Grecia sucumbe en medio del duelo entre Berlín y Washington

10/04/2017
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El gobierno de Alexis Tsipras, a pesar de haber renunciado completamente a su programa original, parece haber entrado en un callejón sin salida frente a las demandas cada vez más irracionales de los acreedores europeos, que intentan a toda costa evitar un desastre del tercer programa de rescate.

 

La administración de Alexis Tsipras se sometió a todas las demandas de la troika (Fondo Monetario Internacional, Comisión Europea, Banco Central Europeo) en la conformación del tercer programa de rescate con el fin de obtener la restructuración de la deuda pública prometida por los acreedores europeos.

 

El gobierno griego superó el superávit primario demandado por la troika por un monto de 2,400 millones de euros en 2016, lo cual mostró su intención de conseguir el consentimiento de la troika a costa de mantener el sufrimiento de los griegos que ven una interminable degradación en sus condiciones de vida1.

 

Pero lo peor todavía está por venir para el gobierno de Alexis Tsipras, que deberá redoblar sus esfuerzos para conseguir un superávit primario de 3.5% del PIB en 2018. Además de esto, el gobierno griego acaba de aceptar medidas de ajuste por un monto de 3,600 millones de euros (2% del PIB), que serán aplicadas entre 2019 y 2020 y facilitarán la revisión positiva del tercer programa de rescate2.

 

Sin embargo, el esfuerzo fiscal del gobierno griego no tuvo ninguna utilidad para obtener un poco de benevolencia de parte los gobiernos europeos que, preocupados por su futuro político en las elecciones federales, decidieron postergar la consideración de reestructurar la deuda griega en 2017.

 

Aliviados de un fuerte descalabro en las pasadas elecciones holandesas, los gobiernos europeos ahora centran su atención en las elecciones federales en Francia y Alemania de este año, que tienen el potencial de minar a los partidos políticos tradicionales que han gestionado de manera deplorable la crisis económica en el Viejo Continente.

 

Cualquiera que sea la decisión de las autoridades europeas con respecto a las medidas negociadas en el tercer programa de Grecia, el resultado será costosamente político para los partidos gobernantes, ya que el programa griego ya no resulta creíble para nadie principalmente en las proyecciones de la sostenibilidad de la deuda griega por la Comisión Europea.

 

Por un lado, las autoridades europeas están tratando de convencer al FMI de participar en el financiamiento del tercer programa de rescate a cambio de implementar nuevas medidas de ajuste en las pensiones griegas para asegurar el pago de la deuda pública. No obstante, la reestructuración de la deuda pública es la cuestión que los gobiernos europeos muestran mayor resistencia en las negociaciones para conseguir la participación del FMI.

 

La decisión del FMI de participar en el tercer programa de rescate tendrá que dirimirse a mediados de este año, debido a que el gobierno griego sólo tiene recursos para cubrir los pagos de deuda pública hasta Julio de 2017. Esta fecha podría evitar un golpe en las elecciones de Francia en mayo, pero inevitablemente se cruzará con las elecciones de Alemania en septiembre de 2017.

 

La última palabra de la participación del FMI en el programa griego parece tenerla Estados Unidos que cuenta con el poder de veto en las decisiones del FMI y que podría conseguir una victoria en medio de una votación adversa en la reunión de los representantes de los miembros del FMI.

 

En este sentido, las demandas de Donald Trump de incrementar el gasto militar de Alemania y revertir la subvaluación del euro con el fin incrementar la competitividad de las exportaciones norteamericanas podrían ser la moneda de cambio para conseguir la participación del FMI en el programa de rescate de Grecia.

 

También las autoridades europeas podrían conceder una mínima reestructuración de la deuda griega, que incluyera la diminución de los intereses y la postergación del período de pago, medidas que no alterarían de forma significativa la deuda pública y darían únicamente la fachada de comenzar a volver sostenible la deuda griega.

 

No obstante, la concesión de Berlín de incrementar el gasto militar sustancialmente indudablemente perjudicará sus finanzas públicas y enfrentará la oposición del ministro de finanzas, Wolfgang Schäuble, que está obsesionado en mantener sanas las finanzas de Alemania.

 

Fue por esta razón que Ángela Merkel, en la última reunión con Donald Trump el pasado mes de marzo, se negó rotundamente a incrementar de forma sustancial el gasto militar y solamente propuso incrementarlo gradualmente hasta alcanzar la meta de 2% del PIB en 20243. De la misma manera, la política monetaria expansiva del BCE se prolongará hasta finales de 2017, lo cual mantendrá la subvaluación del euro con respecto al dólar.

 

Sin embargo, el presidente Donald Trump dejó entrever sus molestias con la propuesta alemana y no es segura su aprobación en la participación del FMI en el programa griego. La afirmación de Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de Estados Unidos, de que la crisis económica de Grecia es un problema de Europa, muestra la reticencia de Washington de involucrarse en el financiamiento del tercer programa de rescate4.

 

De esta forma, si los gobiernos europeos no logran convencer al FMI de participar en el programa griego, los partidos xenófobos recibirán una bocanada de aire fresco al denunciar el precedente de tener un programa que no cuenta con la aprobación del FMI y de los parlamentos nacionales para su financiamiento.

 

Ante la posible abstención del FMI de participar en el programa griego, las autoridades europeas contemplan la posibilidad de convertir el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera en un fondo monetario europeo que pudiera suplir las funciones de la troika y prescindir del FMI en los programas de rescate en Europa.

 

Sin embargo, la promesa de Marine Le Pen, candidata presidencial del Frente Nacional, de llevar a cabo un referéndum sobre la salida de Francia de la zona euro después de seis meses de asumir el cargo como presidenta, hace inviable la creación de un fondo monetario europeo sin el apoyo de la mano derecha de Alemania.

 

En resumen, las autoridades europeas en su afán de evitar una catástrofe inminente del programa griego, cada vez muestran más su incapacidad de gestionar la crisis en Europa y por eso necesitan el apoyo de Washington para tomar un respiro ante su crisis económica interminable.

 

Ulises Noyola Rodríguez

Colaborador en la División de Estudios de Posgrado de Economía en la UNAM.

 

1 Financial Times. Greece pursues pension and labour reform deal to unlock more aid. Fecha de publicación: 5/4/2017.

 

2 Financial Times. Greece strikes deal on economic reforms with bailout monitors. Fecha de publicación: 7/4/2017.

3 The Guardian. 'That's not how it works': Trump's grasp of Nato questioned. Fecha de publicación: 19/3/2017.

4 Wall Street Journal. Mnuchin Comments Imply U.S. Wants IMF to Stick to Hard Line on Greece. Fecha de publicación: 23/2/2017.

https://www.alainet.org/es/articulo/184704?language=en
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