Sí, volvimos al mundo
- Opinión
El dólar, el FMI y una Argentina aferrada a Estados Unidos. Un repaso para comprender los elementos clave que componen la compleja situación económica que atravesamos en los últimos días.
Profesión infame la de los economistas. Pero más infame son los que compartiendo la profesión, quieren hacerse pasar por adivinos, futurólogos y videntes. Es cierto que un análisis de la realidad ayuda a comprender los posibles escenarios, pero lejos estamos de poder asegurar lo que va a pasar.
Sucede que cuando la economía tambalea, nos aqueja algo que se llama incertidumbre, o dicho en criollo, no sabemos que m$:&#@ hacer con la guita. ¿Sube el dólar? ¿baja? ¿se va todo al tacho? ¿borrón y cuenta nueva? ¡Qué problemón! Vamos por partes.
Argentina es una economía en desarrollo atada al dólar. O sea, nuestras reservas, contratos con el exterior y algunos mercados propios como el inmobiliario, están en dólares. Esto implica que todo lo que le ocurra al dólar nos afecta. Y mucho. ¿Por qué ocurrió esto? Acá hay que saber un poquito de economía.
Cuando nuestro Banco Central emite pesos, para que estos no sean inflacionarios se nos dijo toda la vida que deben tener respaldo en dólares. Esto no es del todo cierto, pero llevaría varias páginas explicarlo. Asumamos que en la mayoría de los casos es así.
La economía norteamericana se sustenta a base de exportar un comoditie gigantesco. ¿Pensás en tecnología?, ¿armas? Bueno, déjame decirte que el bien que más exporta EUA es inflación. En efecto, cuando EUA emite un dólar no tiene respaldo alguno. Únicamente se sostiene porque hay países y personas que acuden a ese país para tener reservas, para comprar petróleo, exportar, para lo que sea. Es decir, hay economías interesadas en tu moneda, eso es lo que le da valor, no necesita respaldo alguno.
Esto se llama señoriaje y es lo que EUA logró luego de la Segunda Guerra Mundial y lo llevó a ser el nuevo dueño de la economía, dictando las reglas del comercio mundial.
Pero hoy, y desde hace ya algún tiempo que existe un gran país que le disputa ese lugar de poder: China.
Contratos en yuanes, hegemonía en Asia, y finalmente… el petroyuan: contratos para comprar petróleo en yuanes. Esta es la estocada final de una moneda que comenzó a perder credibilidad con la crisis de Lehman Brothers en el 2008.
¿Qué ocurrió la semana pasada?
Como está cayendo la demanda mundial de dólares debido a la recesión, EUA sufre una crisis de divisa y el precio de su moneda baja. Por este motivo se ve obligado a elevar las tasas de interés, para atraer nuevamente la demanda y buscar economías que demanden dólares para que esta crisis no repercuta en su economía local a través de una inflación.
¿Qué ocurre en Argentina?
La suba de la tasa libre de riesgo (con respaldo en la economía estadounidense) suele provocar fuga de capitales en busca de inversiones que den el mismo beneficio con menores riesgos, a menos que argentina eleve su tasa. Eso fue lo que ocurrió.
Ahora bien. La suba de la tasa de interés tiene efectos aún más recesivos sobre la economía, ya que nadie va a querer endeudarse para invertir y nadie va a querer consumir vis a vis poner un plazo fijo.
Sumado esto al fenomenal déficit fiscal del gobierno, el invisible crecimiento, el desempleo, el bajo consumo y la falta de inversión del exterior, no es raro ver cuál es la única solución que encuentra el gobierno: tomar esa deuda que EUA está desesperado por colocar, en este caso a través del FMI. Somos funcionales a las necesidades de una potencia en caída.
¿Qué va a ocurrir?
No se puede adivinar el futuro, pero a largo plazo no hay dudas que la situación para el dólar va a empeorar, con una China que le disputa el poder mundial y tiene con qué ganarle el tan preciado señoriaje. El dólar necesita volverse atractivo para mantener su status por un tiempo más y eso va a provocar que Argentina y otros países de economías colonizadas sigamos absorbiendo la inflación que ellos producen.
En una economía debilitada, la stanflación (fenómeno que suma recesión e inflación) parece ser el camino. ¿Es un camino inevitable? Lo dudo. Aceptar que la nueva potencia es China y virar nuestra economía hacia un nuevo paradigma saliendo de la potencia actual parecería lo más sabio.
Es hora de liberarnos de la atadura del dólar, mirar a otros horizontes y darnos cuenta que si queremos una moneda fuerte, debemos respaldarla a las nuevas fortalezas.
- Sofía Scasserra para Emergentes
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