Trump versus los “razonables”

20/11/2016
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No satisfechos con haber provocado los múltiples desórdenes en que nos debatimos –financieros, económicos, políticos, sociales, desempleo masivo, guerras, terrorismo, migraciones, etc.– los partidos políticos “razonables”, léase socialdemocracia y derecha ‘moderada’, compiten en una muy hipócrita campaña del terror aprovechando la elección de Donald Trump en los EEUU.

 

Ya he tenido la ocasión de afirmar que, para los “razonables”, los males venideros deben ocultar los males presentes, aquellos que provocaron el Brexit, la elección de Trump, el fortalecimiento de la extrema derecha en Europa y otros descalabros políticos no menores.

 

De entrada pongámonos de acuerdo: los apelativos utilizados no designan propiamente el objeto designado. ¿Qué tiene de social la socialdemocracia? ¿Qué tiene de demócrata? Si alguna de sus eminentes personalidades, como el ex Secretario General del PSOE Pedro Sánchez, se sale de la partitura escrita en las cómodas y lujosas oficinas que frecuentan los mercados financieros… se organiza un golpe de mano con la participación de sicarios de alto vuelo como el mismísimo Felipe González que uno creía ocupado acrecentando la fortuna de Carlos Slim.

 

François Hollande nombró primer ministro al muy derechista Manuel Valls, que en las ‘primarias’ del PSF llegó último con apenas un 5,60% de los votos. La izquierda del PSF, que obtuvo más del 47% en dicha primaria, fue excluida de mala manera. ¿Democracia?

 

¿Qué tiene de ‘moderada’ la derecha pretendidamente republicana en Francia, o el PP de Mariano Rajoy en España?

 

La prensa que deseó y predijo la elección de Hillary Clinton nos informa ahora que Trump ha nombrado “halcones” en los puestos relacionados con la seguridad y la Justicia. Cualquiera se imagina que hasta ahora esos altos cargos estaban en manos de blancas palomas.

 

Michael Flynn, general retirado, ejercerá de Consejero de Seguridad Nacional. Se trata, según el muy ‘progresista’ diario madrileño El País, de un hombre “del ala radical del pensamiento conservador”, temblad buenas gentes.

 

Michael Flynn representa en verdad un verdadero peligro para la estabilidad mundial. Primero que nada porque encabezó la CIA durante el mandato de… ¡Barack Obama!

 

Peor aún, es un enemigo jurado del islamismo radical, y en particular del Estado Islámico, Al Qaida, Al Nosra y otras organizaciones terroristas.

 

Mientras la administración Obama alimentaba con armas el frente Al-Nosra (Al-Qaida en Siria) con la esperanza de verles destronar a Bachar el Assad, y le prohibió a la fuerza aérea yanqui bombardearles durante 5 años, el general Michael Flynn –idiota él– consideraba que esos eran en realidad los verdaderos enemigos.

 

Pero Barack Obama, Hillary Clinton, François Hollande y David Cameron siempre les llamaron “islamistas moderados”, hasta que otros generales 4 estrellas les aclarasen de mala manera que los “islamistas moderados” no existen.

 

Michael Flynn adolece de otros defectos inadmisibles, como el de apostar por la normalización de las relaciones con la Rusia de Vladimir Putin, allí donde Barack Obama y sus enfeudados europeos buscaban y buscan alimentar una nueva Guerra Fría.

 

Pobre Michael Flynn. Según la revista británica The Economist “reconoció haber recibido un pago por una conferencia en la cadena de televisión rusa RT”. Y su maldad fue hasta participar en una cena, en la que le sentaron “cerca de Putin”.

 

Cuando Nicolas Sarkozy, fiel aliado de los EEUU y atlantista declarado, va a pronunciar conferencias a Qatar, país que financia el Estado Islámico, y recibe cientos de miles de euros por una hora de cháchara… nadie dice nada. Mejor aún, antes de ser asesinado por fuerzas americano-francesas, Muammar el Khadafi le financió su campaña presidencial del 2007 con millones de euros (de 5 a 50 millones según las fuentes), y que Sarkozy confronte hoy un proceso ante la Justicia francesa – está oficialmente inculpado– no le impide ser candidato a la presidencia de la república.

 

Donde Michael Flynn resulta definitivamente insoportable es en las cuestiones “valóricas” (“valóricas”: utilizo la jerga chilensis). Este hombre “del ala radical del pensamiento conservador” piensa que en materia de aborto hay que dejarles la decisión a las mujeres. “Pienso que las mujeres tienen que ser capaces de decidir. (…) Ellas son las que tienen que decidir porque son ellas las que saben si quieren ese hijo o no”, declaró en entrevista a la cadena de televisión ABC en julio pasado.

 

Mariano Rajoy, un gran demócrata de la derecha “moderada” española, intentó derogar la ley que legaliza en aborto en España (norma de la Unión Europea) y tuvo que echar pie atrás porque las mujeres de su propio partido le montaron un cristo de no veas. ¿Quién es el hombre “del ala radical del pensamiento conservador”?

