El desarrollo de la gestión pública en tiempos de presión (I)

08/06/2018
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He expresado y tratado de contextualizar el actual momento político que vive el país. Sin duda es un momento complejo, duro y difícil, producto de las presiones y labor de lobby tendiente a buscar el aislamiento internacional del país. No obstante, somos gobierno y estamos obligados, en la medida de lo posible, a gestionar la crisis y solventar los problemas, sobre todo de los sectores más vulnerables de la población.

 

El pueblo dio un mandato el pasado 20 de mayo. Le otorgó una vez más un voto de confianza a Nicolás Maduro para regir, por seis años más, los destinos de nuestra Patria. Ahora, es obligación de éste, y de sus colaboradores y colaboradoras más cercanos y cercanas, cumplir el mandato popular.

 

Y es ahí donde quiero enfocarme en las próximas líneas, en lo que algunos llaman la gestión en tiempos de presión.

 

Se ha podido observar como hemos visto al Gobierno en ocasiones como paralizado en la toma de decisiones. Éstas sin duda nada fáciles y con diversos impactos, pero peor es quedarse inmovilizado. No obstante, hay medidas que en algún momento de la coyuntura, estás obligado a adoptarlas, y de situaciones complejas que sin duda hay que abordar. Lo hacen las empresas y emprendedores, y debería hacerlo el Estado.

 

Es como ese momento que generalmente vemos en las películas de acción, cuando estás obligado a desactivar una bomba, y no te queda más remedio que decidir si se corta el cable negro, el azul o el rojo.

 

En estos momentos, la bomba social toca desactivarla. Afortunadamente, la conciencia sembrada durante años por Hugo Chávez ha dado sus frutos y en seis años de su partida física, pese a los momentos coyunturales difíciles que nos ha tocado afrontar, la situación no ha logrado desbordarse.

 

Pero a la hora de tomar decisiones de alta política y alto riesgo, debe ponderarse un conjunto de causas. Algunas pueden ser de origen interno, otras de origen externo, pero, procedan de donde sea, cualquier momento de presión por el que debamos pasar requiere de decisiones audaces, y adoptadas de manera oportuna y de gestionar esas crisis y verlas como oportunidades.

 

Entre los motivos que tienen su origen en el interior, tiene que ver con factores reales de poder, el desplegar de acciones de los diferentes actores políticos y estructuras del Estado y la Administración Pública, de figuras clave en determinadas coyunturas, de la fuerte campaña de manipulación, desmoralización de la población a fin de establecer una supuesta percepción de incapacidad del gobierno de Nicolás Maduro para gestionar esta situación y procesar las demandas sociales.

 

Entre las causas externas, tiene que ver por ejemplo con la correlación de fuerzas de diferentes gobiernos, de pérdida o ganancia de aliados, el funcionamiento de ciertos y determinados órganos a nivel internacional, y eso son elementos que inciden en las presiones y en las tomas de decisiones.

 

Sin embargo, de todas las circunstancias vulnerables se pueden determinar tres tipos: Las crisis estructurales del capitalismo mundial, los cambios de correlación de fuerzas y las tensiones. Para solventarlas, tan arriesgado puede ser dilatar la toma de decisiones como adoptarlas de manera precipitada o cargadas de mucha emocionalidad. Lo mejor en estos momentos es la empatía y la templanza. De este modo, se disipan las incertidumbres y se incentiva la confianza.

 

Partiendo de esta categorización, podrían arbitrarse fórmulas para prevenir las situaciones adversas. De ahí que en el caso de las causas externas, lo mejor es continuar impulsando un mundo multicéntrico y multipolar, además de la búsqueda de aliados distintos a los habituales, además de la diversificación de los bloques de integración como mecanismos de disuasión y protección. Igualmente hay que estar atentos a la evolución de las coyunturas y dinámicas geopolíticas, ser prudentes con los convenios comerciales entre otras.

 

En cuanto a la garantía de la gobernabilidad y la gobernanza a nivel interno, la estrategia de diálogo y pacificación es acertada, además de la planificación y prever lo que pueda suceder. Es decir, que lo urgente no sustituya a lo importante.

 

Asimismo es importante tomar en cuenta que pueden surgir tensiones por la adopción de decisiones erróneas, o de la falta de seguimiento y evaluación de las decisiones adoptadas. Es importante en esta nueva etapa de la Revolución entender esto al pie de la letra.

 

No obstante, parecería ingenuo pensar que nos podemos anticipar a todas las situaciones de riesgo y momentos de presión. Lo que parece no variar es el método a aplicar, indistintamente de cuál sea la causa desencadenante de la presión. Aitziber Rivas Atroche, consultora de Equipo Humano, resume en 8 pasos el mejor método para la toma de decisiones:

 

1.- Definición y diagnóstico del problema, que te permitirá no sólo reconocer los síntomas del problema sino también las causas.

 

2.-Establecimiento de objetivos conforme a lo que se conoce como objetivos smart (específico, medible, realizable, realista y limitado en el tiempo).

 

3.- Búsqueda de soluciones alternativas haciendo acopio de experiencias pasadas, de casos similares, factores de sesgo que pueden limitarnos…

 

4.- Comparación y evaluación de las soluciones alternativas.

 

5.- Elección entre las soluciones que se han planteado.

 

6.- Instrumentación de la solución elegida.

 

7.- Seguimiento y control, observando los cambios que se generan y observando cómo afectan a otras variables de la compañía.

 

8.- Modificación de parámetros. Una vez que has elegido la alternativa óptima, te obligará a planificar otras actividades.

 

En cuanto a la persona sobre la que debe recaer el peso de la toma de decisiones en momentos de presión, apunta Rivas Arteche que algunas serán de tipo individual, conforme a los conocimientos inherentes a un cargo, pero que dependiendo de la causa del problema y del tipo de decisión, las que buscan sinergias dentro de la organización, y en este caso las de alta política del Estado, son las más enriquecedoras y las que mejor funcionan.

 

Es decir, aplicar la máxima chavista: “A problemas individuales, soluciones colectivas”.

 

 

Juan Martorano

Abogado, activista por los Derechos Humanos, militante revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas

http://juanmartorano.blogspot.com

http://juanmartorano.wordpress.com

jmartoranoster@gmail.com

 @juanmartorano

 

https://www.alainet.org/es/articulo/193386?language=en
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