Foro de Sao Paulo
- Opinión
Este día inicia el XXII Encuentro del Foro de Sao Paulo. Representantes de los partidos de izquierda de América Latina y el Caribe se reúnen en San Salvador para analizar el actual contexto latinoamericano y buscar estrategias que les permitan fortalecerse para avanzar con sus proyectos políticos.
La reunión sucede mientras la izquierda retrocede o se debilita en varios países latinoamericanos donde ha gobernado en los últimos años: Argentina, Brasil, Venezuela. Tal situación obliga a la izquierda a revisar auto-críticamente su desempeño a fin de identificar errores, debilidades y contradicciones que disminuyen sus capacidades para frenar la creciente reinstauración de las fuerzas conservadoras.
Un primer aspecto que la izquierda latinoamericana debería revisar es su incapacidad para desmontar la hegemonía cultural-ideológica de la derecha y plantearse como tarea urgente la construcción de nuevas narrativas, sentidos e imaginarios colectivos en los sectores populares y capas medias.
Que millones de brasileños y argentinos -tras ser sacados de la pobreza y convertidos en “clasemedieros” por las políticas redistributivas de los gobiernos de Lula y Cristina Fernández- voten después por la derecha, indica que los programas socio-económicos que mejoraron las condiciones de vida de la gente no fueron acompañados por procesos formativos que propiciaran transformaciones culturales.
Esto mismo podría pasarle a la izquierda en otros países donde gobierna pero no ha cambiado los modelos mediáticos y sistemas educativos.
Una segunda cuestión a analizar es la falta de cambios estructurales en gobiernos progresistas que “por falta de correlación” o para “mantener la gobernabilidad” perpetúan modelos neoliberales. O casos como Venezuela, donde no sólo hay conspiración imperialista, desestabilización de la derecha y guerra económica, sino también graves ineficiencias y altos niveles de corrupción en la izquierda gobernante.
Y un tercer asunto relevante es la relación con los movimientos sociales. Algunas izquierdas llegadas al poder descuidan la relación con las organizaciones populares y movimientos sociales, y por “pragmatismo político” priorizan las alianzas -principalmente parlamentarias- con sectores de derecha que se convierten en cuervos que después les sacan los ojos.
Ojalá, pues, que la izquierda revitalice su potencial transformador necesario para construir una América Latina más democrática, justa, equitativa y sustentable. Y para eso se requiere retomar la perspectiva contra-hegemónica, tener mucha auto-crítica y volverse a la mística revolucionaria.
Asociación de Radios y Programas Participativos de El Salvador (ARPAS)
http://www.prensa.arpas.org.sv/
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