La transformación de Medellín
- Opinión
El tiempo y la técnica obligan cambios. Otros llaman los tiempos de la modernidad que vienen al ritmo de lo más nuevo que se presenta como lo mejor. La ciudad de Medellín en sus últimas décadas desde 1980 ha visto una transformación con relación al llamado equipamiento urbano, categoría usada para medir el desarrollo de una ciudad. Con la construcción del transporte masivo llamado Metro y posteriormente con su sistema alimentador de los metros cables, metro plus, tranvía, ciclo vías, escaleras eléctricas que sirven a los barrios más pobres y que mejoran la calidad de vida de la ciudadanía en general. Entre paréntesis recordemos que el desarrollo de un país se mide es, entre otras variables, por su infraestructura vial, y en Colombia se va a 60 km por hora, mientras que el mundo alcanza una velocidad de 120 km/h.
Y un comentario al margen, estos cambios abarcan a la población en su conjunto, por ejemplo, antes de los años de 1950 el calzado (así como las vajillas y trinchetes importadas) era sólo para las gentes adineradas, después, se popularizó y pasó a ser común, de fácil acceso para cualquier ciudadano. Igual sucede con la movilidad digna para barrios en donde sólo habían trochas para vadear a lomo de mula, luego caminos improvisados como única alternativa para llegar a casa después de una jornada fatigosa. Con el consumo de ciertos productos de la canasta familiar como la leche, la carne, antes un lujo, hoy están al acceso de cualquier obrero que devenga el salario básico, a esto nos referimos que los cambios empujan para beneficio de la población en general. Con esto resaltamos los cambios que producen la técnica a través del tiempo, las máquinas producen mayores cantidades en menor tiempo y a bajos costos.
Por lo tanto, habrá de entenderse por equipamiento urbano las obras de la construcción en los sectores de la educación con modernos parques educativos, bibliotecas (La biblioteca España hoy amenaza ruina), colegios educativos espaciosos y bien dotados con equipos de alta tecnología, muy diferentes a los anteriores que amenazaban ruinas y en donde escasamente habían tizas, y es así como una persona pobre puede acceder a una educación competitiva que antes sólo estaba reservada a los ricos. Aquí viene un pero necesario, si bien se transformó la infraestructura no sucedió igual con el recurso humano, el mismo profesorado no fue intervenido, siguió siendo el mismo de siempre, como suele decirse es el profesor de sólo tiza, tablero y saliva, con ello quiere denunciarse que no usa, no está ni dotado ni entrenado para usar las nuevas herramientas y técnicas educativas. Entonces, no se puede pretender cambiar si se sigue haciendo lo mismo.
Otro renglón del equipamiento urbano tiene que ver con las construcciones para el disfrute del espacio público y del deporte. Recordemos que la medida internacional se determina por metro cuadrado por persona, y su estándar es de 15 mts cuadrados por persona, en Medellín tan sólo se llega a 3 mts cuadrados. Este concepto dice bien de las aspiraciones de las ciudades educadoras, smartcity, ciudades inteligentes, al estilo de la paideia griega en la que todo el entorno educa, no hay nada inocente.
No olvidemos también el otro concepto antropológico el cual advierte de la relación proporcional entre número de habitantes y calidad de la convivencia, en suma, en los lugares muy densos brota la violencia, es una tema instintual, biológico que lleva a cada especie a hacer respetar un cierto espacio libre a la redonda para disminuir una posible amenaza de algún depredador. Pongamos un ejemplo en Medellín con viviendas construidas con alta densidad, sin espacios libres para el esparcimientos y la socialización adecuados: son las urbanizaciones Torres de San Sebastián ubicada en el centro de la ciudad y la otra es la ciudadela de Pajarito la cual alberga más de quince mil habitantes reubicados de territorios diferentes de la ciudad en los cuales antes sus tugurios amenazaban muerte.
Para completar el cuadro de la ciudad transformada, es pertinente mencionar otras intervenciones que tienen que ver con la infraestructura de la salud y el deporte como canchas polideportivas, ciclovías, senderos peatonales, muchos de ellos demarcados para las personas con movilidad reducida o invidentes. Aquí también entra otro aspecto como el acceso al internet y a las Tic, la masificación de los Smartphone, hoy día en el país existen más de 45 millones de líneas de telefonía móvil, superando a la población en Colombia.
Y otro aspecto a no olvidar, toda esta dinamización de la ciudad corresponde con los buenos tiempos de la economía. Y aquí una verdad algo incómoda para el establecimiento y es el tema del narcotráfico que literalmente hizo llover dólares en la ciudad y en el país, tanto que al capo Pablo Escobar se le reconoció en su tiempo haber dominado más del ochenta por ciento del mercado ilícito mundial. Sin entrar en discusiones éticas y sin desconocer el baño de sangre, lo cierto del caso es que este conjunto es lo que se conoce como la ciudad transformada, la posibilidad de que las comunidades más pobres cuenten con vías de acceso, centros modernos de salud, educativos, placas polideportivas en sus barrios, vías de acceso y transporte dignos, es lo que se conoce como el pago de la deuda social, invertir en los barrios más pobres en los cuales siempre habían estado en el olvido de Dios. Esa es la ciudad transformada en consonancia con las exigencias del mundo moderno de la técnica y sus progresos. Y esto sin desconocer los altos grados de pobreza, de inequidad existente en la ciudad.
Los renglones anteriores fueron motivados por la curiosidad de los recién amigos Harry, Debbie, Kaytlyn, y Michael que quisieron venir a constatar esos cambios anunciados por la publicidad y que hacen justicia a las gentes más pobres. La novedad principal fue la posicionada por el marketing y que hace de las escaleras eléctricas una singularidad mundial como solución de transporte público para las gentes de los barrios periféricos de esas empinadas montañas de la Medellín transformada, de la misma que financia con el licor su salud y su educación.
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