Una vez más, el sector ultraderechista de los gobiernos representados en la Organización de Estados Americanos, caracterizados por el odio político contra el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, fracasaron rotundamente en las tres estrategias que se disponían ejecutar en la pasada Asamblea de esa organización, que está cumpliendo siete décadas de su fundación.

Como es conocido por todos, las tres estrategias definidas por Estados Unidos para esa asamblea fueron las siguientes: 1-Expulsar a Venezuela de la OEA, 2-Aplicar la Carta Democrática, y, 3-Aprobar un informe manipulado de cuatrocientas páginas para declarar que el gobierno está cometiendo Crimen de Lesa Humanidad, y una vez que fuese aprobado ese informe llevarían a Maduro a la Corte Penal internacional de la Haya, como hicieron en su tiempo con Gadafi para una inmediata intervención militar de la OTAN.

Ese escenario estaba tan montado que el imperio y los gobiernos miserables del grupo de Lima, conjuntamente con la ultraderecha estadounidense, decían jubilosos: Esta vez sí iniciaremos la desarticulación de la dictadura de Maduro. Habían prometido desde Donald Trump, Mike Pence y Mike Pompeo, incluso llevando a un joven inexperto en diplomacia, al cubano americano Carlos Trujillo, a declarar unas horas antes de esa vergonzosa asamblea, que aseguraba tener los votos para expulsar a Venezuela como lo habían hecho con Cuba a comienzos de la década de los sesenta del siglo pasado en Uruguay.

Detrás de las bambalinas de esas tres estrategias, estaba la oposición venezolana que vive en un exilio dorado en Estados Unidos y Europa, así como el trio cubano americano Marcos Rubio, Ileana Ros-Lehtinen y Carlos Trujillo, este último fue quemado vergonzosamente en sus primeros pasos en la OEA, después de haber sido asistente de la representante de USA en la ONU Nikki Halley, donde “trujillito” tampoco pegó una.

La carta de defunción del Grupo de Lima

El cartel de Lima, conformado por diez y siete países de América Latina, fue creado como instancia multilateral, el 8 de agosto del año 2017, en la ciudad de Lima, con la única intención abordar la crisis de Venezuela y deponer del poder al gobierno legítimo de Nicolás Maduro sumándose al bloqueo económico, financiero y diplomático promovido por el gobierno de Donald Trump. En la última Asamblea de la OEA los países más agresivos de este Cartel fueron México, Colombia, Argentina, Chile y Brasil. Estas agresiones desentonadas, sin base ética ni moral, --pues los gobiernos de esos países son los principales violadores de Derechos Humanos-- fueron respondidas serenamente y con contundencia por el canciller venezolano Jorge Arreaza. Este grupo desde su creación no ha logrado su objetivo y ha sido rechazado dentro de la misma OEA. Nuestra América, a pesar del tambaleo de algunos países que hasta ahora mantenían una posición soberana, ha cambiado para siempre y está dando un ejemplo de recuperación de su soberanía e independencia política. El Grupo de Lima pretendía aplicar la carta democrática de la OEA y más bien salió con su carta de defunción.... que en paz descanse.