo tiene que gobernar. Las compañeras y los compañeros, dicen: “la política es del pueblo, lo ideológico es del pueblo, lo económico es del pueblo, es el pueblo que tiene que planear, lo cultural que necesita el pueblo, es el mismo pueblo, no solo un grupo de gabinete. Entonces ahora los compañeros, en su nuevo sistema de gobierno que tienen ahora, hay un respeto mutuo porque entonces, los gobierno o las autoridades como decimos nosotros, tienen la obligación también de proponer según lo que ven, porque gobiernan, pues. Pero no lo pueden decidir, hay una asamblea, como por ejemplo que viene ahorita, están aquí miles de compañeros ahorita. Entonces es ahí donde propone la autoridad. Hay cosas que puede decidir la asamblea de autoridades, hay cosas que no puede, tienen que ir ahí a consultarle a los miles, a los pueblos, o sea son lentos los pasos, pero es decisión del pueblo. Para que entonces no haya inconformidad y las compañeras y los compañeros se aconsejan mutuamente, se dicen por ejemplo, si la autoridad está dormido, el pueblo despierta. Si el pueblo es el que está dormido, el gobierno autónomo es el que despierta.

 

Se ha sembrado hasta lo más profundo lo que es la palabra democracia porque todo está discutido, opinado, propuesto, estudiado, analizado y decidido por está el pueblo, mujeres y hombres. No hay cosa que se haga que no estén enterados los pueblos.

 

A los compañeros y las compañeras no reciben nada del mal gobierno, nada, pero también los compañeros y las compañeras no le dan nada al gobierno, o sea no pagan el impuesto, ni luz, ni agua, ni tierra; entonces lo que hacen los compañeros, cualquier necesidad que se necesita tienen que trabajar colectivo la tierra para de ahí sacar los recursos, ya sea para construcción de escuelas, clínicas, todo lo demás, necesidades. Y otra cosa lo que han aprendido los compañeros y las compañeras, hay compañeros, compañeras, hermanos, hermanas solidarios, entonces lo que hacen los compañeros es no gastar así nada más los recursos, crean algo con eso, porque sabemos que solo una vez, dos vez, tres vez se puede. No se va a poder más. Por eso los compañeros, entonces puedo decir, lo reproducen, y otras de las cosas que tienen los compas, ellos lo ven, ellos lo dicen los compas, tenemos chiquitita libertad y chiquitita independencia, pero la más mejor, porque es el pueblo el que decide, no un grupo. Juntos con su gobierno y el pueblo. Entonces es ahí donde los compañeros dicen: aquí en este terreno de lucha, ya lo mandamos a la chingada al gobierno. No sé cómo vas a traducir eso.

 

Pues así lo dicen los compas, porque entonces lo agarraron como suyo, pues. Y eso es lo que está emputado en el sistema, por eso. Porque con los compas no entra el gobierno.

 

Las compañeras son las más mejores de saber cuidar los recursos, que los hombres, que somos más gastones, de veras. Resulta que ese colectivo de mujeres, ayuda a otras mujeres de otros pueblos, le pasan, le dicen al partir, es decir de que entonces, hay 40 vacas le pasan 20 vacas a un pueblo colectivo, entonces cuando ya crían las 20 vacas, diez le queda a ese pueblo y diez le queda el que dio, así se van apoyándose de uno a otro. Y así se han apoyado de municipios a municipios autónomos. Ahora resulta que los que dan trabajo, los que saben organizar trabajo, son nuestras compañeras, les dan trabajo a los hombres.

 

Antes nuestras compañeras mujeres no tenían la posibilidad, ahora las compañeras son promotoras de educación, son promotoras de salud, son consejos de los MAREZ, de los municipios autónomos, son autoridades de los pueblos, que le decimos comisariadas o agentas, son miembros de junta de buen gobierno, son locutoras, de emisoras, trabajan pues en el laboratorio de la salud, están aprendiendo de cirujanas. Entonces un montón de cosas donde están las compañeras ahora.

 

El gran cambio que han visto es que entonces, los insurgentes y los mandos entendimos lo quieren el pueblo, porque nosotros no queremos ser gobierno y nos convencieron, porque es la verdad lo que dicen los pueblos. Pos, está bien, que somos revolucionarios, insurgentes, pero los que lo enfrentan día y noche, día a día, son los pueblos, entonces, por lo tanto, saben más.

