La semana política

Macri machaca sobre caliente e impone sus acuerdos

21/11/2017
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No hay que dejar que se evapore la victoria del 22 de octubre. Esa parece ser la orientación presidencial. Y así, bajo presión, logró acuerdos favorables con gobernadores y sindicalistas. Vidal la ganadora, jubilados los perdedores.

 

Una de las pocas noticias que descolocó a Mauricio Macri, en días pletóricos, fue la desaparición del submarino ARA San Juan, con sus 44 tripulantes. Ojalá que esta triste historia tenga un final bueno, aunque cada hora que pasa esa perspectiva se angosta. El último contacto con la nave fue el miércoles a las 7 de la mañana, mientras navegaba desde Ushuaia hacia Mar del Plata.

 

Al momento de escribir esta nota no se lo había localizado, a pesar que varias naves y aviones de Argentina y otros países se habían abocado a la búsqueda.

 

Los familiares de los navegantes no fueron notificados por la fuerza y la noticia fue demorada más de la cuenta, o por mal manejo o bien por la incomodidad que eso generaba al gobierno nacional. Es una cuenta a aclarar.

 

Con ese grave asunto entre manos, algunas figuras del oficialismo pueden haberse tentado con echar la culpa al gobierno anterior, por supuesta mala atención del submarino. Sin embargo la exministra Nilda Garré compareció en América y dio fe del importante trabajo realizado años atrás con supervisión del fabricante alemán. Además, para saber qué ocurrió se necesita tener el submarino y periciarlo, cosa que por ahora no es posible.

 

Seguramente se trata de problemas técnicos y no políticos, pero en Argentina se quiere meter la política en forma sesgada aún en lugares inapropiados, y esos pases de factura son posibles. Mejor abstenerse, seguir buscando al ARA San Juan, dar contención a los familiares de los tripulantes (entre ellos una submarinista) y rogar que no haya tragedia.

 

Después, con el material a mano, se podrá estudiarlo y decir con objetividad cuál fue la causa del apagón informativo del submarino con la Armada.

 

Macri quedó casualmente en el área de la búsqueda. Se iba con su familia rumbo al descanso más que habitual en él hacia la residencia de Chapadmalal, buscando un fin de semana largo. Como el ministro Oscar Aguad, también tendrá que atender llamados y evacuar consultas sobre la búsqueda del submarino perdido.

 

Acuerdos bien PRO

 

La semana fue excelente para el PRO-Cambiemos porque tras varias reuniones con los gobernadores logró firmar un acuerdo más que ventajoso con 23, quedando afuera momentáneamente San Luis. El resto fue todo adentro de la bolsa, incluyendo a Santa Cruz, de la gobernadora Alicia Kirchner.

 

En la negociación tuvo un rol destacado, desde el mostrador del Ejecutivo nacional, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, con muñeca política, por encima de Nicolás Dujovne, el ministro de Hacienda que impulsaba cambios impositivos en relación a Nación-provincias.

 

Acorde a su idea núcleo que si las provincias bajan impuestos eso redundará en incentivo a las empresas a aumentar inversiones y crear más fuentes de empleo, el macrismo consiguió que aquéllas aceptaran una baja progresiva de impuestos.

 

El cálculo o ganancia nacional será que si hay reactivación de la economía y mayor consumo, la percepción de impuestos será mayor y así se dibujará un círculo virtuoso. Habrá que verlo.

 

Supuestamente las provincias serán compensadas con reintegros de Nación, con lo que no resignarán sus ingresos. Eso sí, debieron renunciar a los 56 pleitos judiciales que tenían entablados contra el Estado Nacional y que podían llegar a ganar, como ya había sucedido con Córdoba, Santa Fe y San Luis en 2015, tras fallo de la Corte Suprema, recuperando el 15 por ciento de coparticipación.

 

Los gobernadores peronistas salieron chochos por el acuerdo suscripto, en particular el de San Juan, Sergio Uñac, de los pagos regenteados hasta hace poco por el descolorido titular del PJ nacional, José Luis Gioja. Su cálculo, de mercader, fue que antes del acuerdo podía perder 2.500 millones anuales a manos de la provincia de Buenos Aires, y ahora ganará 5.000 en cinco años.

 

Obviamente que la más feliz de los 23 firmantes fue María E. Vidal. Con el chantaje de su demanda judicial por la actualización del Fondo del Conurbano logró que le transfieran 100.000 millones en dos años. Apoyada en ese colchón de plata empezó a soñar con la reelección en La Plata y el primer signo alentador fue que la Legislatura le aprobó el Presupuesto 2018 con el voto propio, pero también del peronismo y el massismo.

 

Pobres jubilados

 

Lo paradojal de esto, o no tanto, tratándose de Macri, es que la plata para lubricar el pacto con los gobernadores será aportado por los jubilados, pensionados y quienes cobran asignaciones. Es que el acuerdo está ligado al cambio en el sistema de reajuste de las jubilaciones y esos programas, que ahora serán trimestrales según la inflación que cante el Indec. Según las estimaciones del centro de estudios CEPA, cada jubilado resignará casi 11.000 pesos a lo largo de 2018, contando la merma en sus haberes y aguinaldos.

