Es tiempo de buscar consensos nacionales

24/10/2016
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Terminado el período de consultas adelantado por el Presidente Santos y sus delegados con los voceros del No, en el cual se escucharon y recogieron las propuestas que motivaron a estos sectores de ciudadanos a apoyar la opción del No, se inició en La Habana una ronda de conversaciones entre las delegaciones del Gobierno Nacional y de las FARC para buscar introducirle al texto de los Acuerdos el máximo posible de dichas propuestas y deberíamos abrir, todos los colombianos, un margen de confianza y de espera de que van a hacer el trabajo lo mejor posible. Esperaríamos que todas las propuestas las analicen y valoren sin prevenciones.

 

El trabajo que van a hacer las delegaciones debería estar acompañado de otros indispensables esfuerzos nacionales. Si bien nadie discute que la competencia para pactar los acuerdos con las FARC radica en el Gobierno Nacional, también es verdad que todos los esfuerzos que se hagan complementariamente son necesarios y positivos, incluido el que se reconsidere de manera tranquila como algo prioritario, el encuentro entre voceros del No y los delegados de las FARC, no para negociar nada –insisto, la competencia para eso está en el Gobierno-, sino para que se escuchen de manera directa los argumentos que tiene cada sector acerca de sus posiciones y conozca los del otro; eso estoy seguro tiene una gran potencialidad para entender al otro y sus preocupaciones.

 

Simultáneamente los escenarios que se propicien para que miembros o delegados de la campaña del No y del Gobierno y sus aliados, con la contribución de centros académicos, gremios empresariales, grupos de ciudadanos organizados, iglesias, hagan ejercicios de acercar las diferencias en cuanto hace al contenido de las mismas, como a los procedimientos o métodos para hacerlo; esos ejercicios, no me cabe duda, pueden ser de gran ayuda para la re-elaboración de los Acuerdos, pero especialmente para contribuir a crear un clima de aproximación de posiciones entre colombianos, acerca de un esfuerzo nacional para terminar con el conflicto armado y aclimatar una sociedad en paz y con un ambiente de respeto entre todos. No olvidemos que un espacio adicional de construcción de acuerdos, además del texto de los mismos, es en los procedimientos de implementación.

 

Estoy convencido que en todos los campos –el del Gobierno y sus aliados, los del No, las FARC- hay voces sensatas que seguramente son las mayoritarias, –también en todos existen opiniones extremas o radicales- y se trata de hacer un gran esfuerzo porque estas voces sensatas terminen predominando y realicen el ejercicio de lograr convencer a sus sectores más radicales de la necesidad de hacer el necesario esfuerzo de construir los acuerdos mínimos para darle viabilidad a una paz realista, creíble y sostenible a los colombianos, para que este no sea más el tema de controversia nacional, sino cómo logramos niveles de desarrollo más adecuados e incluyentes para todos.

 

Un ambiente menos caldeado, de respeto a las opiniones y de convocatorias a continuar dialogando seriamente y el Presidente debe propiciar esto con los sectores nacionales, especialmente con los dirigentes del NO, contribuiría a concluir el trámite de este proceso de re-negociación e iniciar positivamente en este ambiente el proceso de conversaciones con el ELN.

 

Alejo Vargas Velásquez

Profesor Universidad Nacional

 

https://www.alainet.org/es/articulo/181163?language=en
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