Lo que dejó con “seguridad” la visita de Netanyahu

20/09/2017
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El primer ministro Israelí, Benjamín Netanyahu, concluyó el pasado viernes en México su visita a algunos países de la región, en un nuevo escenario regional propiciado por la “llegada de gobiernos amistosos y la casi desaparición de gobiernos populistas”, tal como lo afirmó el Director General de la cancillería israelí para América Latina, destacando que “Israel tiene hoy una mirada hacia América Latina como aliado estratégico”.1

 

Por eso Netanyahu llegó junto a una comitiva de funcionarios y empresarios especialmente compuesta por representantes del complejo industrial militar: ejecutivos de Verint y Elbit, empresas que otorgan servicios de ciberseguridad y defensa electrónica; Israel Aerospaces Industries (IAI), fabricante de materiales aeronáuticos; representantes de Aerolíneas Israelíes y del Grupo Mer. A primera vista, su paso por Argentina, Colombia y México parece especialmente orientado a fortalecer los negocios en ciberseguridad y protección electrónica, incrementar la venta de material bélico, establecer o reforzar tratados bilaterales y promover el turismo. Pero la relevancia que adquiere la promoción del negocio de la seguridad pone en evidencia la “histórica” presencia militar del sector público-privado israelí en la región, íntimamente articulado al complejo industrial militar estadounidense, además de reflejar las relaciones centro-periferia en términos comerciales, políticos y de seguridad.

 

Argentina, renovación de las relaciones

 

La visita de Netanyahu se dio en el marco de los 25 años del atentado a la Embajada de Israel (17 de marzo de 1992). El mandatario Israelí procuró reforzar el discurso recordando además el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994 y haciendo foco en las implicaciones que tuvo Irán y Hezbolah.2 Es importante recordar que la causa de la AMIA y su conexión con la muerte del Fiscal Alberto Nisman, quien llevaba la investigación, constituyeron uno de los puntos más álgidos de desestabilización al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner a meses de las elecciones presidenciales de octubre de 2015,3 además de haber aumentado las tensiones con el Estado de Israel.4

 

Con el gobierno de Mauricio Macri, las relaciones son muy diferentes: se trata de un aliado estratégico para Israel y la puerta para que Argentina “se inserte” en el sistema global. Por eso Macri le pidió al premier israelí que apoye el ingreso de la Argentina a la OCDE, el organismo de la globalización neoliberal por excelencia, y auguró una “excelente” cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que se llevará a cabo en diciembre en nuestro país.5

 

Hasta el año pasado, el comercio entre Argentina e Israel era relativamente bajo, representaba tan solo 196 millones de dólares al año, según la Cámara de Comercio y Servicios (CAC), de modo que la visita sirve para reajustar estas relaciones: ya se firmaron acuerdos comerciales en materia de innovación tecnológica para la agricultura, así como paquetes de ciberseguridad. Ambos países también acordaron promover las inversiones. Por eso Netanyahu viaja con representantes de Israel Export Institute, Verint (ciberseguridad), Faception (nuevas tecnologías), Cellcom Israel Ltd (telecomunicaciones), Mitrelli Group (recursos hídricos y desarrollo local) y Taranis (agroindustria). En general, puede decirse que el intercambio comercial entre ambos países refleja la reproducción de las asimetrías centro-periferia. Argentina exporta a Israel principalmente animales vivos y productos del reino animal, lo que implica el 70% del total de las exportaciones argentinas hacia dicho país. Los productos de la industria alimentaria, bebidas y tabaco rondan el 23%. Por su parte, Israel exportó a Argentina por una suma de alrededor de 118 millones de dólares en 2016, disminuyendo 2.5% respecto a 2015. Los productos que vende Israel a Argentina son manufacturas y principalmente industria química e industria conexa (42%).6

 