 

Actualmente la fórmula de actualización es un mix que toma en cuenta los ingresos públicos y la mejora de los salarios de los activos, lo que derivaba en marzo y septiembre en aumentos superiores a la inflación.

 

No se crea que sólo los opositores al gobierno argumentan de ese modo para cuestionar el plan oficial. Algunos comunicadores del mismo palo oficialista lo admiten en sus columnas. Carlos Pagni, en “La Nación” del 16/11, escribió: “la clave del pacto entre el Gobierno, los gobernadores y los sindicatos es el cambio en la actualización de las jubilaciones. De ese ahorro el Tesoro podrá girar a la provincia de Buenos Aires 40.000 millones de pesos”.

 

Dos días después, en el mismo diario, Francisco Jueguen, opinó sobre cómo llenará los baches el gobierno nacional: “la reforma previsional, que aportará cerca de $ 100.000 millones y otros recortes en el Estado, serían la respuesta oficial”. Según CEPA serán 115.000 millones de pesos.

 

Es lógico que festejen el presidente, sus ministros y gobernadores como Vidal. En cambio, no es tan entendible que lo hagan Uñac y otros mandatarios justicialistas que se sintieron perdidos ante el ultimátum de Macri. Creyeron que los amenazaban de muerte y les daban la opción del “dunga-dunga”, aceptando esta última como si fuera un final feliz.

 

Reforma laboral

 

Esa alternativa de “muerte o dunga-dunga” fue esbozada como explicación por Oscar Martínez, de la UOM Tierra del Fuego, para firmar un acuerdo de su gremio con las patronales. Así aceptó el congelamiento de los salarios por dos años, desde junio de 2018 hasta mismo mes de 2010, a cambio que no hubiera despidos ni suspensiones.

 

Si ese chantaje y bajada de lienzos no debería ser aceptado por un sindicato, menos aún es razonable que lo den por válido los gobernadores peronistas que tienen otro poder de fuego y negociación, mucho más alto que el de la UOM fueguina.

 

Jorge Triaca también se alzó con un acuerdo muy beneficioso para el programa macrista de reforma laboral, tras reuniones con la cúpula burocrática de la CGT. Los triunviros pasaron del “rechazo total” al proyecto de 145 artículos, según su reunión de Consejo Directivo, a poner el gancho en pocos días.

 

La táctica envolvente del gobierno fue inteligente. Negoció por separado con dos ramas del movimiento peronista: los sindicalistas y los gobernadores. A cada uno hizo alguna concesión y se aseguró que no se fueran a unir en rechazo a sus iniciativas. Y así terminó con posibles focos de resistencia en uno y otro flanco, domesticados sin perjuicios de minorías adversas. Los Rodríguez Saá en San Luis y Pablo Moyano en el Consejo cegetista, no acordaron, pero el resto sí lo hizo.

 

En el toma y daca Triaca admitió que no se ponga en pie de igualdad la parte trabajadora y la patronal, que se computen varios ítem para las indemnizaciones y que la figura del precarizado no convencionado se limite al transporte de pasajeros, entre otros cambios a su brutal proyecto original.

 

De todos modos, quedó instalada la reforma como una buena cosa que irá al Congreso y tendrá supuestamente el voto mayoritario, con lo que el logro político del presidente será innegable. Y el grueso de las cosas que no entró en ese texto, se confía que pasará por medio de la negociación de partes, como ya sucedió en Vaca Muerta, Toyota, Atilra y ahora UOM Tierra del Fuego.

 

Focos de resistencia

 

Con esos éxitos políticos y otros judiciales, el grupo presidencial ha logrado que pase casi desapercibida la denuncia del consorcio internacional de periodistas de investigación que puso otra vez bajo la lupa a dos de sus ministros. En este caso Luis Caputo, ministro de Finanzas, y Juan J. Aranguren, de Energía, fueron implicados en firmas de guaridas fiscales en los “Paradise Papers”.

 

Los que no se interesen en el tema político-moral seguramente se acordarán de Aranguren cuando les lleguen las boletas de gas y luz de diciembre con un aumento promedio del 45 por ciento.

 

El gobierno no podrá cantar alegremente victoria por toda la cuenta. Su reforma laboral y previsional viene compactando un frente de gremios de la CGT, con Pablo Moyano, la Corriente Federal de Sergio Palazzo, ambas CTA y ATE de “Cachorro” Godoy, que harán una movilización el 6 de diciembre. Se dirá que esa marcha no alcanza. Es cierto, pero toda larga marcha comienza con el primer paso.

 

http://www.laarena.com.ar/opinion-macri-machaca-sobre-caliente-e-impone-sus-acuerdos-1178799-111.html

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/189354
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