Un movimiento ciudadano para evitar que todo siga igual o peor

31/05/2016
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Colombia es un proyecto de país –que se quedó a media marcha–, por efecto de la intervención colonial e imperial de potencias extranjeras y por la inexistencia de una clase burguesa que en el siglo XIX y XX tuviera la capacidad de unificar a las regiones y poblaciones dominadas y divididas por un poder terrateniente atrasado, clerical, reaccionario y anti-nacional.

 

Hoy el imperio estadounidense actúa con cálculo milimétrico para que todo siga igual. La paz "perrata" que se concierta sólo será la continuidad del estado fallido que tenemos. La violencia "política" será reemplazada por la "violencia delincuencial". Pero la segunda fase de neoliberalismo -más agresiva que la primera-, tendrá el territorio despejado.

 

Inmediatamente se firmen los acuerdos con las FARC (que ojalá se firmen rápido), y se realice el plebiscito refrendatorio (que va a pasar "raspando") se alinearán las fuerzas políticas de la siguiente forma, como ya lo muestran las tendencias:

 

  • El "santismo" (liberales, la U, un sector de conservadores y un sector de la izquierda) que se unificarán para administrar los recursos del "post-conflicto" y recibir las migajas de las grandes inversiones que prepara el Gran Capital Transnacional.

 

  • El "uribismo" (al cual se arrimará Vargas Lleras si al gobierno le va muy mal en el plebiscito) que peleará la presidencia en 2018 con idénticos propósitos (no se enfrentarán con el Imperio y tendrán que cumplir a regañadientes los acuerdos que se firmen).

 

  • Los partidos, grupos y "movimientos" de la izquierda que no se le sumen a Santos, pero profundamente divididos y dispersos.

 

  • Un Movimiento Ciudadano en construcción que debe plantearse cuatro puntos vitales para potenciarse como alternativa real:

 

1. Ser garantía de no robarse los recursos del "post-conflicto".

 

2. Cumplir con seriedad pero firmeza los acuerdos de paz.

 

3. Legalizar la producción de coca como única alternativa para acabar con la economía del narcotráfico y quitarle bases económicas a todo tipo de violencias.

 

4. Revisar la política minero-energética-petrolera para ajustar en forma absoluta las condiciones de contratación, inversión y operación de los proyectos extractivistas, a fin de proteger los ecosistemas naturales, defender a las comunidades locales y recaudar importantes recursos para fortalecer y diversificar nuestro aparato productivo para generar empleo digno y formal.

 

Popayán, 31 de mayo de 2016

 

E-mail: ferdorado@gmail.com

Twitter: @ferdorado

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/177772
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