¿A qué le tiras mexicano? (XI)

02/03/2018
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11ª parte

 

A Teotonio Dos Santos

In Memorian.

 

Venimos analizando información acopiada de fuentes directas, referida a los procesos electorales que se realizan o realizarán en este año (2018) en la Región. Colombia, en turno, nos permitió precisar como vienen las elecciones para el Congreso, en cuanto al juego de partidos y de que fuerzas serán los candidatos a la presidencia de la república, que se dará en condiciones muy especiales, por la incorporación de las FARC ya como partido político y con candidato propio.

 

Colombia es una nación que viene afrontando la lucha por el poder, entre derechas e izquierdas –superando en momentos el bipartidismo tradicional- y en otros afrontando situaciones complejas que llevan al país al borde de guerras intestinas o fuertes brotes de violencia. Esto se dio en diversas ocasiones durante el siglo XX en que hizo presencia el Bogotazo (9-abril- 1948), tras que Jorge Eliécer Gaitán, líder liberal y candidato presidencial colombiano, fuera asesinado y magnicidios en el siglo XX (Rafael Uribe Uribe, de un hachazo en las escalinatas del Capitolio en 1914; del ex ministro de Gobierno Rafael Pardo Buelvas en 1978; Rodrigo Lara Bonilla Ministro de Justicia en 1984; 1986, Hernando Baquero Borda y Guillermo Cano; 1987, Jaime Pardo Leal; 1988, Carlos Mauro Hoyos, y el 4 de julio de 1989, el de Antonio Roldán Betancur, gobernador del departamento de Antioquia. Todos y cada uno de ellos, por el involucramiento de fuerzas nefastas, detuvieron la evolución del país hacia mejores condiciones de vida para sus pobladores. Ver: http://www.semana.com/nacion/articulo/el-magnicidio-en-colombia/12079-3

 

Colombia participa internamente en la discusión de rumbos y programas sociales creados en Latinoamérica y el Caribe, en lo que va del siglo XXI. Los gobiernos en el poder utilizaron los medios para construir una idea de nación democrática, dado que es una de las economías más sólidas de la Región. Su principal argumento: el crecimiento económico de la 1ra década del siglo, con baja inflación y ajustada política fiscal, que excluye cualquier acción anti-cíclica o “populista”. Se ponderan funcionarios como los “mejores técnicos”, olvidando sus resultados en niveles de vida que llevan a la pobreza, el atraso y la exclusión educativa, sanitaria, alimenticia y productiva, con un 40% de pobreza. Romance discutible, sembrado en el planeta, buscando “certificar” sus actos. Ver: https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/condiciones_vida/pobreza/bol_pobreza_mon_jul14_jun15.pdf

 

Como ocurrió en casi toda la Región, los commodities, (petróleo y minerales), cuyos altos precios llevaron a la economía colombiana a una tasa promedio del 5% (2002 hasta 2011). Colombia no es país petrolero, pero fue el mayor producto de exportación hasta el 2015, (48,4% del total de las exportaciones), con un compás de extracción que agotaban velozmente las pocas reservas probadas de crudo. La Empresa Colombiana de Petróleos-Ecopetrol, muestra cuantiosas pérdidas, debido al proceso decadente que ratifica cálculos de expertos, según los cuales en el 2021 el petróleo será un producto marginal y demasiado escaso en el país. Este indicador revela en prospectiva la falacia del modelo, que se queda sin argumentos para sustentar el discurso del “éxito” económico colombiano. Ver: http://www.elcolombiano.com/negocios/economia/las-reservas-probadas-de-petroleo-de-colombia-bajaron-un-13-en-2015-XL4184415

 

Colombia atraviesa hoy una grave situación económica, expresada en la reducción de 16 mil millones de pesos de presupuesto (5500 millones de dólares), un déficit de cuenta corriente de 6,5% del PIB en 2015 y una considerable disminución de exportaciones, (cerca del 35,1% junio-2016), sin alternativa productiva a la extracción de petróleo. Sus problemas fiscales crecen, incrementan las desigualdades sociales e impulsan acciones políticas de sectores de poder, buscando profundizar en políticas neoliberales, ya superadas por la realidad. El conflicto social, lleva a la disputa por el modelo económico, con el intento de la ultraderecha de volver al poder, con un proyecto político no neoliberal con capacidad de competencia electoral. Ver: https://www.alainet.org/es/articulo/181806

 

El debate en el país es escaso, apenas si en círculos de académicos y pocos políticos. No hay grandes disputas o diferencias económicas en las facciones del poder, que en general buscan ahondar el neoliberalismo si bien hay diferencias sobre las formas de acumulación extractivista: con violencia la ultraderecha (petróleo y minería) y con negociación y judicialización el Gobierno. Además hay discrepancias de énfasis en materia impositiva.

