Trump entre quienes acatan y quienes se resisten y un regreso a un proteccionismo de 365 años

17/01/2017
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Con el reciente acatamiento de Toyota, abandonando su resistencia inicial, al reclamo de Donald John Trump de invertir en su país, los Estados Unidos de América y dar trabajo a sus habitantes, faltando pocos días para que asuma la presidencia, el magnate inmobiliario ya ha logrado victorias políticas importantes en su campaña desglobalizadora y de retorno a un proteccionismo que a lo largo de más de tres siglos y medio hicieron de esa colonia británica primero y luego pujante nación independiente la gran potencia del mundo sólo superada en materia económica en los últimos años por China.

 

Precisamente cuando con un Producto Interno Bruto (PIB) Por Poder de Compra (PPP) de 17,11 billones de dólares estadounidenses en 2013, contra los 16,91 billones de China los EUA vieron concluir su ciclo de preeminencia consolidado hacia 1896, en 2014 se encontraron con que sus 17,52 billones quedaron detrás de los 18,14 billones chinos, para llegar a 2015 con 17,95 billones contra los 19,39 de la gran potencia asiática.

 

Ello con el agregado de que su deuda pública alcanzaba el 73,6 por ciento del PIB; su comercio exterior registraba un déficit del 2,9; la agricultura generaba el 1,1, la industria el 19,4 y los servicios, fundamentalmente financieros, el 79,5; mientras crecía la población con ingresos por debajo de la línea de pobreza cuya última medición dada a conocer, la de 2010, era del 15,1% en medio de un importante nivel de desocupación.

 

La llegada al gobierno estadounidenses de Ronald Wilson Reagan en 1981 puso fin de 330 años del proteccionismo histórico que se iniciara el 9 de octubre de 1651, en tiempos coloniales, cuando el gobierno británico encabezado por Oliverio Cromwell, mediante las “Actas de Navegación” desarrolló un sistema mercantilista que beneficiaba tanto a la metrópoli como a sus colonias, ya que los habitantes de éstas también eran “ingleses”.

 

Así crecieron las entonces “Trece Colonias” que fundaron los EUA en 1776, donde tuvieron peso las ideas del economista industrialista vasco Valentín Tadeo de Foronda, y cuya independencia también estuvo ligada, en buena medida, al rechazo de leyes posteriores que diferenciaron a los habitantes de las islas británicas con los del resto del Imperio obstruyendo el proceso de desarrollo, sobre todo el industrial.

 

A lo largo de los más de 240 años de vida independiente los diferentes gobiernos fueron aplicando normas que favorecieron el desarrollo, llegando a la violencia armada como cuando en 1861 los estados industrialistas del norte atacaron a los ruralistas del sur dado que éstos se negaban a entregar su algodón a los primeros ya que recibían mejores precios desde Europa; razón verdadera de esa guerra civil y no la popularizada sobre la presunta liberación de los esclavos cosa que los propios norteños concretaron cuando ya estaba muy avanzado el conflicto y el propio presidente Abraham Lincoln era esclavista.

 

El proteccionismo estadounidense, que se fue acrecentando con el tiempo, generó diversos conflictos con la Argentina, incluyendo argumentos fito-sanitarios para obstaculizar las exportaciones, lo que dio lugar a los duros reclamos planteados por el gobierno del presidente Máximo Marcelo Torcuato de Alvear, a través de su enviado Honorio Pueyrredón, en el Congreso Panamericano de La Habana en 1928.

 

También el “Plan Marshall”, implementado a partir del primero de enero de 1948, fue una clara muestra del proteccionismo estadounidense ya que impidió que, salvo Canadá por expreso pedido del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, otros países pudiesen abastecer las necesidades de los países europeos tras la Segunda Guerra Mundial, lo cual generó una serie de problemas para el comercio exterior argentino durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón.

 

Los 35 años de liberalización de su economía, con predominio de las cuestiones financieras, llevaron al deterioro de los EUA, ya muy lejos de su modelo histórico y del keynesianismo que imperó durante los cuatro mandatos consecutivos del presidente Franklin Delano Roosevelt, y frente a lo cual Trump impulsa un retorno al proteccionismo habiendo ya logrado que empresas como Ford, Fiat-Chrysler, Carrier, Sprint, Volkswagen y ahora Toyota, entre otras, hayan hecho importantes anuncios de inversiones productivas por miles de millones en varios casos, incluso dejando de lado, en algunos casos, otras que tenían previstas en México.

 

Todo ello en un marco de abandono de las alianzas Transpacífico y Transatlántico, mientras grandes teóricos del “Orden liberal global”, como Joseph Samuel Nye (junior), que influyera en las gestiones de William Jefferson (Bill) Clinton y Barack Hussein Obama, afirman que Trump deberá dar marcha atrás y sostener el proceso globalizador allanándose al “poder blando” del sistema imperante.

 

- Fernando Del Corro es periodista, historiador, docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/182891
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