Políticas para una Agenda-País

31/01/2018
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Mientras solo hablamos del tipo de cambio y pasivos económicos, que finalmente son síntomas, no saldremos de la coyuntura, el corto plazo y una táctica administrativa. Así, cambiamos “todo” para que nada cambie. Para transformar la matriz estructural del “costo argentino”, lo primero es aceptar que la economía es solo un subsistema dentro de la biosfera que integramos. Al respecto, debemos abocarnos al diseño de modelos productivos y comunitarios que atiendan demandas socio-económicas, ambientales, culturales y políticas, multiesclares. Lo que sigue es un borrador de trabajo, para comenzar a pensarlo estratégicamente.

 

Para revertir la Argentina a repetición, populista y de gestión “", es necesario recuperar las vilipendiadas palabras “Política” y “Estado”. A menudo se confunde la política con los políticos y el Estado con quienes lo tramitan. Un objetivo actual es “unir a los argentinos”, pero ello no es posible si no hay identidad que responda a un proyecto. Hoy nuestra única hipótesis de conflicto es con nosotros mismos. Sin embargo, estamos inmersos en un conflicto nacional y global que enfrenta los negocios con la vida, con la justicia y el futuro. Argentina tiene que tener un proyecto nacional pero con vocación mundial, para ser protagonista de esta épica vital.

 

Al respecto, la polarización social y la encrucijada ecológica están a la vista. Por eso, como disparador, presentamos tres Políticas de Estado, no excluyentes. Ellas no figuran en el imaginario político o mediático y nunca serán la noticia del día. Lucen como un buen comienzo, pero la sociedad civil tiene que participar en eso porque la POLÍTICA ya no se hace verticalmente.Además, no podemos salvarnos solos: la patria es el mundo, nuestra casa común. En esta línea, presentamos una propuesta de acción como insumo para promover una Agenda-País

 

Nuestra nación tiene un alto déficit fiscal pero también exhibe un enorme déficit estructural: entre otros, a.- una grave distorsión geodemográfica, b.- una notoria falta de sustentabilidad en el complejo agroalimentario y c.- un descuido del ambiente, con escaso aporte al resto de la humanidad. Estos factores se interrelacionan entre sí, cuando adoptamos un enfoque sistémico y holístico, no corporativo o sectorial. Los problemas globales, bueno es concientizarlo, son más agudos y perentorios que los nacionales.

 

 Frente a los tres consensos básicos, presentados por el gobierno, proponemos tres políticas de Estado, que satisfacen una ética del bien común. Mientras los consensos responden a demandas (económicas), las políticas generan -además- otras demandas, hoy deliberadamente no aparentes (sociales y ambientales). Ambas iniciativas no son dicotómicas sino, más bien, complementarias.

 

Las tres “políticas de estado”, que gozan de una extensa fundamentación, son las siguientes: a. Ordenamiento territorial, b. Multifuncionalidad agrícola y c. Educación ambiental. Todas son vinculantes con el desarrollo, la seguridad alimentaria y ambiental y la equidad intra y trans generacional.

 

No todo es economía, negocios, productivismo, cantidad, eficiencia y tecnópolis, en Argentina. Existe, también, la calidad, lo pequeño, lo inconmensurable, lo intangible y los valores, que no cotizan en La Bolsa. La sustentabilidad es la herramienta, transversal, que debe presidir todos los emprendimientos humanos. Ella nos permitirá transitar por la vida, a nuestros hijos y nietos, sin que sean víctimas por lo que no hacemos ahora. La idea es comenzar a instalar una Agenda-País diferente, desde una acción ciudadana, con vistas a 2019.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/190757
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