 

El programa de la coalición de gobierno -Partido de la Unidad Nacional, Cambio Radical, el Partido Conservador y el Partido Liberal-, está centrado en profundizar medidas de ajuste neoliberal y la apertura de mercados, suscribiendo Tratados de Libre Comercio-TLC por doquier, con la promesa del acuerdo de paz como garantía para las inversiones extranjeras y en el rubro de la construcción y en la exención de impuestos a las grandes empresas como apuesta para el “crecimiento económico”. Hasta ahora no está resolviendo la grave crisis económica, producto del restrictivo modelo extractivista y la dependencia externa, caracterizada por la crisis.

 

Su candidato Fajardo Valderrama, “desnuda lo que pretende y ratifica su posición de no comprometerse con nada”, pero deja la puerta abierta sin tranca para que, como cortesano, a su cama entre el capitalismo salvaje, que lo amamantó en su nostálgica USA. Su propuesta de aumentar la edad para pensionarse solo fue estrategia para que “nos rasgáramos las vestiduras y no esculcáramos sus verdaderas intenciones” en la Presidencia.

 

Algunas propuestas del candidato de la élite, el Establecimiento, la empresa privada, la industria y los grandes medios de comunicación. Su “programa de gobierno” es una sarta de generalidades, banalidades y lugares comunes que podría ser la plataforma de cualquier “pelafustán” que pretenda ser presidente. Eso sí, fiel a su filosofía neoliberal, conserva el aparataje. El punto de partida es la lucha contra la corrupción y el clientelismo. Tiene algunas “curiosidades”: “¡ni un peso por un voto!”. Y algo que parece sacado de las páginas de “Cien años de soledad”: “la asignación participativa de recursos públicos es central en la lucha contra la corrupción. Haremos audiencias y acuerdos públicos para priorizar proyectos e inversiones regionales y nacionales con la participación del Gobierno Nacional, de alcaldes y gobernadores, del Congreso de la República y con la voz activa de la ciudadanía. Ver: http://telesantander.com/?p=11332

 

Las ofertas político económicas de la ultraderecha son aún más regresivas: el partido Centro Democrático –uribismo, cuyo líder Álvaro Uribe podría afrontar un inminente proceso penal que le abrirá la Corte Suprema de Justicia por manipulación de testigos– está proponiendo con su candidato Martha Lucía o Iván Duque: cero tributación para los ricos, continuar con una economía de guerra, centrada en la industria militar, afianzar el despojo violento de tierras y escalar los impuestos indirectos. Vale aclarar que cualquier disputa planteada sobre la economía desde la ultraderecha, está pensada en clave para retornar al gobierno en este año (2018).

 

Los punteros para las presidenciales, Sergio Fajardo y Gustavo Petro, están rezagados en la competencia por el Congreso, frente a Cambio Radical y al Centro Democrático. Se considera que cambiarán las tendencias después del 11 de marzo, tras las elecciones al Congreso. En esta fecha hay una vía de partida y una de llegada. Termina competencia por el Congreso, efectuada por los partidos e inicia en firme la carrera hacia la Presidencia, en la que pesa más el voto de opinión. Son dos elecciones distintas, pero asociadas. Tal vez las verdaderas opciones de aspirantes a la Casa de Nariño se sabrán una vez se conozca la composición del nuevo Congreso.

 

Germán Vargas Lleras dice que ese día habrá un nuevo mapa político. Las fuerzas ganadoras podrán influenciar la elección presidencial. Los aspirantes respaldados por partidos que salgan victoriosos en marzo, aspiran a que la nueva realidad política los impulse: Vargas Lleras, por un aumento indicador de la bancada de Cambio Radical, en las dos Cámaras; y en 2º lugar el candidato de la coalición de derecha –Marta Lucía Ramírez o Iván Duque–, por el previsible crecimiento de la bancada uribista. En la otra orilla, Sergio Fajardo y Gustavo Petro, independientes que han liderado encuestas de intención de voto, se podrían ver afectados por no poder elegir bancadas significativas. Desde la competencia por la Presidencia, marzo puede definir quiénes son viables y quiénes no.

 

Hay la percepción: una victoria contundente de partidos que respaldan a un aspirante a la Presidencia, tiene efecto positivo. Anima la imagen de que las organizaciones partidistas son definitivas a la hora de “sacar” a la gente a votar y permite el discurso de que, una cosa es ganar encuestas y otra, ganar elecciones. Es el previsible discurso de Vargas Lleras y del candidato uribista. En menor medida, del liberal Humberto de la Calle: aunque su partido pierda posiciones en el Congreso, alcanzará una votación muy superior a la que las encuestas le vaticinan hoy.

 

Serán importantes los movimientos de la clase política después del 11 de marzo. Dos partidos tienen capacidad electoral y no tienen aspirante propio –La U y los conservadores–. Puede ser que, en grupo o en lo individual, se desplacen hacia los presidenciables que piquen en punta. Vargas Lleras, envió señales a estos partidos y a miembros de las listas liberales, para que lo acompañen en la 1ª vuelta. En la derecha, un triunfo de Marta Lucía Ramírez podría atraer a sectores del Partido Conservador (fue candidata presidencial hace cuatro años).

