Perspectivas del proceso de cambio en Bolivia

Importancia política y estratégica del 21 de febrero de 2016

20/02/2017
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El proceso nacional-popular de Bolivia, iniciado con la rebelión de octubre de 2003, ha conseguido transformar las estructuras culturales, políticas, económicas y sociales del país y se encuentra, a once años de gobierno del presidente Evo Morales Ayma, ante la necesidad de reafirmar el mismo en un contexto regional distinto por los retrocesos producidos en Argentina con el triunfo electoral de Mauricio Macri y en Brasil por el golpe de estado parlamentario de Michel Temer a Dilma Rousseff y por la dura campaña contra el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.

 

Las coordenadas del referéndum del 21 de febrero de 2016 acerca de la posibilidad de una nueva postulación presidencial de Morales estuvieron condicionadas por el inicio de la ofensiva de la dominación imperialista en la región, diez años después de la derrota de su proyecto de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), y por un doble proceso interno: por una parte la desaceleración de la organización y movilización popular junto a un exceso de confianza en el ámbito estatal, y por otra la facilidad de la unificación de la oposición detrás de la consigna del no atrayendo a sectores indecisos de la población.

 

Corresponde, a un año de la consulta que dio un resultado ajustado de ventaja al no, realizar un balance de los hechos y de la trayectoria del hecho político-electoral, para anotar las determinaciones del contexto como la crisis europea, el poderío chino o la elección de un nuevo presidente en Estados Unidos, en la perspectiva de la profundización nacionalista y antiimperialista.

 

Nuevas estrategias imperialistas

 

La experiencia de los organismos de inteligencia del imperialismo norteamericano, la acción coordinada de los sectores partidarios de oposición, el uso de medios de comunicación nacional e internacional políticamente definidos, el rol de algunos comentaristas y analistas de los mismos, junto a una campaña diseñada bajo los catálogos de la guerra sucia que incluía la mentira, el rumor, el amedrentamiento y la presión a periodistas y locutores de segundo nivel, así como la manipulación por las redes virtuales, fueron las claves en la articulación del voto por el no en el referendo.

 

Este acontecimiento, permite reflexionar y realizar un balance en torno a las implicaciones electorales, políticas y estratégicas tomando en cuenta las dimensiones interna del país y externa de la región latinoamericana. Si se toma en cuenta que en tres elecciones nacionales y un referendo revocatorio anteriores, Evo Morales consiguió el respaldo de entre el 54 y el 64% del electorado frente a una oposición dividida, la consulta sobre la repostulación abría la posibilidad para que las fuerzas beligerantes se unifiquen.

 

La sorpresa y velocidad fue la táctica efectiva en la campaña del no y el aspecto más destacado y aprovechado por sus estrategas que, utilizando todos los dispositivos y mecanismos a su alcance y millonarios recursos, lograron influenciar en importantes sectores sociales y regiones del país sembrando la duda, el temor y la incertidumbre en la población.

 

Ofensiva conservadora

 

Primero fueros esgrimidos los argumentos de la inconstitucionalidad, el continuismo y la renovación, los mismos que fueron rápidamente rebatidos, luego comenzó la batería pesada con la puesta en agenda de los casos de corrupción en esferas de las organizaciones sociales, particularmente el Fondo Indígena, el mismo que también fue superado tomando en cuenta que ya se habían iniciado procesos a los implicados, se había detenido a una ex ministra, a varios ex dirigentes de organizaciones sociales, parlamentarios y funcionarios públicos.

 

Fueron, finalmente, tres poderosos misiles los utilizados en las últimas semanas: 1.- la movilización artificial y subvencionada de grupos de discapacitados que ocuparon las calles de las ciudades principales, 2.- la versión de la existencia de un hijo del presidente, cuya madre, la señora Gabriela Zapata, realizaba tráfico de influencias y 3.- el incendio en la Alcaldía de la ciudad de El Alto ejecutado por provocadores. Estos disparos teledirigidos de última hora no pudieron ser efectivamente rechazados por el Movimiento Al Socialismo (MAS), los Movimientos Sociales y el gobierno.

 

Sobre esta base, se puso en operación el aparato mediático, la campaña de múltiples acciones y las redes virtuales que alcanzaron importantes resultados para sensibilizar a sectores indecisos de la población, alrededor de 10%, para conseguir los resultados de la consulta con una apretada victoria del no, menos del 2%, a la repostulación presidencial.

