La ineludible organización

06/04/2017
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Foto: ALAI
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En las elecciones del domingo pasado, nuevamente se “sacó a los poderosos de sus tronos y se puso en su lugar a los humildes”, cumpliéndose la profecía de María de Nazaret. Los poderosos se habían unido y han sido derrotados: los banqueros, las cámaras empresariales, los Medios de Comunicación privados, los arribistas de las clases medias y de los mismos pobres que tienen un corazón de ricos al lado de un bolsillo de pobres.

 

Como nunca, en esta campaña electoral se ha desenmascarado el capitalismo que nos querían ofrecer: sus mentiras, sus injurias, sus desprecios, sus ambiciones, sus robos y saqueos, sus sinvergüenzas, su afán de vendepatria…

 

Los pobres no quieren migajas de caridad: los pobres tienen dignidad y derechos. Eso se debe respetar primero. Eso debemos primero. Se ha confirmado un camino: gobernar desde los pobres organizados, desde las organizaciones sociales, populares, sindicales e indígenas. El cambio no va a venir de arriba, sino de abajo, o no vendrá. Solamente vendrá de nuestra organización. Tenemos que empoderarnos de lo que nos corresponde hacer: el proyecto de sociedad que se va a poner en marcha, los pasos que se tiene que dar para su realización, las nuevas relaciones que hay que entretener entre nosotros, con los asambleístas, los ministros y el mismo presidente.

 

La palabra clave es organización. Si nos falta conciencia, visión y decisión es por nuestra desorganización. No vamos a poder hacer avanzar lo que no conocemos. Se trata de plantearnos juntos qué vamos a hacer y cómo lo vamos a hacer. Hay que partir de los grupos y las y los líderes que actuaron en esta campaña: una formación integral que sea socializada a todas las personas con quienes están relacionados.

 

Venezuela resiste los empates de las derechas nacionales e internacionales porque están organizados y saben adónde van: se empoderaron del destino de su país.

 

Si no estamos organizados, nunca tendremos rumbo seguro, nos dejaremos engañar y llevar por caminos de autodestrucción: seguiremos corruptos como quienes nos querían robar los sueños y la vida, caeremos en el consumismo que nos hace individualistas, egoístas, ambiciosos.

 

Al nivel indígena, el camino está trazado por los Zapatistas de México que después de más de 20 años de organización interna se lanzan a formar un partido político. ¡Cuidémonos de las ONGs: la mayoría de ellas nos dividen y nos destruyen por dentro. Por eso en su tiempo monseñor Proaño lideró un movimiento nacional e internacional para sacer al ILV (Instituto Lingüístico de Verano).

 

Los cristianos tenemos que profundizar nuestra formación en fe y política y unirnos con todos los grupos afines que queremos hacer realidad las 3 metas que nos puso el papa Francisco: lograr “Techo, Tierra y Trabajo para todos”, mediante los 4 caminos que nos ha marcado: ¡Rebélense contra la tiranía del dinero!... ese “terrorismo que atenta contra la humanidad”; ¡Sean solidarios!... para “enfrentarse a las causas profundas”; ¡Revitalicen la democracia!... porque “la política es una forma más alta de la caridad”; ¡Sean austeros! ¡Huyan de la corrupción!... para poder “vivir la vocación de servir”.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/184639?language=es
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