¿Qué es el crimen organizado?

08/08/2016
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 drogas dea
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Hemos venido advirtiendo que tal vez, la principal amenaza que se cierne en América del Sur y que puede afectar los procesos de integración en la conformación de un Estado continental que reúna la capacidad de soberanía, son las narcodemocracias, que en verdad son la cooptación del poder político por el crimen organizado.

 

La Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia contra la Delincuencia Organizada Transnacional , firmada en 2000 y entrada en vigor en el 2003  (disponible en: www.acnur.org/biblioteca/pdf/1292.pdf )  lo define como: "Un grupo estructurado (no formado de manera puntual para la comisión inmediata de un crimen), de tres o más personas , que existe durante un periodo continuado de tiempo, y actúa en concierto con el objetivo de cometer uno o más crímenes (sujetas a privación de libertad de al menos cuatro años), establecidas de acuerdo a esta Convención, y con el objetivo de obtener directa o indirectamente un beneficio material o de otro tipo".

 

El crimen organizado podríamos decir no es un fenómeno nuevo y tanto la literatura como el cine, lo han inmortalizado, aunque en formas que poco tienen que ver con sus características actuales. Los avances tecnológicos y la economía política global han permitido su expansión a nuevas zonas del mundo y cambios sustanciales en su manera de operar. Muchos grupos no solo están involucrados en el tráfico de la droga sino en mercados diversificados que incluyen el tráfico de seres humanos, armas o minerales, la piratería y otros fenómenos.

 

Las viejas organizaciones al estilo de la mafia italiana eran jerárquicas, conservadoras y en el fondo, incluso nacionalistas. Mientras que las del siglo XXI se caracterizan por su fluidez y las fronteras son oportunidades.

 

La relación del crimen organizado con los Estados es compleja y depende de las tipologías del Estado en cuestión. Pueden actuar en Estados desarrollados (se adapta a las características de cada lugar), pero tienen especial impacto en Estados frágiles, afectados por conflictos o en situaciones postconflictos, con dificultades regulatorias y de capacidad en términos institucionales de gobernabilidad.

 

El crimen organizado capta a sus miembros especialmente entre sectores en mayor riesgo de pobreza y exclusión y se convierte en una de las escasas oportunidades de ascenso social. Con sus actividades crean redes y poderes paralelos, actúan en los márgenes que dejan los Estados y con sus acciones contribuyen a erosionar sus capacidades.

 

En ocasiones llegan a controlar territorios, no solo en zonas aisladas sino en barrios de las capitales y grandes ciudades. Las zonas suburbanas pobres, con vacíos estatales, es cubierto como por las redes del narcotráfico y el crimen organizado. Las actividades ilícitas, aparecen en estos casos, como una forma de inclusión social, inserción económica e incluso, reconocimiento político, todo ellos articulados en un mercado clandestino.

 

El Estado es clave en la naturaleza y alcance del crimen organizado que opera en su territorio. El crimen organizado tiene alta capacidad de corromper (mediante sobornos, amenazas o violencia) a funcionarios y partes del Estado para que toleren sus actividades.

 

En ocasiones, el Estado o parte de él, no necesitan ser coaccionados sino que establecen voluntariamente alianza con redes criminales en las que pueden participar sectores políticos, de los aparatos de seguridad y del empresariado "legal".

 

La correlación entre crimen organizado y violencia no es automático ni predeterminada. La violencia es más común cuando un grupo está tratando de establecerse o de mantener su control sobre un mercado ilegal, o como respuesta a acciones del Estado, es decir, cuando hay inestabilidad. Cuando el mercado alcanza un equilibrio los niveles de violencia se reducen y quedan relegados a una forma (entre otras) de ejercer control en un territorio. Es decir, la violencia es más propia de los mercados ilegales que de los legales, como mostró su ascenso en Estados Unidos asociada a la industria del alcohol, mientras este fue ilegal.

 

Los mercados ilícitos son menos violentos cuando existen redes paralelas que cooptan al Estado y se vuelven más violentas cuando fallan, o cuando el Estado decide hacer cumplir la ley y rompe ese pacto no escrito.

 

Dentro de todas las actividades asociados al crimen organizado, el tráfico de drogas ilegales es la más relevante. Podemos decir, que es una actividad dinámica, transnacional y poli criminal. Busca expandir los mercados consumidores, diversificar sus empresas ilegales y la variedad de sus productos, y explora nuevos puntos de tránsito en lugares de baja imposición de la ley y alta corrupción.

 

La economía de la droga pone en situación de interrogante a nuestras propias democracias. Y fortalece paradójicamente a esta economía casino inhumana, ya que es pro sistema y aliada de los paraísos fiscales, y debilitan la soberanía de los Estados, poniéndonos ante el dilema vital: Estados continentales vs narcodemocracias.

 

Miguel Ángel Barrios -Argentina- es doctor en educación y en ciencia política. Autor de reconocidas obras sobre América Latina.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/179364?language=en
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