 

Otra consecuencia política del previsible éxito electoral de los grandes partidos es que surgirá el argumento de la gobernabilidad. Si los que apoyan a Fajardo –el Polo Democrático y los verdes– quedan en posición minoritaria, ¿cómo harían para sacar adelante sus proyectos? Igual se dirá de Gustavo Petro, uno de los candidatos sin partidos políticos fuertes –Fajardo y Petro– presentarán un discurso diferente: diferenciar entre el voto de opinión, desmarcado de las maquinarias partidistas, para apoyar un cambio de la política en las elecciones presidenciales. El descrédito de la política y de los mecanismos de representación, posibilitará construir argumentos contra rivales, apoyados en la clase política. Y frente a la crítica por una eventual falta de gobernabilidad, podrán esgrimir que ya ejercieron el poder sin contar con mayorías en los órganos legislativos. Ni Fajardo como alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia ni Petro como alcalde de Bogotá contaron con mayorías en los Concejos y en la Asamblea. Y ambos sacaron adelante sus agendas de gobierno.

 

Gilberto Tobón Sanín, concluye que los votantes colombianos no tienen alto nivel de coherencia partidista. Un elector favorece a candidatos de un partido al Congreso, y se va con otro en la puja presidencial. En las consultas internas para elegir por voto popular a candidatos presidenciales hay electores que apoyan nombres por los que no votarán después. Las consultas son abiertas, los ciudadanos participan hasta en la “escogencia” de abanderados de varios partidos.

 

El factor partidista, en la Colombia de hoy –afirma Tobón- no determina el voto. Lo hizo siglo y medio, bajo el bipartidismo, cambió desde que el multipartidismo se impuso. Hoy los ciudadanos votan más por individuos que por colectividades. Existe mayor coherencia en partidos pequeños o nuevos que en los grandes, tradicionales. Según el Centro Nacional de Consultoría, el Polo Democrático en 33 departamentos obtiene más votos –o la misma votación– que en las parlamentarias, seguido del Centro Democrático, con 32, y de la Alianza Verde, con 22. En la Unidad Nacional –La U, liberales y Cambio Radical– ese resultado se dio en 3 departamentos. Las organizaciones más poderosas en el Congreso, no tienen gran capacidad de mantener sus votos en la 1ª vuelta presidencial.

 

Las encuestas corroboran esa conclusión. Porcentajes significativos de quienes son afines a un partido se apartan del candidato avalado por su directiva, y las colectividades políticas son un cascarón cuyo relleno se distribuye entre otras fuerzas. Los votantes tienen lealtades distintas en cada cita con las urnas. Al escoger para el Congreso, el color partidista y la relación directa con los líderes locales, determinan más, que en la competencia presidencial.

 

Respaldan esta visión, con encuestas. Según Invamer para SEMANA, Caracol Televisión y Blu Radio, más ciudadanos afines al Polo votan por Petro que los que lo hacen por Fajardo, a quien ese grupo respalda en forma oficial. Y de acuerdo con un análisis del Centro de Consultoría, quienes tienen intención de votar por un candidato presidencial, rara vez lo hacen por el mismo partido en la elección de Congreso. De los votantes de Fajardo, un 7,55 por ciento optará por candidatos al Congreso del Partido Conservador, 19,5 del liberal y 5,66 del Centro Democrático. De los de Gustavo Petro, un 5,61 por ciento marcará el tarjetón por un conservador, un 12,24 por ciento por un liberal y un 2,04 por el Centro Democrático. Los votantes de Germán Vargas Lleras sufragarán por un conservador, en un 11,76 por ciento; por un liberal, en un 20,59 por ciento; y por alguien del Centro Democrático, en un 13,24 por ciento. Humberto de la Calle, liberal, e Iván Duque, uribista, muestran el mayor grado de coherencia entre su votación a la Presidencia y la de sus seguidores al Congreso: 37,25 por ciento y 55,41 respectivamente, votarán por congresistas de sus partidos. Ver: http://www.eltiempo.com/elecciones-colombia-2018/presidenciales/encuesta-de-cnc-lideran-petro-fajardo-y-duque-186204

 

Si las dos elecciones se hicieran el mismo día, la influencia de las maquinarias sería mayor. Por eso las separaron. ¿Lograrán los candidatos con partidos –Vargas Lleras, Duque, De la Calle– hacer valer las fuerzas electorales de sus colectividades? (Ver: http://www.semana.com/nacion/articulo/sergio-fajardo-y-gustavo-petro-estan-rezagados-en-elecciones-al-congreso/558108

 

Continuará

 

Puebla, Pue. 25-Febr.-2018.

 

Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com

 

https://www.alainet.org/es/articulo/191374?language=es

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