El papel de Rusia en el Medio Oriente

14/05/2018
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Es de amplio conocimiento el complejo papel mediador que viene realizando Rusia en los álgidos conflictos del Medio Oriente con el fin de alcanzar una paz, firme y duradera, en esa atribulada región. Un papel que ha sido explicado con amplitud y meridiana claridad por el Presidente ruso en los foros internacionales y en cuanta oportunidad se le ha brindado en los medios de comunicación internacionales. La respuesta dada de su país a la legítima solicitud del gobierno de Siria para acabar con las camufladas intervenciones en su territorio inspiradas en los mismos propósitos de desarticular gobiernos resistentes a los intentos de recuperar y ampliar dominios coloniales con fines geopolíticos y económicos, ha sido precisa y efectiva. ¿Le ha trazado Moscú a esos intentos una Línea Roja en Siria?

 

Las abiertas intervenciones en Irak y Libia, basadas en falsas premisas no solo agravaron los históricos conflictos religiosos y de todo tipo que asolaban la región sino que la convirtieron en un enorme cementerio, concentrando en las fronteras a millones de familias de refugiados. Una catástrofe humana provocada por quienes blandiendo estandartes de “democracia” y “derechos humanos” programaron y apoyaron las más sangrientas dictaduras genocidas en América Latina y el mundo.

 

Una prueba de esa reconocida voluntad de paz y sus persistentes acciones, que remontan las simples buenas intenciones, es el hecho de que el Primer Ministro israelí visitara varias veces Moscú en los dos últimos años, como también lo ha hecho el Presidente de Irán para abordar, ambos, temas del conflicto entre ambos países. Solo esto es motivo de elogio para el país anfitrión y su Presidente y merece los aplausos de la comunidad internacional, consciente de que una posible guerra entre Israel e Irán causaría un conflicto internacional de impredecibles consecuencias para la propia pervivencia de la vida en el Planeta.

 

Las aisladas y airadas voces de reclamos por la participación del Primer Ministro de Israel en la reciente celebración del Día de la Victoria en Moscú impregnadas con cierta dosis de antisemitismo, que no es lo mismo que anti-sionismo, no tienen lugar dentro de la fría racionalidad que debe imperar en la búsqueda de soluciones a los graves conflictos, por medio del dialogo y la negociación. Ni Irán, ni la Autoridad Palestina, ni Israel cuestionan las reiteradas visitas a Moscú de estos dos jefes de Estado, debido al respeto y el reconocimiento de los esfuerzos que está haciendo Rusia, y a la autoridad moral que le asiste a un país y a un pueblo que perdió más de 22 millones de vidas humanas durante la Segunda Guerra Mundial.

https://www.alainet.org/es/articulo/192845
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