San Juan, 7 de septiembre de 2017 (NCM) – El Huracán Irma destrozó varias de las Antillas Menores en el extremo noreste del Caribe y dejó sin electricidad casi el 70 por ciento de los abonados en Puerto Rico, país que la fuerza huracanada apenas lo rozó y lo que recibió fue mayormente vientos y lluvia de tormenta tropical asociados al fenómeno atmosférico.

Con sus vientos sostenidos de más de 285 kilómetros por hora, Irma entró a la zona del Caribe el martes en la noche y destrozó el 90 por ciento de los edificios de Barbuda, a la vez que daño severamente el 50 por ciento de las casas, además de dejar la isla sin comunicación telefónica.

El cuadro general de catástrofe se repitió en San Bartolomé, San Martín, Anguila, las Islas Vírgenes Británicas y las Islas Vírgenes estadounidenses. En estas últimas, los daños a su sistema de servicios médicos fue de tal naturaleza que decenas de enfermos serían trasladados a Puerto Rico para recibir atención tan pronto pudieran ser transportados por la guardia costanera.

De momento, se ha contado apenas una decena de muertos asociados al paso de Irma por las Antillas Menores y Puerto Rico, pero todavía la cifra no es definitiva. Además, se teme que las muertes puedan multiplicarse a su paso por las aguas del norte de la isla de La Española, especialmente en Haití.

Francia y Holanda movilizaron contingentes militares para ayudar en la emergencia en sus respectivos territorios, mientras que Estados Unidos tenía un portaaviones con hospital y un buque en Guantánamo para ayudar, de considerarse necesario a Puerto Rico e Islas Vírgenes. De momento no hubo anuncio de si el barco hospital sería enviado o no a la más oriental de las posesiones de EEUU en el Caribe.

También había movilización de las agencias internacionales de socorro, especialmente las adscritas a la Organización de las Naciones Unidas, para ayudar a las islas que sufrieron las condiciones catastróficas, mientras el Presidente Donald Trump, emitió una declaración preliminar de estado de emergencia para las Islas Vírgenes estadounidenses, Puerto Rico y el estado de la Florida, a donde se teme que llegue también Irma.

La ruta de Irma, el más fuerte que se ha registrado históricamente en el Atlántico, entró al noreste caribeño habiendo seguido una línea casi constante hacia el oeste, lo que la habría llevado a arrasar Puerto Rico, que no sufre el embate de un huracán categoría cinco desde 1928, cuando San Felipe aniquiló su economía y dejó grandes cantidades de muertos. Sin embargo, el mismo martes comenzó un giro al noroeste –a unos 285 grados- que provocó que solamente la isla municipio de Culebra recibiera un embate total cuando el ojo del huracán pasó algunas decenas de kilómetros al norte y provocó que la pequeña comunidad isleña sufriera con vientos sostenidos de 142 kilómetros por hora y ráfagas de 179 kilómetros por hora.

El giro al noreste continuó y al pasar por San Juan, el centro ya se encontraba a 80 kilómetros al norte, por lo que la isla grande no recibió en realidad el golpe que la habría destrozado y fue afectada mayormente por vientos del nivel de tormenta tropical, especialmente en la costa norte. De hecho, el jueves por la mañana no había informes de destrucción masiva de casas ni edificios y los daños más generalizados eran los árboles caídos que obstruían carreteras y afectaban las líneas eléctricas.

Todavía en la mañana del jueves el gobierno intentaba sobrevolar con un helicóptero las líneas de transmisión principales para determinar si alguna sufrió daños. Pero, mientras tanto, el 68 por ciento de los abonados estaba sin servicio de electricidad y se desconocía cuándo podría restablecerse completamente el sistema

El suministro de agua también se había cortado para el 17 por ciento de los abonados, pero se explicó que eso se debió principalmente a las fallas en el sistema eléctrico en la represa del Río La Plata.

Apenas 6.200 personas tuvieron que ir a los refugios, que estaban preparados para recibir al menos 50.000.

“Posterior a la tormenta, déjenme primero darle las gracias a Dios Todopoderoso”, dijo el Gobernador, Ricardo Rosselló, quien durante los días anteriores a la llegada de Irma estuvo supervisando directamente los trabajos de preparación y prevención ante lo que se temía podía ser el peor desastre sufrido por Puerto Rico en casi un siglo.

Otra tarea que será acometida en los próximos días y semanas por las autoridades en Puerto Rico es la de precisar los daños materiales sufridos y gestionar ayuda de parte del gobierno de EEUU para compensar por ellas.

De hecho, si bien esta pequeña nación isleña del noreste caribeño no recibió el embate como sus hermanas menores al sureste, Puerto Rico en realidad sufrió las consecuencias de otro tipo de huracán. El deterioro de su infraestructura está muy asociado a la caída de su economía, que ya lleva más de una década.

Irma rozó Puerto Rico a casi un año de haberse impuesto una junta de control por parte de EEUU, que desbancó así el régimen autonómico de tipo democrático mediante el cual la gobernó desde mediados del siglo pasado. Durante ese año, la crisis económica ha seguido ahondándose y la poca capacidad de resiliencia del sistema eléctrico se presentó esta semana como prueba de ello.

Al cierre de esta crónica, Irma comenzaba a golpear las costas del norte de República Dominicana y Haití. Se anticipaban además daños fuertes en Turcos y Caicos, las Bahamas y, Cuba, que hacían preparativos intensos para enfrentar los daños que cause el fenómeno.

Finalmente, el estado de la Florida, formado por la península sureste de América del Norte, se prepara para la llegada del huracán en algún momento durante el fin de semana.

Ya para entonces, se teme que José, otro huracán, aunque hasta ahora sólo de categoría uno, podría estar llegando cerca de las pequeñas Antillas del noreste caribeño, ya golpeadas por Irma.