 

La sorpresa que hay es que, cuando tuvieron la libertad los jóvenes y jóvenas, por ejemplo, quieren aprender muchas cosas, pero que ahorita no tenemos posibilidades, pero tienen un ánimo de cómo mejorar lo que ven que están haciendo. Por ejemplo: dicen por ejemplo que como vivieron sus bisabuelos y abuelos, porque antes nunca ocuparon medicamentos, vivieron en las plantas medicinales. Entonces ellos dicen ahora, los jóvenes y las jóvenas, necesitamos estudiar cuales es la sustancia que tiene esta planta, están hablando ya de, cómo se dice eso, químicas, biologías y esas cosas, laboratorios, ¿dónde lo encontramos? Pues es si dificultad que tenemos ahorita pues, pero lo vamos a tener que resolver, vete a saber cómo.

 

Otra sorpresa que nos agarran los compas es, es este, cómo ven ellos, cómo entienden ellos, es que el capitalismo quieren que reine el dinero, dicen, o sea que si no tienes dinero no puedes tener nada, entonces dicen cómo vivieron nuestro bisabuelos, dicen, porque no existía dinero antes, entonces empiezan a hacer investigación, resulta que se intercambiaban, se prestaban, o sea de productos pues, entonces, dicen eso que hay que rescatarlo, estamos diciendo ahorita que el dinero no sirve, hoy si sirve, dan ejemplo en el sistema en que estamos, los pinches médicos así lo dicen. Cuando te van a hacer una cirugía, no van a aceptar una tonelada de maíz o frijol, quien paga, dinero. Entonces si tenemos que trabajar para tener dinero para esas necesidades, pero muchas cosas no, cosas así que van rescatando sus culturas, los compañeros. Una gran sorpresa que nos dieron a nosotros es que esa autonomía que decimos, que el pueblo manda y el gobierno obedece, no hay manual, no hay libro, no hay película documental porque es el pueblo realmente la que manda, entonces ellos fueron inventando, creando, imaginando, y hombres y mujeres y miles. Eso nos tiene con gran sorpresa.

 

¿Cómo ustedes entienden el progreso?

 

Un ejemplo muy sencillo, hay miles de hectáreas que eran de ganado para los terratenientes, ahora esas miles de hectáreas de tierra, es alimento del pueblo. Entonces eso es un progreso y ya. Y allí va a estar ahí, para la vida. De generaciones y generaciones. Entonces, así está todo lo demás. Siempre el pueblo va a ir decidiendo. Eso es un progreso para nosotros

 

Las nuevas iniciativas de ustedes es una nueva etapa, esto hablando de las iniciativas de CompArte y lo demás. ¿Es una nueva etapa de la lucha zapatista?

 

Sí. Sí, porque vemos ya que el sistema ahora ya no tiene salvación, y los únicos que pueden salvar son los pueblos originarios, la ciencia y el arte. Esos tres se deben juntar pues. Porque podemos cantar cómo queremos un nuevo mundo, qué haces si solo nomás cantas, tienes que arriesgarte de construirlo. Pues por eso estamos llamando. Para pensarlo discutirlo, analizarlo, estudiarlo y luego decidirlo pues.

 

¿Si la humanidad sobrevive, cómo será el hombre de mañana?

 

El pueblo pobre no se equivoca, sabrá cómo es lo mejor. El pueblo, no los líderes.

 

¿Qué significa ser zapatistas, sin ser indígena y viviendo lejos de Chiapas?

 

Luchar sin rendir, sin venderse, ni claudicar, como dé lugar hay que liberar este mundo. Eso es ser zapatista, siempre pidiendo pensamiento del pueblo, si lo dejamos de preguntarle al pueblo, ahí es donde comienza otra vez la equivocación. Siempre al pueblo, aunque se equivoque el pueblo, es el pueblo el que tiene que corregir de nuevo. Por eso nosotros somos líderes zapatistas, si nosotros equivocamos, el pueblo lo paga. ¿Es correcto? ¿Es correcto que nos equivoquemos y el pueblo paga? Entonces hay que preguntarle al pueblo y hacer lo que dice el pueblo, y si el pueblo se equivoca, es el pueblo el que sufre y el mismo pueblo lo va a corregir, porque es él, es ella el que equivocó, no nosotros. Por eso nosotros debemos ser representantes, representamos a nuestro pueblo. Por mi voz habla la voz de los compañeros. Lo que les platiqué es lo que están haciendo los compañeros y compañeros.

 

México, Chiapas, 23 de abril de 2016

 

¹ Entre el vocero del EZLN Subcomandante Insurgente Moisés, el colectivo artístico social Chto Delat (San Petersburgo, Rusia) y el periodista Oleg Yasinsky (Ucrania).

 

http://www.pressenza.com/es/2016/04/subcomandante-moises-hubieramos-hecho-22-anos-balazos-no-hubiesemos-construido-lo-ahora/

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/177193
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