La era Trump: Primer día, mala prensa y protestas
- Opinión
En una escena inusual, hemos vistos a jóvenes estadounidenses protestando en Washington DC, enfrentando a la policía a pocas cuadras de otra escena, la investidura como presidente de los Estados Unidos de Donald Trump. Por una parte, el fasto mediático oficial y, por otra, la voz de miles de estadounidenses que no se resignan ante el nuevo gobierno. No obstante, lo único cierto es que un polémico nuevo gobierno acaba de instalarse en el país más poderoso del orbe.
Por el momento, son más las preguntas e inquietudes que las respuestas claras. Nadie sabe, a ciencia cierta, cuán radicales y profundas serán las primeras medidas del recién investido mandatario. Hay, empero, dos cosas que resultan nítidas al momento de arribar a la Casa Blanca. Primero, Donald Trump es un presidente impopular desde el primer día de su mandato. Segundo, ha llegado al poder lo peor del Partido Republicano.
La impopularidad de Donald Trump nace, en primer lugar, de sus actuaciones como candidato. Los dichos del candidato lo acreditan como un personaje poco amigo de los extranjeros, especialmente latinos y musulmanes; tosco y vulgar con las mujeres; y de ideas muy reaccionarias y básicas en cuestiones culturales, políticas y económicas. Piensa con la arrogancia de un millonario y se comporta como tal; es un fiel representante de las grandes fortunas norteamericanas que, sin embargo, ha logrado seducir a una masa significativa de trabajadores de mayoría blanca de escasa ilustración.
Esta mala imagen del presidente de los Estados unidos se traduce en una muy “Mala Prensa”, a escala nacional e internacional. En un mundo en vías de globalización, Donald Trump se ha instalado como un excéntrico “Anti-Héroe” que inspira incertidumbre y temor, desde Europa al Lejano Oriente, pasando por México y toda América Latina.
No es necesario escudriñar demasiado en el personaje para advertir, de inmediato, las lamentables asociaciones que surgen: La figura de Trump se asocia de inmediato con “Muro”, “Deportaciones”, “Racismo”, “Arrogancia”, “Misoginia”, “Ignorancia”, “Autoritarismo”, “Violencia”. Diríase que es difícil encontrar a algún presidente de una nación que reúna en sí tal cantidad de atributos negativos. Quizás Hitler, Pinochet o el actual presidente de Filipinas.
Los jóvenes que marchan por las calles de Washington DC, están evidenciando la resistencia de un amplio sector de la sociedad norteamericana ante está arremetida de derechas con una fórmula populista. Como buenos herederos de Martín Luther King, John F. Kennedy y tantos otros que han dado su vida por las luchas democráticas del pueblo estadounidense; estos jóvenes de hoy, están testimoniando que la lucha social sigue vigente hoy en día, mientras un millonario sonríe desde su trono ante un desfile militar y amenaza a sus conciudadanos y al mundo entero con sumirlo en la barbarie.
Álvaro Cuadra es Doctor de la Université Paris-Sorbonne, Paris, Francia
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