Abril de lucha y de victoria

04/04/2018
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En este inicio de abril, se alarga la sombra de una masacre, aquella de los palestinos en Gaza en el Día del Regreso. Sin vergüenza, nuestros medios de guerra, como siempre, han hecho su trabajo sucio: ponen en el mismo plano francotiradores y objetivos, colonizadores y dominados. Encerrados en una prisión a cielo abierto, los palestinos, en todo caso, harán siempre el papel de los “malos”.

 

¿Por qué se obstinan en “provocar” a aquel buen hombre de Netanyahu? ¿Por qué no se dejan exterminar sin desvaríos por la mejor de las democracias? Una vez construida la imagen del “mal total”, cualquier cosa que les suceda, hasta la más terrible, siempre habrá algún complacido entre nosotros que dirá: “eh, eh, pero se lo han buscado...”. Nos estamos acostumbrando a la barbarie, sin ni siquiera saber dónde ha comenzado. En este abril que inicia, quisiéramos recordar dos fechas: la invasión de la Bahía de Cochinos en Cuba, en 1961, y el golpe contra Hugo Chávez el 11 de abril del 2002.

 

Contra la Revolución Cubana, el entonces Director de la CIA Welsh Dulles armó a un grupo de mercenarios y latifundistas huídos en Miami. Fueron derrotados, pero Washington nunca ha perdido la esperanza de derrotar al socialismo en Cuba y ha tratado por todos los medios impedir que otros países se pusieran en su camino. También este año, el Pentágono ha destinado ríos de dólares a la subversión contra La Habana y Caracas.

 

Y por eso, el golpe contra Chávez, pupilo de Fidel. Y por eso los nuevos ataques contra Maduro y el “insoportable” socialismo bolivariano. En este abril se está intensificando la llamada “operación tenazas” contra Venezuela.

 

Hasta ahora son ya 42 los países que han adherido a las sanciones decididas por Trump y por Europa, y antes por Obama, que – no nos olvidemos – las había aplicado porque consideraba a Venezuela “una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de los Estados Unidos”. Canadá y Panamá tienen incluso entre los sancionados también al Presidente Maduro. Y el 3 de abril, una parodia de Tribunal Supremo de Justicia “en exilio” ha desarrollado, en directo por you tube, una audiencia-proceso a Maduro por presunta corrupción por el omnipresente escándalo Odebrecht.

 

¿Adivinen dónde ha legislado el presunto Tribunal Supremo “en exilio”? En Bogotá, Colombia... Dentro y fuera de América Latina, el escándalo Odebrecht sirve a las luchas internas de poder. Se lo ha visto con la destitución del banquero Kuczynski, hasta hace pocos días presidente del Perú. Como anfitrión de la Cumbre de Lima, que se mantendrá en aquella sede el 13 y el 14 de abril, Kuczynski quiso excluir a Venezuela. En Perú, la calle grita: “que se vayan todos”, como en la Argentina del 2001. Pero los movimientos internacionalistas que habrían querido ir a Lima no han podido entrar.

 

El objetivo de las derechas, de hecho, es que todos los países que participan en la Cumbre de las Américas se alineen a Trump y a la Unión Europea y bloqueen las exportaciones de petróleo de Venezuela. Trump estará presente en persona. Su desacreditado gobierno y sus vasallos del Grupo de Lima tratan de impedir a toda costa las elecciones del 20 de mayo en Venezuela. Washington se muestra decidido a jugar en todas las mesas, desde la económica a la diplomática y también la militar.

 

Ya están vendiendo la piel del oso antes de matarlo. En la reciente reunión del G20 en Buenos Aires, los ministros de finanzas brasileño y colombiano, han anunciado a la prensa las maravillas del período post-Maduro. En el mes de abril – ha dicho el ministro colombiano Mauricio Cárdenas - escucharemos las propuestas concretas, en términos de cifras, del Fondo Monetario y del Banco Mundial para un “plan de rescate en Venezuela”. El mismo que el Fondo Monetario Internacional ha vuelto a imponer en el Ecuador de Lenin Moreno. El mismo que el candidato de centro-derecha, Henry Falcón, promete llevar a Venezuela si gana las presidenciales del 20 de mayo contra Maduro: antes de todo – promete Falcón - , “dolarizar el país”. De este modo, como en el Chile de Allende luego del golpe de estado de septiembre de 1973, retornarán, como por encanto, los productos a los supermercados, regresarán a pasear en Venezuela los descendientes de los Chicago Boys. Venezuela repleta de recursos es el blanco de grandes enfrentamientos de intereses a nivel internacional.

 

En estos días, en el Arco Minero del Orinoco se ha descubierto la cuarta mina de oro más grande del mundo. En aquella zona, está en curso un gran intento del gobierno bolivariano por expulsar a las mafias del mercado ilegal y devolver los recursos al control del poder popular. Hace hervir de rabia al paramilitarismo colombiano, bajo cuyos golpes han caído en estos primeros días de abril también otros dos líderes sociales. En Colombia se ha votado con las fotocopias, pero para los Estados Unidos y Europa todo ha ido bien. En Venezuela se votar por vigésima quinta vez, con un sistema electoral informático y a prueba de fraudes. Pero para Trump y sus vasallos no va para nada bien. Para impedir el voto en mayo, el partido se juega en abril. El 13, día del inicio de la Cumbre de Lima, Venezuela recuerda la derrota del golpe de Estado guiado por Estados Unidos y el retorno de Chávez al gobierno. Cuba, recuerda la derrota de los mercenarios de Miami en la Bahía de Cochinos. En el 2002, el pueblo acuñó el slogan “cada 11 lleva su 13”. Fidel definió a Playa Girón como “la primera gran derrota del imperialismo norteamericano en América Latina”. Dos balances que serán recordados por Cuba, como augurio, durante la cita de Lima.

 

Traducción Gabriela Pereira

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/192031
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