Evaluación de la campaña electoral de los comicios legislativos y presidenciales

18/05/2018
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Ayer de acuerdo al cronograma electoral fijado por el Consejo Nacional Electoral, finalizó la campaña rumbo a los comicios legislativos (Consejos Legislativos) y presidenciales del próximo domingo 20 de mayo. Indudablemente las cartas están echadas y el país tiene una decisión tomada. Como lo señaló Cristo mientras estuvo clavado en la cruz y antes de expirar: “Todo se ha consumado, todo se ha cumplido”.

 

Evidentemente y en estricto acatamiento a las disposiciones legales que rigen en este tipo de eventos, no pretendo en estas líneas llamar a votar por ninguna de las opciones que participan en esta contienda ni mostrar ningún tipo de números o proyecciones para no incurrir en un delito electoral. Sin embargo, como introducción a próximos artículos donde realizaremos la correspondiente evaluación post electoral de cara a los posibles escenarios que pudieran generarse a partir del 21 de mayo, oportuno es formularse algunas reflexiones y consideraciones al respecto.

 

Evidentemente ayer culminó la campaña electoral, recordando que vamos a unas elecciones en un escenario no convencional, y donde nuestro país ha estado cercado y amenazado por potencias extranjeras. De allí la importancia de la participación masiva que debemos tener el próximo domingo.

 

Sin embargo, sin dejar de negar las dificultades por las que hoy el país atraviesa, y el esfuerzo que algunos líderes ponen para tratar de remoralizar y animar al pueblo, a fin de que no caiga en la decepción y la desesperanza. No obstante, hemos cumplido aquella máxima de Miranda cuando fue detenido en el año de 1812 por un grupo de oficiales patriotas, que posteriormente lo entregaron a los realistas: “Bochinche, Bochinche, este país lo único que sabe hacer es bochinche”.

 

Me inspiró observar una publicación en el muro de facebook de mi camarada y buena amiga, la profesora Luisana Colomine, quien también es una excelsa pluma y colega articulista en diferentes medios alternativos y digitales. Luisana nos señalaba en su facebook que le enviaron por correo electrónico una encuesta referida a su calificación de la campaña electoral, las cuales tenían las siguientes opciones:

 

1.- Ostentosa

2.- Sin contenido.

3.- Ajustada a la situación del país

4.- Más de lo mismo.

5.- Prefiere no calificarla.

 

Particularmente creo que la campaña electoral recién finalizada, independientemente de los candidatos y de la opción ideológica que representan, fue el reflejo no solo de las complejas circunstancias por las que el país atraviesa, sino que reflejó la tremenda crisis de liderazgo que hoy en día el país atraviesa. Creo que el debate político ha desmejorado ostensiblemente, y ojalá sus niveles puedan incrementarse posterior a estos comicios.

 

Algunos señalan que la campaña fue ostentosa, y particularmente no creo que sea tan así, ya que las modernas tecnologías de la comunicación e información permitieron, a través del uso de diferentes plataformas y redes digitales la difusión de mensajes. No obstante, el contenido en muchas ocasiones careció y eso es algo que hay que revisarse.

 

Es muy difícil no comparar esta campaña con las que por ejemplo realizó el Comandante Chávez. El gigante inolvidable era congruente entre su decir y el hacer, y sin negar a priori el otorgamiento de algún tipo de incentivo económico o de otra índole a aquellos que cumplan su derecho y deber de votar. Chávez privilegiaba el tema de la conciencia y la convicción por encima de lo pragmático y material. Apelaba a aquella máxima de Jesús, quien pese a ser tentado por Satanás en el desierto, supe decirle: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de dios”.

 

Si creo que a la campaña le faltó mucho contenido. No basta solamente con el ofrecimiento material, el cual ciertamente es importante, más no es lo más importante. Si bien es válido que cada candidato se apoye en las técnicas del marketing político, el mensaje dirigido al electorado es también un elemento que no puede ni debe descuidarse. En múltiples ocasiones dejamos que lo urgente se imponga sobre lo que es verdaderamente importante, y es algo que debe tomarse en cuenta para próximos eventos de esta naturaleza.

 

Sin duda la arenga, la consigna y el panfleto contribuyen a la agitación y es válido para un discurso de tarima, y eso puedo entenderlo. Pero una de las tareas de una verdadera Revolución tiene que ver con la transformación de la conciencia, y por ende, de la sociedad. Por ello, no solo basta el marketing político, ya que de dejar el solo marketing sin este elemento fundamental, reproduciremos inevitablemente la dominación del capital y retrocederemos a épocas que ya creíamos ya superadas. La dominación ideológica y cultural es la peor de todas las dominaciones.

 

No obstante, y siendo también justos, podemos decir que la campaña también tuvo que ajustarse a la realidad y circunstancias por las que actualmente afronta el país. No es sencillo realizar una campaña larga, extenuante y agotadora en medio de un bloqueo económico y financiero, en medio de aprovechar las debilidades estructurales de nuestra economía para tratar de doblegar la voluntad de un pueblo decidido a ser libre. A una población que resiste, pero que también tiene esperanza en que las cosas pueden mejorar, y sobre todo de un pueblo que pese a su descontento y arrecheras por las afectaciones que ha tenido en su cotidianidad, tiene conciencia de lo que está en juego y de lo que puede perder si deja la elección de su destino en manos de otros y de otras. Ese es un elemento, de las razones sagradas por las cuales luchar, y que algunos “sesudos” analistas no entienden este comportamiento de nuestro pueblo.

 

Por ello, es muy importante que el próximo domingo, el pueblo venezolano, más allá de su signo ideológico o político, debe expresar su opinión y manifestarse, para asegurar la paz, pero sobre todo la independencia.

 

Y la tarea que sin duda deberá asumir el próximo Presidente de la República Bolivariana de Venezuela que sea electo, pasa por el tema económico. Como lo señala el compañero y camarada Félix Gutiérrez en una nota publicada en el periódico digital chileno progresista, El Ciudadano: “ Las ideas sobre lo económico se debaten entre profundizar la construcción del socialismo con sello venezolano que ha imprimido la Revolución Bolivariana en las dos últimas décadas o volver al neoliberalismo con sus tesis más reduccionistas”.

 

Nadie puede negar que la principal preocupación de la familia venezolana tenga que ver con la economía. Cada vez le es más difícil al venezolano y a la venezolana alimentarse, cada vez le es más difícil el acceso a medicamentos y a otros bienes de consumo, y eso aplica para simpatizantes de la Revolución como a quienes adversan este proyecto político.

 

Las venezolanas y los venezolanos están pasando trabajo y penurias, y eso se ha convertido, autocríticamente debemos reconocerlo, en el principal desestabilizador emocional del país.

 

Después del 20 de mayo, todas y todos, y el mandatario que resulte electo tendrá la primera tarea, de gestionar un país más productivo que genere un mayor bienestar económico para el pueblo venezolano. Se debe combatir con mayor decisión las distorsiones económicas generadas por factores económicos y políticos internos y externos a Venezuela, que le otorgue a nuestro pueblo la mayor suma de felicidad y estabilidad política, como lo dijo nuestro Libertador y Padre de la Patria, Simón Bolívar, hace 199 años en su Discurso en Angostura.

 

Esa es la tarea.

 

Juan Martorano

Abogado, activista por los Derechos Humanos, militante revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas

http://juanmartorano.blogspot.com

http://juanmartorano.wordpress.com

jmartoranoster@gmail.com

@juanmartorano

 

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/192970?language=en
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