¡El vergonzoso Ministro de Agricultura Aurelio Iragorri!

06/06/2016
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 campesino protesta colombia
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¿Quién es el Ministro de Agricultura que se opone a las peticiones del paro agrario?

 

Aurelio Iragorri Valencia es un delfín político. Abogado, rico y hacendado- terrateniente. Es el hijo de Aurelio Iragorri Hormaza, político de tradición, terrateniente del Departamento del Cauca, cacique y congresista durante 34 años. Es nieto del ex presidente de Colombia y ex Gobernador del Cauca, Guillermo León Valencia. En su sangre corre una estirpe de familia de terratenientes y políticos dueños de feudos, donde les han usurpado las tierras a los indígenas, negros y campesinos del Cauca. Su estirpe de hacendados-terratenientes pisa el congreso, allí se encuentra la exacerbada congresista Paloma Valencia representante del partido de extrema derecha del Centro Democrático, prima de este dichoso ministro de agricultura.

 

Cada uno desde sus orillas, no les interesa absolutamente nada de los planes de vida de las comunidades indígenas, negras y campesinas. Son un amasijo de clase.

 

Del sector agropecuario: los indígenas, campesinos y afro-descendientes en resistencia

 

En medio del paro de la Minga Nacional Agraria, Campesina, Etnica y Popular, este tema se relaciona con la paz y las comunidades agrarias. El paro agrario es por el incumplimiento del Gobierno.

 

El principal escenario para alimentar la etapa del postconflicto es el sector agropecuario, que escandalosamente se encuentra en su estado deplorable, ante la inminente firma de un acuerdo de paz entre Gobierno y las Farc-Ep. El nivel del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, empoderado por este señor Aurelio Irragori está lleno de politiquería y una corrupción sin fondo en todos sus niveles.

 

Se pasó del INCODER, entidad que gestionaba las tierras y los proyectos campesinos, donde se fraguó el mayor clientelismo, corrupción y politiquería con los dineros de las comunidades campesinas, mucho antes de liquidarse esta entidad ya se había demandado. Uno de los más principales opositores a la decisión del INCODER de asignar territorios del departamento a las comunidades indígenas como parte del Plan Cauca del gobernador Chaux, fue precisamente el flamante padre del actual ministro de agricultura.

 

Este ya tiene un precedente de esta clase de hacendados sobre las acciones que se ejercen sobra la tierra de los indígenas , campesinos y sectores populares, un INCODER gravado por corrupción y clientelismo que sin más pasó a la creación del engendro administrativo de base neoliberal llamado: Agencia Nacional de Tierras y de Desarrollo Rural, entidad que según el presidente Juan Manuel Santos será el as de oro del posconflicto, pero esto hasta hora no es más que una entidad “títere de la paz”, es decir ni fu, ni fa con los hilos deteriorados para querer darle validez a la paz. Esta agencia liderada por el ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Aurelio Iragorri, está lejos de convertirse en el punto clave en el actual proceso de paz, desde su ministerio no se ha llegado a viabilizar ninguna de las demandas de los indígenas, negros y campesinos, donde los proyectos productivos del postconflicto son de origen rural y se requiere un carácter vinculante territorialmente para hacer posible la paz.

 

Esta vinculación requiere prioridad como mesa de concertación campesina, indígena y afro, en el cual se dé prioridad al cumplimiento de los proyectos productivos, los planes de desarrollo de las comunidades, se ofrezca garantías de efectividad y trámite de los proyectos sin el clientelismo, ni la politiquería que se ha tramado históricamente desde el desaparecido INCODER, en donde abundan los entramados con sectores políticos como congresistas y contratistas como en los departamentos del Valle del Cauca y Cauca y la corrupción sobre las tierras, viéndose afectados los sectores sociales por el oscurantismo político, la negligencia y la ambición desmedida de sectores políticos regionales .

 

Hoy se requiere que el actual ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, se ponga con responsabilidad ante los incumplimientos y que sí no puede asumir con ética, pues abandone su cargo. La Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, espacio de unidad organizativa formado en marzo de 2014, es una respuesta al paro realizado en agosto de 2013. Hoy la protesta está encaminada por las siguientes peticiones incumplidas por el Estado:

 

1. Los recursos de los proyectos de las comunidades.

 

2. La falta de instalación de redes públicas hospitalarias.

 

3. Construir y evaluar las escuelas.

 

4. Mejorar la calidad en los servicios públicos.

 

5. Rechazo ante el Plan de Desarrollo Nacional.

 

6. Rechazo ante la violencia generada por estructuras paramilitares.

 

7. Rechazo de la “Ley Zidres”, la cual, facilita la conversión de los campesinos en obreros asalariados de grandes agroindustrias y de corporaciones transnacionales.

 

8. El esclarecimiento de los asesinatos realizados mediante la protesta y la judicialización de 121 personas.

 

Es necesario la solidaridad y compromiso de todos los gremios y sectores populares ante la arremetida represiva, la judicialización y el esclarecimiento de los 17 asesinatos del paro pasado y la muerte de tres indígenas: Willington Quibarecama Naquirucama de 26 años, en el sector La Delfina de la vía a Buenaventura, Gersaín Cerón del Resguardo Sat Tama Kiwe del municipio de Caldono y Roger Díaz del Resguardo La Aguada.

 

El presidente, si quiere paz, debe hacer un alto, propiciar el diálogo y la concertación para que se ejecute, quizás mediante veedurías campesinas el cumplimiento sobre el pliego de peticiones de las comunidades rurales. La paz no se construye sola, ni firmando en el Palacio de Nariño, ello está muy lejos de la realidad indígena, campesina y afro. La implementación de medidas represivas y el incumplimiento de lo pactado, solo será un aviso para el tiempo del presente que quizás arrecie una vez más…, el ciclope vendrá como en las montañas de “la Odisea” de Homero, entonces muchos se preguntaran ¿será que la paz fue solo una vana ilusión?

 

Lo campesinos, negros e indignas tienen la razón: el gobierno de Juan Manuel Santos NO ha cumplido y no basta con pedir perdón. Este presidente que hable claro al país y no venga con su risita demagógica y su plan internacional de paz... y además, esta paz será una ilusión vana. En una frase: ¡Colombia tiene enredada la paz, bajo el ovillo ministerial de Juan Manuel Santos!

 

Por esto y mucho más el paro debe ser persistente y unirse todo un pueblo. Los hombres de ciudad comen de lo que producen los campesinos.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/177919
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