Riesgos y amenazas al gobierno Trump

14/11/2016
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Un buen asesor de Donald Trump debiera prevenir al presidente electo sobre los riesgos y amenazas inminentes que ya se avizoran en el horizonte de su próximo mandato. Es cierto, su triunfo ha sido legítimo e indiscutible, sin embargo, es necesario tomar en cuenta que la mayoría del voto popular ha favorecido a la candidata opositora Hillary Clinton. Tras una contienda tan polarizada y a la luz de las actuales protestas en diversos estados de la Unión Americana, este hecho no constituye un dato menor.

 

Sin ser alarmista, un buen consejero debiera advertirle al señor Trump que el horno no está para bollos; la sociedad norteamericana hoy es un pastizal seco a la espera de una trágica chispa de consecuencias imprevisibles. Por lo mismo, es hora de la suma cautela y la extrema prudencia, es tiempo de que el candidato Trump se convierta en un “hombre de estado” y actúe en consecuencia.

 

A los síntomas de tensión en sectores de la sociedad norteamericana, especialmente entre jóvenes universitarios, se suma la mala reputación del presidente electo, lo que se evidencia en una muy mala imagen y relación con los medios de comunicación. El señor Trump tiene “mala prensa”, dentro y fuera de los Estados Unidos, lo que constituye una fuerte debilidad para su administración que todavía no comienza.

 

En el plano internacional, las cosas tampoco se ven fáciles. Un giro a la derecha y al “aislacionismo” en tiempos de globalización y equilibrios precarios es ya una idea extemporánea y un riesgo mayor. Un presidente sin experiencia es lo que menos se necesita en Washington. Basta revisar el estado de la situación en el mundo para darse cuenta de que Estados Unidos debe proceder con mucha prudencia. La presencia rusa en el Oriente Medio y su alianza con Siria e Irán, convierten dicha zona en un lugar de equilibrios muy peligrosos, aunque Netanyahu diga lo contrario. La presencia China en el Pacífico o la creciente importancia de los BRICS en la arena mundial son asuntos delicados en que se está jugando el futuro inmediato de la primera potencia mundial.

 

En América Latina, en particular, el clima político es muy desfavorable para el próximo gobierno estadounidense. Sus graves ofensas a los mexicanos se han sentido en toda la región como un discurso racista y xenófobo. La interrupción del deshielo con Cuba o las agresiones hacia Venezuela sumadas a sus ideas de expulsar a millones de indocumentados latinos y construir un muro en la frontera sur solo alimentan las viejas consignas de la Guerra Fría que se gritaban hace décadas: “Yankee go home!”

 

Por último, hay cuestiones tan delicadas como el calentamiento global y un acuerdo alcanzado en París que no se puede desahuciar sin consecuencias muy serias no sólo para los Estados Unidos. Un buen consejero debiera hacerle ver al presidente electo Donald Trump que en un mundo global no se puede volver el tiempo atrás y que el mundo actual dista mucho de los sueños nostálgicos y afiebrados de un “businessman” de Manhattan. Desde tiempos antiguos, la idea de un gobernante es sumar amigos, no restarlos, o peor aún, sumar enemigos.

Álvaro Cuadra es Doctor de la Université Paris-Sorbonne. Paris. France


 

https://www.alainet.org/es/articulo/181674
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