 

Revelaciones de la conspiración

 

Meses después se aclararon los hechos, particularmente aquel que tuvo ribetes de escándalo, morbo, amarillismo y marcó tendencia en la decisión de los votantes. La mentira de la existencia de un hijo de Evo Morales fue preparada por el funcionario de la Embajada de Estados Unidos Peter Brennan y el mercenario de los medios de comunicación Carlos Valverde, este último lanzó la versión en un programa de televisión e inmediatamente la repercusión fue ampliada a través de una red de medios, “analistas” y periodistas.

 

La revelación más contundente de esta conspiración política fue la declaración del diputado Rafael Quispe del opositor Unidad Nacional, el pasado 7 de junio, quien manifestó que los funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en La Paz, con los que tuvo varias reuniones, han instruido la unificación de la oposición para buscar la derrota del gobierno de Evo Morales, siendo la prueba más clara de esta estrategia diseñada en el contexto de recuperar la influencia norteamericana en la región.

 

La trama de la acción política estratégica de conseguir un debilitamiento profundo e irreversible del gobierno, el MAS y el propio Evo Morales no alcanzó los resultados esperados y la continuidad buscada, no solamente por el desmantelamiento de la conspiración mediática, sino por la rápida acción de las organizaciones populares y del propio presidente que recuperaron la iniciativa política incluyendo la autocrítica en torno a la burocracia paralizante en el gobierno y la corrupción en sectores de la administración estatal.

 

Fortalecer el bloque histórico

 

Por otra parte, corresponde recordar que la propuesta de dar continuidad a las transformaciones revolucionarias con la repostulación de Evo Morales surgió de las organizaciones matrices de los movimientos sociales: campesinos, mujeres campesinas, interculturales, indígenas, trabajadores y vecinos populares a través de sus Congresos y Ampliado e, inclusive, el XVI Congreso de la Central Obrera Bolivia (COB), realizado en Tupiza en enero de 2016, determinó aprobar la tesis política de profundizar la lucha antiimperialista y respaldar la reelección de Evo Morales.

 

El aspecto operativo que limitó los alcances de la campaña del si estuvieron vinculados principalmente a la tardía reacción y movilización de las estructuras organizativas del Movimiento Al Socialismo (MAS) y al excesivo protagonismo de las instancias estatales a través, principalmente, de los resultados y obras de la gestión que no estuvieron plenamente acompañados con el desarrollo y el debate político e ideológico sobre los alcances de las tareas gubernamentales.

 

Esto implica que, además de operar en los ámbitos de los medios de comunicación, las redes virtuales y las campañas generales de las realizaciones gubernamentales, las prioridades están relacionadas al avance cualitativo de la organización social y política de las bases del MAS, de los movimientos populares y del pueblo en general, a la formación de cuadros en todos los sectores y regiones y al impulso de una renovada democracia deliberativa que dirija y acompañe la gestión estatal y la ejecución de la Agenda Patriótica 2025.

 

Acciones y tareas

 

Además corresponde potenciar una militancia activa y protagonista en torno a la renovación del programa de profundización de la soberanía y dignidad nacionales, la recuperación plena de los recursos naturales, la industrialización estratégica del gas, el litio, el hierro, el potenciamiento de la producción agraria campesina, el control social sobre la burocracia, la transparencia y la organización y formación, como la Escuela Antiimperialista de las Fuerzas Armadas Juan José Torres, en todos los sectores y regiones del país. No pensar solamente en votaciones, pensar y desarrollar movilizaciones y votaciones priorizando la organización, el desarrollo político y el protagonismo del pueblo.

 

Tomando en cuenta las experiencias revolucionarias de otros pueblos, se convierte en prioridad el asegurar que los trabajadores del campo y la ciudad sean los actores directos del control de los emprendimientos productivos, en la producción industrial y manufacturera, en la agricultura y ganadería , en los procesos de financiamiento y desarrollo tecnológico, en la organización de grandes complejos comunitarios, cooperativos de producción bajo la perspectiva de la soberanía y autosuficiencia en alimentos, vestido y vivienda, protegiendo la producción nacional y penalizando las importaciones suntuarias y el consumismo, con un Estado Nacional sólido y unido.

 

Se trata de que el pueblo boliviano sea protagonista y militante en la defensa del proceso, el que arrope y proteja el liderazgo de Evo Morales, el que enfrente, como lo ha hecho en la historia emancipadora, a las fuerzas de la oligarquía y el imperialismo y sea el titular de la construcción de un proyecto de liberación nacional y social mirando el horizonte de la unidad de América Latina y el Caribe.

 

Eduardo Paz Rada

Sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/183652?language=es
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