Peligra diálogo de paz con FARC en Colombia
- Opinión
El injustificado arresto de Jesús Santrich resultó de un acuerdo para que el gobierno colombiano "quedara bien" con el de Estados Unidos, según apreciación de los líderes de las FARC.
Los antiguos compañeros de armas de Seuxis Hernández, conocido por su seudónimo Jesús Santrich, de 51 años de edad, que ha sido negociador de las FARC en las negociaciones de paz con el gobierno, refutaron airadamente su arresto por cargos de traficar drogas en un complot para sabotear el proceso de paz del país. Afirman que la intriga fue tramada durante la visita a Colombia en diciembre del Fiscal General de EEUU, Jeff Sessions.
"Estamos siendo testigos de una vergonzosa subordinación del sistema de justicia colombiano al distorsionado sistema de justicia estadounidense”, declaró la FARC en un comunicado leído por Iván Márquez, jefe del grupo negociador de los rebeldes, durante las conversaciones de paz.
Según, la periodista colombiana Zheger Hay Harab, experta en estos temas, más de cien ex combatientes y simpatizantes de las FARC se reunieron en la noche del lunes 21de mayo frente al fuertemente custodiado búnker de los fiscales donde se encontraba detenido Santrich quien entonces iniciaba una huelga de hambre para exigir su liberación.
El presidente Juan Manuel Santos defendió el arresto basado en una orden proveniente de EEUU, porque -según el mandatario- “había sido necesario para dar credibilidad al acuerdo de paz, dado que los colombianos consideraban que éste fue excesivamente generoso con los rebeldes”.
"Mi mano no temblará para autorizar la extradición", dijo Santos en un discurso televisado en el que intentó compensar el servilismo argumentando que “esto es lo que demandan los colombianos”, al tiempo que ofreció seguridades a los combatientes desmovilizados de que no tenían nada que temer, si cumplían los compromisos contraídos mediante el acuerdo de paz.
Santrich, quien se unió al movimiento guerrillero a la edad de 20 años y gradualmente llegó a integrar su comando central, fue uno de los primeros líderes rebeldes en apostar por la paz. Fue a Noruega en 2012 para comenzar negociaciones con el gobierno de Colombia y luego participó en conversaciones que continuaron durante los siguientes cuatro años en Cuba.
Cuando fue arrestado por acusaciones contra él presentadas ante un tribunal federal de Nueva York, estaba en la casa cedida a él por el gobierno en Bogotá - con algunos camaradas suyos y los escoltas que el Estado le había asignado, lo que hacía redundante la comedia del despliegue de fuerza que se escenificó para su “captura” con cargos por conspirar para contrabandear cocaína a EEUU.
Incluso antes de que se conocieran los detalles del arresto, los líderes de las FARC habían manifestado que el hecho socavaría la confianza de los rebeldes desmovilizados que ya eran casi siete mil. "El proceso de paz se encuentra en un momento crítico y está en peligro de fracasar", dijo Iván Márquez, aunque reafirmó que el compromiso de las FARC con el proceso "no tiene retorno".
Según criterio de la periodista y abogada experta colombiana en estos temas, Zheger Hay Harab, las FARC contribuyeron al financiamiento de su insurgencia durante algún momento mediante un "impuesto de guerra" sobre la droga que se moviera a través del territorio dominado por ellas. Fue por ese motivo que en las negociaciones entre el gobierno y las FARC se acordó que el narcotráfico fuera considerado conexo con el delito político a fin de que los guerrilleros, y en especial sus jefes, no pudieran ser juzgados y condenados por ese delito salvo que fuera cometido con posterioridad a la firma del acuerdo.
Iván Márquez había pronosticado que “un desenlace fatal de la situación de Santrich sería también la muerte del proceso de paz.” Pero la rebeldía de Santrich no era contra la cárcel sino “contra una extradición ignominiosa que entrañe reconocimiento de nuestra incapacidad para juzgar a nuestros compatriotas y aceptar que la amañada lucha de Estados Unidos contra el narcotráfico es más importante que nuestro deber de procesar graves violaciones a los derechos humanos, reparar a las víctimas y llegar a conocer la verdad sobre estos años de guerra y muerte”.
El 17 de mayo, la Jurisdicción Especial para la Paz creada para ejercer la justicia transicional durante las negociaciones entre el Gobierno y las FARC, frenó la extradición a EEUU de Santrich. Sin embargo, el Gobierno -por presiones de Washington- ha insistido en su procedencia.
Y es a esa jurisdicción penal a la que debió ser llevado el caso inicialmente y, solo luego de comprobarse allí que los delitos fueron cometidos tras la firma del Acuerdo de Paz, procedería su traslado a la justicia ordinaria para su procesamiento.
Mayo 21 de 2018.
Manuel E. Yepe
Publicado originalmente en el diario POR ESTO! de Mérida, México.
Blog del autor: http://manuelyepe.wordpress.com/
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