Pero lo más preocupante (considerando los antecedentes de la presencia militar israelí en la región) es que el gobierno argentino acaba de firmar dos acuerdos de cooperación en seguridad pública e interior con Israel. El primer acuerdo es sobre lucha al crimen organizado, tráfico de personas, drogas, lavado de dinero y crimen cibernético, en el cual las empresas de ciberseguridad israelís contemplan firmar acuerdos futuros y brindar sus servicios. En cuanto a seguridad pública, las cumbres de la OMC y del G20 se celebrarán en Argentina, por lo que el primer ministro israelí pidió al gobierno argentino garantizar la seguridad en las cumbres.7

 

México: puerta al libre mercado latinoamericano

 

A diferencia de Argentina, México e Israel tienen importantes vínculos comerciales desde hace décadas, como lo muestra el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado en 2000, así como asiduas relaciones en materia de seguridad privada, ciberseguridad y entrenamiento de policías y militares. En el marco de la reciente visita de Netanyahu, no solo se acordó la renovación del TLC, sino que además se firmaron tres acuerdos de entendimiento:

 

  1. Servicios aéreos entre ambos países para lograr mayor conectividad y que las relaciones comerciales alcancen mayor fluidez;

 

  1. Exploración del espacio aéreo con fines pacíficos;

 

  1. Cooperación internacional en agricultura y “emprendedurismo”.8

 

 

Con un intercambio superior a los 600 millones de dólares y una balanza favorable a Israel, las autoridades israelíes consideran que se está lejos de lograr una relación comercial idónea con México. Pero la idea de Israel es lograr que México sea su puerta de entrada para la vinculación con otros países afines a sus políticas, objetivo que intenta cubrir por medio de una cada vez mayor vinculación con la Alianza del Pacífico, donde México es la principal economía y considerando que en julio se cumplirá un año de la adhesión de Israel como estado observador, al igual que Estados Unidos.9

 

Evidentemente, el vínculo comercial y de inversiones de Israel con México muestra un crecimiento en los últimos años, en particular en la Inversión Extranjera Directa (IED) proveniente de Israel, que se enmarca en un repunte de llegada de IED en general a México, que en marzo de 2016 alcanzó los casi 8 mil millones de dólares –a pesar de la inestabilidad y crisis política, junto con la violencia y las condiciones miserables de existencia de más de la mitad de la población, que parece no beneficiarse del potencial derrame que deberían generar esos ingresos-.

 

Lo concreto es que Israel es el segundo país con mayor índice de inversión extranjera en el país, proporcionando más del 25% de la IED total, esto lo coloca apenas detrás del coloso Estados Unidos, cuyo porcentaje de inversión es 29.28%.10 En el 2016, la empresa israelí Teva, anunció sus planes de adquirir al fabricante mexicano Representaciones e Investigaciones Médicas (RIMSA), por la suma de 2.3 millones de dólares.11 Con esto, Israel refuerza su posición como socio estratégico de México y Latinoamérica, además de fortalecer su rol protagónico en el desarrollo de ciencia y tecnología en México;12 considerando el tipo de relaciones asimétricas establecidas con México, se espera que redunde en mayores beneficios para el sector privado-público israelí, más que en la posibilidad de un despegue en el desarrollo tecnológico autónomo mexicano.

 

Pero el dato preocupante es el vínculo de Israel con el negocio de la seguridad y la militarización en un país asediado por una “guerra contra las drogas” (léase: Iniciativa Mérida en continuidad con el Plan Colombia) que ha resultado en una guerra contra todo tipo de disidencia y alternativa que amenace aunque sea “tímidamente” al orden/caos imperante. Israel, además de suministrar drones, también vende armas a la SEDENA. Solo en el año 2011, mediante el Fideicomiso para Equipo Militar, México compró armamento por 4 mil millones de pesos a varias empresas entre las cuales se encuentra la israelita Weapon Industries, Ltd.13 La empresa israelí Elbit Systems Ltd también fue contratada el año pasado para el servicio de mantenimiento de un dron “Hermes 450”, adquirido años atrás.

