Fernando Martínez Heredia, intelectual revolucionario cubano

14/06/2017
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Fernando Martínez Heredia.
Foto: Emilio Herrera/PL
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Fernando Martínez Heredia, muerto esta semana en La Habana, fue el más importante intelectual de la Revolución Cubana. Su trayectoria, su obra, su actuación, en Cuba y por toda América Latina, han hecho de él y de sus ideas, una presencia insustituible en la lucha de ideas.

 

Fernando dirigió la revista Pensamiento Crítico, la más importante del continente en los años 1960, que hacía llegar a Cuba y a muchísimo países de América Latina lo más nuevo y más importante que producía la nueva izquierda mundial. Se mesclaban textos del Che, discursos de Fidel, con artículos de Ernst Mandel, de Althusser, de líderes de la izquierda latinoamericana, junto a la reedición de textos clásicos del marxismo.

 

Más adelante, Fernando fue un activo participante del Centro de Estudios de América (CEA), que reagrupó lo mejor y lo más importantes de la intelectualidad cubana, publicando textos expresivos y determinantes para entender la realidad cubana y de todo el continente.

 

En el momento de su muerte, trato de rescatar su trayectoria personal, su formación política, para que se tenga una idea de cómo se formaba la intelectualidad cubana en los comienzos de la Revolución. Desde siempre, uno llegaba a La Habana y buscaba a Fernando para enterarse de cómo andaba la Isla, a que se dedicaba él, cuáles sus más grandes preocupaciones. Y puedo decir que siempre, a lo largo de tantas décadas trascurridas desde el comienzo de la Revolución, hemos coincidido en nuestras visiones políticas y preocupaciones teóricas.

           

En uno de esos viajes le hice una larga entrevista para la revista Crítica y Emancipación, año 9, número 5, que fundé y dirigí en sus primeros años, cuando yo dirigía Clacso. Así él se refería a sus orígenes: “Nací en el pueblo de Yaguajay, en la antigua provincia de Las Villas. Mi padre pedía limosna cuando era niño en la calle y no fue nunca a una escuela. Mi madre hizo solo el primer año de primaria y de ahí pasó a ser niña obrera en la industria del tabaco. Éramos seis hijos pero solo cuatro llegamos a adultos. Yo nací en 1939. Estudié siempre en escuelas públicas. Comencé a leer cosas politizadas en Bohemia, la revista semanal cubana más famosa, de extraordinaria calidad. Tiraba más de 300 mil ejemplares. Enviaba 700 ejemplares a Buenos Aires por avión.

 

 “En Santa Clara participé en las protestas estudiantiles. Por primera vez oí hablar de Fidel. Asaltaron al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 y ello me causó un impacto decisivo. Yo tenía entonces 14 años y mi mamá me había llevado a ver unos familiares a un poblado. Al salir vimos el cuartel con todos los soldados en guardia. Preguntamos a alguien, que nos dijo que habían peleado en Santiago de Cuba y que el ejército estaba movilizado. Al día siguiente el dictador habló al país, lo escuché y pensé que había dicho muchas mentiras, y que los asaltantes al Moncada eran unos héroes revolucionarios. Para hacer algo comencé a anotar en una libreta los pocos nombres de los muertos que iban apareciendo, para evitar que cayeran en el olvido”.

 

-Como viviste el primero de enero del 1959, le pregunté: “Yo estaba en Santa Clara, se estaba combatiendo ahí desde el 28 de diciembre. Es la famosa batalla que dirigió el Che. Recuerdo al Che con un brazo fracturado, con una seguridad absoluta en sí mismo, caminando por una vía principal, la calle Independencia, ancha y recta. El ejército trataba de avanzar como a 700 metros, venía con 2 tanques; sus disparos eran lejanos, pero en línea recta,  el fusil es efectivo a esa distancia y más. El Che se detuvo delante de una vidriera destrozada del Ten Cents, y llegó bajo el fuego hasta la esquina siguiente, donde había 5 o 6 rebeldes. Yo estaba a unos 50 metros, con bastante miedo, pegado a la acera. Ahora pienso que actuaba así para darles confianza a los que veían, porque los cañones de tanques en una ciudad hacen un ruido espantoso”.

 

 Así Fernando tuvo las primeras noticias y los primeros contactos con Fidel y con el Che, así empezó a integrarse a la Revolución en su país. La primera lectura de marxismo que le dieron fue el Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de la URSS. Y reaccionó rápido: “Si esto es el marxismo, yo no sigo, esto es insoportable”.  Felizmente para él y para el marxismo cubano pocos meses después le dieron El Estado y la Revolución, de Lenin, cuya lectura le encantó. Pero su “maestra principal del marxismo era la Revolución”. “Yo absorbía todo lo que Fidel decía”.

 

En la entrevista,  Fernando relata cómo nació la idea de la revista Pensamiento Crítico, como surgió su primero número a fines de 1966, sobre las luchas armadas en América Latina. A partir de ahí Fernando Martínez Heredia se proyectó como un líder de vanguardia del pensamiento crítico cubano y latinoamericano. En los últimos años,  se dedicó   a un balance de la historia cubana del siglo XX, retomando temas como la cuestión nacional, su articulación con la lucha por el socialismo, así como un balance del pensamiento y de la vida de Fidel, su última obra.

 

- Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ).

   

https://www.alainet.org/es/articulo/186166
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