Al empresariado top, sonrisas en el Sheraton; a Milagro la cárcel
- Opinión
Durante tres días la administración Macri intercambió elogios con el establisment en el Coloquio de IDEA. Ayer la policía jujeña llevó a Milagro Sala a la cárcel. Una postal de la Argentina macrista, en víspera del comicio.
El procedimiento policial en Jujuy fue llevado adelante por cuerpos especiales de esa fuerza que instrumentaba lo resuelto por el juez Pablo Pullen Llermanos pero con la marca en el orillo del gobernador Gerardo Morales.
A la dirigente social de la agrupación Tupac Amaru la sacaron de la vivienda del barrio La Ciénaga a primera hora de la mañana, sin previo aviso a ella ni a sus abogados, como admitió en su escrito el verdugo, perdón, el magistrado.
Y como denunció el esposo de Sala, Raúl Noro, se la llevaron descalza y en pijama, en medio de malos tratos, forcejeos y algunos golpes que dejaron huellas en su cuerpo. Noro también fue maltratado por los efectivos, determinados a llevarse su presa a como diera lugar hasta el penal de Alto Comedero.
Aunque la propaganda oficialista diga que su credo es cumplir siempre la ley como nunca se lo habría hecho antes en la Argentina, lo ocurrido ayer en la provincia gobernada por Morales testimonia exactamente lo contrario. Es un acto de tiranía, denunció Elizabeth Gómez Alcorta, la abogada de la detenida, en una improvisada conferencia de prensa en la sede del CELS en la Capital Federal.
No dejaron norma legal sin magullar, igual que hicieron con el cuerpo de Sala.
En primer término, el juez no dio comunicación a los letrados defensores, supuestamente para poder concretar con éxito el traslado. A confesión de parte…
En segundo lugar, Pullen Llermanos no tenía ya potestad en este caso porque la anterior decisión de la Cámara jujeña para trasladar a Sala a la prisión había sido apelada por la defensa, ante la Cámara de Casación Penal. Y el tribunal provincial había aceptado elevar esa apelación, con efectos suspensivos.
Además, la fundamentación del magistrado no pudo ser más perversa. Es que argumentó que contaba con informes médicos sobre grave depresión anímica de la detenida, con tendencia o riesgo de suicidio. Y entonces, supuestamente para salvarla…la envió a la cárcel, el lugar donde según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Grupo de Detenciones Arbitrarias de la ONU corre serio riesgo su vida.
Apuestas electorales
Gómez Alcorta, que estuvo acompañada del titular del CELS, Horacio Verbitsky, calificó el operativo como un secuestro. Y aludió al propósito de Morales: la quiere ver muerta a Sala.
Esos procedimientos no suelen ser resueltos por autoridades de provincia porque son de alto impacto político nacional e incluso internacional. El reenvío de Sala a la prisión debe haber sido decidida en común por el gobernador y Mauricio Macri.
Y no es raro que la fecha del traslado haya sido en la semana previa al comicio del domingo próximo. Es que según esos políticos, su círculo rojo y de otros colores, más sus medios hegemónicos amigos, tales medidas tienen respaldo en votos.
El 22 de octubre se podrá apreciar hasta qué punto ese cálculo es certero. El cronista lamenta presumir que tiene bastante de cierto. Hay mucha gente, incluso humilde y desclasada políticamente, que odia a Sala como a Cristina Fernández de Kirchner. También odia a Alejandra Gils Carbó aunque a ésta no la haya sentido nombrar más que en algunos noticieros de Todo Negativo, y no sepa si es una actriz, modelo, escritora o diputada.
El libreto del gurú Durán Barba aconseja agitar las aguas de la anticorrupción en víspera de las urnas, porque eso rinde electoralmente buenos frutos. Entonces hay procedimientos contra Juan Pablo Medina en la UOCRA de La Plata y contra Milagro en Jujuy, como si fuera lo mismo quien se habría robado fondos millonarios de aquel gremio y quien hizo una obra de sentido social para los menesterosos del NOA.
Como las encuestas siguen dando bien, entonces la ofensiva tribunalicia se profundiza con jueces de Comodoro Py y no de la Puna. Ahora fue el turno de Julián Ercolini para procesar a Gils Carbó por la compra de un edificio para el ministerio Público Fiscal en la calle Perón. Es probable que uno de los procesados haya cobrado una coima en esa venta, pero en ello no tuvo nada que la Procuradora General.
Esa decisión de Ercolini sirvió en bandeja la oportunidad al ministro Germán Garavano para reclamar a AGC que pida una licencia y deje el cargo. Y si no lo hace, volvió a amenazarla con llevar su caso al Congreso y tratar de descabezarla allí. El ministro parte del cálculo que tras las legislativas tendrán mejores correlaciones de fuerza para ello.
