Dualidad de poderes y de economías

20/06/2016
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En la lucha política actual insistimos en diferenciar dos escenarios: el del Estado Heredado y el del Contrapoder Desde Abajo. El primero, es el que corresponde a la actual relación de fuerzas en donde predomina a nivel mundial el poder y la hegemonía del capital financiero. Tal situación no va a cambiar de un momento a otro porque una u otra fuerza política llegue al gobierno como nos lo ha enseñado la experiencia de los gobiernos “bolivarianos” y “progresistas” de América Latina (por eso es tan importante la re-definición del Poder, entenderlo, a la vez, como “relación” y como “cosa”).

 

La ilusión de que por la vía electoral se cambia sustancialmente la correlación de fuerzas es errada. La vía electoral sirve y debe ser utilizada pero, sólo como instrumento supletorio o complementario para acceder a los gobiernos y darle a estos, el uso adecuado. Sin ilusionarnos que desde esa institucionalidad heredada (así se realice una Asamblea Constituyente y se cambie totalmente la Constitución) se pueden hacer los cambios estructurales que la humanidad y el pueblo necesitan.

 

El otro escenario es el de la construcción de nuevos poderes populares, reales y concretos, con nuevas economías colaborativas (que ya tienen todas las condiciones para avanzar aprovechando las nuevas tecnologías cibernéticas, digitales y computacionales). Con nuevas culturas y nuevas relaciones sociales de reciprocidad y solidaridad. Allí hay que meterla toda. Se requiere creatividad y quitarnos de encima los esquemas legalistas y, especialmente el "falso revolucionarismo" (falsa revolución, aparente y vistosa pero de papel y grafiti).

 

Por ejemplo, en la Universidad se podría hacer mucho en ese sentido. Democratizar el conocimiento por medio de redes colaborativas que rompan con el esquema de las matrículas, títulos, créditos, etc. Romper la lógica del mercado del conocimiento sin necesidad de pedirle permiso a nadie, ni al rector ni al gobierno. Subvertir el orden jerárquico sin necesidad de protestar, sino haciendo cosas nuevas que construyan "Contrapoder Real". Y eso ya se está haciendo en todo el mundo, sin demasiado ideologismo y sin tanta retórica “revolucionaria”.

 

Claro, es mejor tener el control del Estado heredado (la colaboración del rector, por ejemplo), para poder contar con ciertas ayudas o por lo menos no tantos bloqueos para la tarea esencial y principal, pero sin que la “orden” venga de arriba. La segunda tarea es una labor eminentemente “Desde Abajo” y transversal, con autonomía e independencia del primer escenario. Por el contrario, con ese Poder Real, se puede presionar poco a poco los cambios en el Estado Heredado que sean necesarios pero sin afanarse e ilusionarse demasiado. Que los cambios que se consigan tengan el suficiente soporte en la gente organizada para que se mantengan y consoliden en el tiempo. Solo así avanzaremos.

 

El gobierno de los bienes comunes (Ostrom) y el pro-común colaborativo (Rifkin) sirven para el segundo escenario. En la medida en que la economía y la cultura colaborativa sigan desarrollándose y fortaleciéndose podrán –indudablemente–, socavar las bases de la economía crematística (capitalismo) en un proceso que será largo y dispendioso. El capitalismo no será derrotado con leyes y desde el Estado sino que paulatinamente será reemplazado por otras economías colaborativas (más eficientes y menos dañinas para la humanidad y la naturaleza) que ya están emergiendo en el mundo y que requieren de la ayuda del poder político para, por lo menos, debilitar los monopolios y las mafias financieras que hacen todo lo posible por evitar el surgimiento de lo nuevo (colaborativo, solidario, recíproco, amistoso, “desinteresado”).

 

Por ello la apuesta en lo electoral en este instante de Colombia debe ser tranquila, moderada, desapasionada, sin crearse tantas ilusiones de cambios estructurales. Con sólo que salgamos de la polarización Santos-Uribe y derrotemos la corrupción político-administrativa, daremos un salto enorme. Y sin que el movimiento social y popular se deje cooptar por la administración de la mermelada del “post-conflicto”. El acento deberá ser volver sobre las bases sociales para construir nuevas prácticas de Poder Colaborativo, derrotando las dañinas burocracias y construyendo “Contrapoder Desde Abajo”. El escenario institucional debe ser dejado a algunos especialistas honestos y éticos, pero la tarea verdaderamente revolucionaria, dura y gris pero creativa, productiva y transformadora debe ser encabezada por los mejores cuadros vinculados entrañablemente a sus bases sociales.

 

La lucha entonces es contra el ilusionismo institucional y legalista. Por la construcción real de Contrapoder Desde Abajo.

 

Popayán, 18 de junio de 2016

 

E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado

http://aranandoelcieloyarandolatierra.blogspot.com.co/2016/06/dualidad-de-poderes-y-de-economias.html#.V2Vrafl97IU

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/178220?language=es
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