Brasil: Encuentro Internacional de la Juventud en Lucha reunió jóvenes de 40 países en Maricá
- Opinión
Más de 5 mil personas, entre conferencistas y militantes, de 105 organizaciones de 40 países participaron del evento.
Desde el 22 al 26 de junio, el municipio de Maricá, interior del estado del Rio de Janeiro, recibió el Festival de la Utopía, que reunió más de 5 mil personas, entre conferencistas y militantes de 105 organizaciones de 40 países. Durante la intensa jornada, jóvenes de diversos rincones del mundo se reunieron para participar del Encuentro Internacional de la Juventud en Lucha, donde se debatió la situación política de los diferentes territorios y se dejó plasmada la denuncia a las opresiones, la lucha contra el imperialismo y el rechazo al neoliberalismo.
“Estamos aquí para discutir un mundo mejor y cómo alcanzar otro mundo que no sea lo del capitalismo, del imperialismo. Es muy importante y animador estar aquí. Espero que esta articulación nos lleve y contribuya con nuevas luchas alrededor del mundo por la juventud, por los sin-tierra”, manifestó Umut Kocagöz, de 29 años, delegado de la Ciftçi-Sen, un movimiento de pequeños agricultores de Turquía.
Juyong Jung, 28 años, viajó desde Corea del Sur. Es miembro de la Korean Pleasant League (Liga Coreana de Campesinos), organización que integra la Vía Campesina Internacional. Con la ayuda de su intérprete, afirmó estar impresionado con la juventud de América Latina, África y hasta mismo de otras regiones de Asia. “Estoy feliz de conocer a cada persona en este festival”, dijo tímidamente.
Ambos participaron del Encuentro Internacional de la Juventud, en la Escuela pública Joana Benedicta Rangel, en el centro de la ciudad de Maricá; una reunión que puede rendir frutos y transformarse en una entidad permanente, asegura el militante turco.
Una de las representantes estadounidense, Erica N. Willians, de 33 años, es embajadora de la Poor People’s Campaign, cuyo principal objetivo es actuar con personas en situación de pobreza en un intento de asegurar la igualdad de derechos y condiciones justas de vivienda y salud. Williams milita desde los 8 años, motivada por sus abuelos ligados a organizaciones de justicia social en los Estados Unidos.
“Yo crecí viendo a mis abuelos ayudando a las personas que buscaban empleo. Entonces eso está en la sangre. A medida que fui creciendo, tuve más pasión por la lucha por los derechos humanos”, cuenta.
La activista norteamericana viajó hasta Brasil por entender que ambos países están unidos cuando negros y pobres son oprimidos y asesinados todos los días. “Está siendo una experiencia increíble conocer personas de todo el mundo y descubrir, en este encuentro, que nuestras agendas son las mismas. Yo conocí muchos mexicanos y pude conversar sobre las condiciones de pobreza que viven allí y son las mismas luchas que la de los estadounidenses. Nosotros estamos listos para cambios, tienen que haber alternativas”, afirmó.
Y este es el mismo sentimiento de la activista palestina Sahara (1), de 29 años. Ella apuntó que la aproximación con movimientos internacionales la hace percibir las semejanzas entre países que creía muy distintos. “Es importante estar aquí, con todas esas personas para aprender con sus experiencias y entender que luchamos contra los mismos enemigos. Con toda esa energía potente que siento aquí, siento como se estuviese en Palestina. Todos quieren cambios, justicia y luchan por una vida mejor, por algo diferente”, relató.
Ella, que milita en un colectivo de mujeres, explica que conoció el festival a través de la relación que su grupo mantiene con el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), que también organiza el evento. “Defiendo la lucha de las mujeres en todo el mundo. Muchas han sido muertas en Palestina solo por ser mujeres. Intentamos concientizar sobre la situación y su rol en esta construcción”, dijo.
La joven palestina es de una pequeña aldea donde la cultura machista puede ser aún más opresora, dice. “Mujeres muy jóvenes no pueden continuar sus estudios por causa de sus casamientos arreglados”, ejemplificó. Ella cuenta que su madre, también activista, fue una gran referencia para que ella frecuentase espacios feministas. “Y ahora estamos intentando hacer con que esa experiencia se mantenga viva. Hay historias de adolescentes palestinas que son presas y sufren con abusos y torturas”, contó.
También combatiendo el patriarcado, la indiana Sima Ganguly almorzaba en el gimnasio de la ciudad de Maricá cuando contó que el significado de su nombre es “límite”. La elección fue realizada cuando sus padres, de familia muy conservadora, supieron que ella era una niña. “Pero acostumbre a decir que estoy más allá de todos los límites”, dijo chistosamente.
Ella viajó a Brasil para compartir experiencias del colectivo de artes escénicas Jana Sanskrit, grupo que es referencia mundial en el teatro del oprimido. “Encuentros como este son esenciales para que la gente se conozca. De alguna manera, nuestra familia se expande”, dijo.
El colectivo surgió cuando un grupo de militantes que rompieron con el Partido Comunista de la India, el PCI-M, decidió crear un movimiento de masas en el campo. A través del teatro, ellos pasaron a actuar en el campo político y comunicarse con los campesinos. Hoy ella estima que la base del movimiento reúne alrededor de 20 mil trabajadores rurales.
Entre el grupo de mexicanos estaba Omar García, uno de los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, que continua en la denuncia por el esclarecimiento de los 43 compañeros desaparecidos.
Para el militante mexicano, los recientes casos de represión y asesinatos cometidos por el gobierno – como el uso de la fuerza contra profesores en lucha en Oaxaca – son parámetros de como la violencia es intrínseca al Estado. Por eso, la intersección de los movimientos sería una articulación de movimientos.
Lo mismo afirma la argentina Silvana Broggi, de 29 años, militante del Movimiento Popular Patria Grande. “Estamos tratando de estructurar una articulación, una propuesta que nos fortalezca como jóvenes, inseridos en el contexto de América Latina y en el mundo en general. Sentimos cada vez más fuerte las opresiones del capitalismo, del imperialismo, en nuestros territorios, sobre nuestros cuerpos”, afirmó.
Según ella, el intercambio de experiencias en el encuentro anima a la juventud a buscar soluciones también colectivas. “Eso nos abre la cabeza y las perspectivas para mostrarnos que los proyectos colectivos son la salida. Son los que tienen cada vez más chances de ganar al imperialismo, a la lluvia de opresiones”, concluyó.
Nombre ficticio para preservar su identidad.
27 de junio de 2016
Video sobre o Festival https://www.youtube.com/watch?list=PLytfbsQYLZpB5uDo8LRdjf9X9RfOlFw4d&v=M-YqtDLQd8k
Rute Pina, Enviada especial a Maricá (RJ), Brasil de Fato /Resumen Latinoamericano
Traducción: María Julia Giménez
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