 

En junio de 2017 se supo que varias instituciones del gobierno mexicano espiaron a periodistas, activistas de derechos humanos, incluyendo al grupo internacional que investigó la masacre de estudiantes en Ayotzinapa. La empresa mexicana Balam Seguridad privada S. A. de C. V. y su subsidiaria Tech Bull con conexiones con la compañía israelí NSO fueron las intermediarias para venderle al gobierno mexicano el malware “Pegasus”, de la empresa israelí NSO, según informó The New York Times.14

 

Es fundamental aclarar que no se trata de un caso aislado. La ciberseguridad es uno de los mercados en expansión clave en América Latina y las empresas israelís han avanzado en la región para vender sus productos: Israel Aerospaces Industries (IAI) creó IC3, que es un programa de consorcios en seguridad cibernética que aglutina a varias empresas israelís, la cual obtuvo un contrato millonario en América Latina para establecer un centro cibernético nacional en algún país (cuyo nombre no se especifica en la información disponible). La IAI colabora con las agencias de inteligencia en la recolección de información de celulares y datos almacenados en “nubes”.15

 

Estas prácticas, que han proliferado cada vez con menos obstáculos a partir del 9/11 (a pesar de su ilegalidad), reproducen el esquema de vigilancia total en la guerra contra el “terrorismo global” según lo establecido por la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, los decretos que sancionan el ciberespionaje16 y las decenas de proyectos de ley elaborados por el Congreso estadounidense orientados a garantizar la “seguridad nacional”, incluida la Ley Patriótica de 2002. La articulación entre agencias de seguridad, poder ejecutivo y legislativo obedece a unos intereses que superan ampliamente el debate superficial de la “privacidad del individuo en tiempos de democracia”, extendiendo sus redes y alcance a la geopolítica global, gracias a la articulación con las corporaciones de software que operan a nivel internacional.17 No es menor entonces, que Netanyahu y Peña Nieto hayan acordado participar en proyectos conjuntos de cooperación en Centroamérica (en donde Israel fue participe en el entrenamiento de las FFAA contrainsurgentes durante la Guerra Fría)18 y trabajar en materia de ciberseguridad, agenda establecida por EEUU dentro de la Iniciativa Mérida y la Iniciativa Regional para la Seguridad de Centroamérica.19

 

Israel en Colombia: el negocio de la seguridad y las amenazas cibernéticas

 

En Bogotá, Netanyahu se reunió con el presidente Juan Manuel Santos, quien había visitado Israel en el 2013. Colombia es considerado uno de los aliados más importantes de Israel en la región, además de México. Es el único país suramericano que no ha reconocido a Palestina como Estado. El Tratado de Libre Comercio con Colombia data del 2012 y se han cultivado estrechas relaciones de cooperación para la seguridad establecidas desde hace varias décadas para combatir al narcotráfico y a la guerrilla. Cada año llega a Israel una delegación militar colombiana de alto rango para “mantener un diálogo” con sus pares israelíes.20.

 

Según fuentes oficiales, los acuerdos que se firmaron en esta reciente visita son en materia de Agricultura, suministro de agua potable a zonas áridas, ciberseguridad, turismo y el impulso de un fondo de “innovación”.21 Pero el sector clave, al igual que en los otros países, es el de la ciberseguridad, como lo afirmó el mismo Netanyahu: “Esta es un área que se ha vuelto importante para todos los países, pero no solo a nivel gubernamental, incluso las cuentas bancarias: la gente ahorra, deposita el dinero y alguien puede llegar y robar el dinero. Así que esta protección hace falta”. Además se informó que se llevarán a cabo proyectos de capacitación en ciberseguridad.22

 

Al igual que en el caso de México, el negocio de la seguridad es en extremo delicado (y sospechoso) en un país donde en estos momentos se intenta llevar a cabo un proceso de paz luego de décadas de violencia, militarización y paramilitarización. Pero, a diferencia de México, el escenario se agrava considerando la lucha contra la guerrilla. Desde que Juan Manuel Santos lideró el Ministro de Seguridad colombiano (2006-2009) contrató a varios asesores israelís para dar con líderes de las FARC-EP. Estos mismos asesores vincularon al gobierno colombiano con la empresa Global CST (a cargo del ex general de división Israel Ziv) para suministrar equipo militar y hacer evaluaciones estratégicas, no sólo contra “amenazas internas” (FARC-EP), sino también contra “amenazas externas” (Venezuela y Ecuador). Según información filtrada por Wikileaks, había contratos también para adquirir drones.23

