El inagotable cuento del tío

26/05/2016
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Tú lo llamas como quieras –cuento del tío, ‘paquete chileno’ (Colombia), tocomocho o quilombo–, se trata de una estafa cuyo enganche es la insaciable codicia que obnubila tu sensatez, abate tus suspicacias, adormece tus recelos y facilita que te bajen los chiteco.

 

Las firmas Asesoras de Inversiones y las AFP entran en el lote. En algunas semanas estallaron varios escándalos ligados a otros tantos expertos en miríficas inversiones. Uno de ellos, Alberto Chang, está a buen recaudo en Malta, un paraíso fiscal. Después de AC Inversions, Investig Capital e IM Forex, era como para estar saltón, pero más puede la codicia.

 

Ahora se trata de Rodríguez y Asociados (Carlos y Claudio Rodríguez), firma que acaba de comunicar su insolvencia y el cierre de sus rentables actividades. En los estándares estadounidenses no dan para gatos de campo: tenían unos dos mil ‘clientes’, y gestionaban entre US$ 50 y US$ 100 millones, una poquedad.

 

Lo alucinante es la promoción de sus habilidades: Rodríguez y Asociados le contaba a quienes querían escucharle: Seguimos “estrictos parámetros matemáticos en cada una de nuestras inversiones. Sabemos que los números son indiscutibles y que una decisión basada en un ‘modelo matemático’ es considerablemente más eficiente que cualquier especulación o intuición” (sic).

 

Para convencer a los idiotas con plata, agregaban: Con nuestras “inversiones cuantitativas buscamos eliminar los errores, controlar el riesgo y, por consiguiente, lograr un incremento en el retorno absoluto” (resic).

 

La jerga de economista ya es sospechosa. El chamullo matemático es para salir huyendo a grandes zancadas. Explicancia.

 

Merton y Scholes son dos expertos como se pide. Economistas. Y matemáticos. No cualquier matemático: los mendas se pasean por el cálculo diferencial estocástico, adoran los movimientos brownianos. Al punto que les dio por explicar los movimientos de los precios echando mano a la Pedesis. Gracias a lo cual inventaron una martingala, un modelo matemático infalible.

 

Al lado de Merton y Scholes, Alberto Chang, los Rodríguez, Enzo Bertinelli (Inverlink), Andrés Velasco, Rodrigo Valdés y Carlos Massad son tristes vendedores de amuletos contra el riesgo y de fetiches para el crecimiento.

 

Robert Merton fue profesor en el MIT, en la Universidad de Columbia y en el Instituto Tecnológico de Massachussets. Myron Scholes, un graduado MBA de la University of Chicago Booth School of Business. ¿Te conté que les dieron el premio Nobel de Economía el año 1997?

 

Unos años antes, en 1973, Robert C. Merton había publicado una nota titulada Theory of Rational Option Pricing. Ya había empezado a pirarse de la cafetera. Sus trabajos con Scholes y un tal Black, dio lugar al modelo matemático Black-Scholes-Merton, infalible para las inversiones en productos financieros derivados.

 

Gracias a ese modelo era imposible perder plata. Le jugabas a las rojas, y la ruleta daba roja. Le jugabas a las negras, y la ruleta daba negras. Ya puestos, jugabas un ‘pleno’, y la ruleta se paraba, exactamente, en el número que habías jugado. La prensa financiera les saludó como se debe: “Los genios que permitieron la explosión sin riesgo del maravilloso mundo de la especulación”.

 

Su aguda inteligencia les hizo comprender que no podían detenerse en tan buen camino y fueron a ver a John Meriwether, corredor de Bolsa de Salomon Brothers, firma que dejó cuando uno de sus amigos transmitió órdenes falsificadas al Banco Federal de los EEUU. “Johnny la transparencia” –así le llamaban– les presentó a David Mullins, ex vicepresidente del Banco Federal.

 

Juntos crearon (1994) Long Term Capital Management (LTCM), asesora de inversiones que se hizo famosa, ya verás. LTCM jugó unos 150 mil millones de dólares a partir de fondos propios inferiores a US$ 3 mil millones. Bernard Maris precisa que el monto de los activos que ‘manejaba’ LTCM equivalían al PIB de Francia, en esa época 1,25 billones de dólares!

 

Los clientes de LTCM eran los grandes bancos: los especialistas del riesgo. Un pinche cliente particular tenía que poner un mínimo de 10 millones de dólares, bloqueados durante tres años. Los patrones de Wall Street corrieron a poner sus economías en LTCM.

 

A poco andar se escuchó un ruidito extraño, algo así como una crujidera de bielas sin aceite, o una pedorrea anunciadora de una imparable diarrea, y todo se fue a la mierda. Las estimaciones más conservadoras cifran las pérdidas en unos 600 mil millones de dólares.

 

Merton y Scholes –como los Rodríguez– vendían un modelo sin riesgo en un mercado especulativo que solo existe gracias al riesgo. Una pequeña contradicción. Pero la ley de la oferta y la demanda, la transparencia, los indiscutibles números y los modelos matemáticos llevan al “incremento del retorno absoluto”.

 

Desde luego, el cagazo lo pagaron los contribuyentes del imperio, los atorrantes. Merton y Scholes -por su parte- recibieron en prima 50 millones de dólares. Hace poco El Mercurio echó mano a la consagrada opinión de Merton, gente que sabe.

 

Rodríguez y Asociados, –en una jugada que dice mucho más de estos cretinos que de la empresa misma–, logró que eminencias como Carlos Massad (ex presidente del Banco Central estafado por Inverlink), Evelyn Matthei (ex candidata presidencial) y Felipe Morandé (ex ministro de Transportes de Piñera), viniesen a aportarle su propia credibilidad (?) a cambio de un billete.

 

Lo de siempre: la insaciable codicia que obnubila tu sensatez, abate tus suspicacias, adormece tus recelos y facilita que te bajen los chiteco.

 

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https://www.alainet.org/es/articulo/177713

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