 

En la misma entrevista en ABC, Flynn fue interrogado sobre el matrimonio homosexual. Su respuesta debe ser aterradora para los ‘progresistas’: “Lo que la gente haga en su vida privada… Yo no soy… Esas no son cuestiones que tenga que decidir el Estado, porque causaría el colapso de nuestro país.”

 

¿Te sorprendería saber que el general Michael Flynn, hombre “del ala radical del pensamiento conservador”, es miembro del partido demócrata?

 

Mientras tanto, en la muy laica Francia, el “Movimiento por todos” sacó cientos de miles de manifestantes a la calle –la prensa habló de millones– para exigir la derogación de la ley que permite la unión civil homosexual promulgada en mayo del 2013. En sus desfiles marcharon distinguidos parlamentarios de la derecha “moderada”, esa que forma parte de los políticos “razonables”.

 

Nicolás Sarkozy y otras eminencias de la derecha dizque republicana cambiaron de opinión como de calcetines: un día prometían la abrogación de la ley, y al otro aseguraban que no era posible. De vez en cuando se declararon neutros.

 

El muy democratacristiano Jean-Frédéric Poisson, candidato en las primarias presidenciales de “la derecha y del centro”, exige la abrogación de la ley. François Fillon, otro candidato a la candidatura, promete reescribir la ley para prohibir la adopción por parte de una pareja homosexual.

 

Hablo de la derecha “moderada” y “razonable”, esa que puede pretender legítimamente a acceder al poder del Estado en Francia, país de “los derechos del hombre”.

 

Si Trump se hizo famoso prometiendo construir un muro entre los EEUU y México para luchar contra la inmigración, sus detractores europeos ya los construyeron, en plural porque hay varios: Calais, en Francia, Ceuta y Melilla en España, muro en la frontera de Hungría, para no hablar del muro de la vergüenza, virtual en este caso, que construyó la Unión Europea en Grecia: si los griegos dejan salir los cientos de miles de inmigrados de su territorio… pierden las “ayudas” financieras europeas. Sin olvidar que la UE paga decenas de miles de millones de euros para mantener campos de refugiados en Turquía, que en ningún caso deben abandonar el territorio turco. A eso le llaman “solidaridad”.

 

En Francia, Nicolás Sarkozy merece el título olímpico de la infamia: desde hace décadas existen regulaciones que le permiten a un extranjero residente en Francia reunirse con su familia. Después de años de trabajo y de pago de impuestos, un extranjero puede solicitar que su mujer y sus hijos vengan a reunirse con él para reformar un hogar destruido. Poco a poco las exigencias fueron haciéndose más y más irrealistas, hasta, en la práctica, imposibilitar la reunión familiar. Ahora Sarkozy, aduciendo que las disposiciones legales determinan la “automaticidad” de la autorización de la reunión familiar… exige en la práctica la anulación de la ley. Ello no le impide declarar que “la familia es el núcleo de base de la sociedad…” ¿Quién es hombre “del ala radical del pensamiento conservador”?

 

Pero el cinismo y la hipocresía no se detienen en tan buen camino. Nicolas Sarkozy y otras eminencias de la derecha “moderada” exigen que todo ciudadano sospechoso de contactos con los movimientos islámicos radicales sean puestos en… campos de concentración.

 

Poco importa que esos ciudadanos, fichados por la policía como ciudadanos “S”, no hayan cometido ningún delito. Después de todo, los campos de concentración nunca albergaron delincuentes ni terroristas… Sino simplemente a quienes molestaban a los que instalaron los campos del terror y la vergüenza. ¿No es así Adolfo? ¿No es así Augusto? ¿No es así Iosif Visarionovich? ¿No es así Franklin Delano Roossevelt que autorizaste los campos de concentración a los que los EEUU enviaron cientos de miles de ciudadanos nipo-americanos después de Pearl Harbour? ¿No es así Albert Lebrun, presidente francés del “centro moderado”, que pusiste a miles y miles de refugiados españoles, ex combatientes contra el fascismo, en campos de concentración?

 

¿Dónde comienzan y donde terminan los derechos ciudadanos?

 

La socialdemocracia europea está acabando con la legislación laboral (leyes Hartz en Alemania, ley El- Khomri en Francia) y la protección de los asalariados. La derecha “moderada” sugiere alargar el tiempo de trabajo y reducir los salarios. Todos practican el alargamiento de los años de trabajo para hacer jubilar verdaderos zombis a los 70 años de edad… Todos quieren terminar con la plaga de los “servicios públicos”, para crearle “oportunidades de negocio” a los amiguetes…

 

¿Quiénes son los hombres “del ala radical del pensamiento conservador”?

 

Formo parte de los que nunca le daré el perdón sin confesión a un tipo como Trump: Sé que diferentes facciones –Wall Street, Tea Party, ‘comunidad financiera’, familia– se disputan los favores de Donald. Las políticas que ponga en obra serán el resultado de duras negociaciones en las que se impondrán, como siempre, los intereses de los privilegiados.

 

Pero condenar lo que va a hacer, olvidando lo que los gobiernos precedentes ya han hecho, no tiene sentido. Y la campaña del terror de la socialdemocracia y la derecha “moderada” no me hará olvidar que estamos donde estamos porque han mangoneado ya durante 40 años.

 

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