 

La magnitud de la presencia militar de Israel en Colombia es tal, que forma parte del Tratado de Libre Comercio ratificado recientemente por el Congreso, del que sobresalen varios aspectos controversiales (o que dan cuenta de que las relaciones asimétricas y de dependencia, además del rol estratégico de Israel en la reproducción del sistema hegemónico):

 

  1. El sector más favorecido con este TLC será el minero energético. En el 2015, el 89% de las exportaciones colombianas a Israel correspondieron al carbón, recurso cuya explotación se encuentra en manos de empresas multinacionales.24

 

  1. Uno de los puntos más cuestionables de este TLC es el aumento de las importaciones de armas y equipo militar. Aunque el Ministerio de Comercio ha querido ocultarlo, los documentos oficiales confirman que las importaciones de Israel a Colombia se centran en el sector militar (el 49,6% del total en 2010), importación que crecerá con mayor facilidad con el TLC.25

 

  1. De las 312 empresas israelíes que exportaron sus productos a Colombia entre agosto de 2014 y agosto de 2015, al menos cuatro tienen sus sedes en territorios ocupados ilegalmente por Israel desde 1967.26

 

  1. Colombia es el país de América Latina que más becas de capacitación en Israel recibe. Tan sólo entre el 2012 y el 2017, más de 900 especialistas y funcionarios colombianos se capacitaron en Israel en cursos de posgrado.27

 

  1. El Gobierno de Israel es otro gran socio para Colombia en materia de inteligencia, tanto así que la propia embajada de Israel en Bogotá ha financiado la realización de la feria y la conferencia anual Cibercolombia.28

 

Lo fundamental es que Netanyahu percibe a América Latina como “socio estratégico” y por lo que ha dado a conocer en su visita, parece que el sector fundamental en esta relación es el de la ciberseguridad, que puede aparecer incluso como algo “novedoso”. No obstante, esto se liga sin tensiones a una indiscutible trayectoria del Estado de Israel en provisión de armas, equipos de seguridad y entrenamiento a las FFAA de América Latina, en particular a las fuerzas contrainsurgentes durante la Guerra Fría y para la “guerra contra las drogas” en la actualidad -rol que ocupa con la aprobación de EEUU29-. Por otra parte, la ciberseguridad se trata de un mercado clave, especialmente luego de que organismos como la OEA y el Banco Interamericano de Desarrollo advirtieran en un informe del 2016 que la América Latina “presenta vulnerabilidades potencialmente devastadoras” en este campo.30

 

No es casual que los intereses de Israel se complementen con el escenario descrito por organismos interamericanos y de paso con la priorización de “problemas” según el gobierno estadunidense (Trump renovó sin dudar las órdenes ejecutivas de Obama contra las actividades maliciosas en internet31 y el Congreso que parece dividido en varios aspectos, parece bastante unánime en materia de actividades en internet que amenacen la seguridad nacional).32. El problema es la ciberseguridad y alguien tendrá que monopolizar y controlar ese espacio, más allá de las leyes u obstáculos que se interpongan. La red de vigilancia opera no solo contra la información “privada”, sino que atenta contra la soberanía de los Estados, la autodeterminación de los pueblos y está al servicio de individuos y empresas cuyos intereses están anclados en la reproducción de un sistema desigual, muy íntimamente ligado a la generación de guerra permanente. Para eso Israel está preparado: provee armas y también equipos para evitar el ciberespionaje…pero ¿es eso lo que necesita América Latina?

 

Aníbal García y Silvina Romano

Investigadores CELAG

 

http://www.celag.org/lo-dejo-seguridad-la-visita-netanyahu/

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/188161?language=en
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