A Claudio Bonadío no hizo falta chistarle. Solito, de memoria, ordenó las indagatorias de CFK y demás acusados en la infame novela de traición a la Patria, escrita por Alberto Nisman y su ghostwriter o escriba no tan secreto, Antonio Stiusso. Ese anuncio también implicó una clara injerencia electoral.
Sin debate grosso
Es una pena que una pulseada política tan importante como las legislativas de octubre no hayan permitido contraponer los argumentos de los principales candidatos en algunos debates televisados. Sí hubo uno en Capital, donde a Elisa Carrió se le escuchó decir la barbaridad de que Santiago Maldonado podía estar en Chile, en un 20 por ciento de posibilidades.
En particular habría sido muy interesante una polémica entre Esteban Bullrich y Cristina, sin menospreciar a Sergio Massa, Florencio Randazzo y otros bonaerenses, territorio donde se libra la “madre de todas las batallas”.
Parece que ni siquiera lo intentaron, lo que sería una culpa compartida por esas dos primeras fuerzas de las PASO. Massa sí quería y Randazzo también, por obvias razones de terciar viniendo desde muy atrás.
La campaña se mantuvo en los andariveles ya comentados.
El macrismo no realizó grandes actos y siguió apostando al rédito que le puedan producir esos golpes propagandísticos vinculados con una lucha parcial y falsificada contra la corrupción. Parcial porque no agitan casos propios como el Panamá Papers. Y falsificada, porque meten en la misma bolsa al “Pata” Medina y Gils Carbó, dos personajes que no tienen nada en común.
No hay que subestimar a Cambiemos. Su campaña la lleva adelante un equipo organizado y disciplinado, con asesoramiento moderno y lenguaje pastoral, bien marketinero. Además, y no es poca cosa, le ayudan un poco algunos índices aislados de la economía, de cierta mejoría, como para falsificar que se está ante una mejoría sustancial.
En esa opereta cuentan con ayuda de la burocracia sindical que supo ser kirchnerista o quizás aún lo sea, vaya uno a saber. Antonio Caló, titular de la UOM, se hizo presente en el empresarial Coloquio de IDEA y declaró que en de empleo su gremio está este año 2.000 puestos arriba, porque hubo 4.000 “retiros” (léase despidos) y 6.000 incorporaciones. Como al pasar había dicho que el año pasado los metalúrgicos perdieron 30.000 empleos. Con gremialistas de tan poca conciencia y consistencia, es dable esperar que Macri y sus ministros se hagan un picnic. Es tan bruto Caló que mencionó al ministro de Trabajo como “el compañero Triaca” (¿se habrá confundido con el padre, ex mandamás sindicalista-empresario del Plástico que como interventor de Somisa despidió a miles de metalúrgicos?).
Buscando sus bases
El gobierno nacional, por una parte, y Unidad Ciudadana, por la otra, han centrado esfuerzos en contactar con sus respectivas bases sociales y electorales en este tramo final de campaña.
Macri, la gobernadora María E. Vidal, el jefe de Gabinete Marcos Peña y varios otros ministros y secretarios se movieron como peces en el agua de Mar del Plata, en el Coloquio de los monopolios. IDEA tiene como presidente al mandamás de Dow “Argentina” (filial de la petroquímica norteamericana) y como titular del 53° Coloquio al gerente general del Ingenio Ledesma.
El resto de los 900 asistentes, salvo excepciones que no son honrosas porque se trata de empresarios como el “Vasco” De Mendiguren, de la UIA, aplaudieron a rabiar a los expositores de la línea presidencial. De ese modo quisieron asegurarse más influencia de cara a lo que viene desde el 23 de octubre: reforma laboral, menores impuestos y baja del gasto público, con la profundización del ajuste que ello supone.
Cristina por su parte retomó la línea de los actos con los trabajadores en Dolores y la juventud en La Matanza, como antesala del acto masivo en Racing el lunes 16, en víspera del 17 de octubre. Seguramente allí, además de la denuncia del ajuste en ejecución y la advertencia sobre el futuro ominoso que aguarda a los argentinos de votarse a listas del PRO-Cambiemos, ella agitará el lema de que los mejores días fueron peronistas.
En eso no estará apuntando sólo contra Macri y Vidal, sino también refrescando su pertenencia al peronismo, para impedir que Miguel Pichetto y otros senadores puedan sacarle “tarjeta roja” en esa cámara y el movimiento.
Coherentes, Macri estuvo con los empresarios top y Cristina con los trabajadores del conurbano. La pregunta, de cara al 22, es la siguiente: ¿A quién votarán las capas medias urbanas y rurales en disputa entre uno y otro polo de referencia? El cronista confiesa que no es muy optimista y le encantaría estar equivocado. Quisiera que esos 3 o 4 puntos de menos fueran de más.
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