Poder de la calle, contra la guerra de precios, por la paz, es el camino

28/06/2018
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El pueblo debe desarrollar formas de gobierno autónomas con respecto al Estado y el gobierno. Es deber del gobierno, rumbo al socialismo, solucionar los problemas populares, sin paternalismo, pues este es reaccionario. Los pueblos hacen la historia. El presidente Maduro sabrá resolver ese reto. Las dificultades rebasan a una burocracia pública afectada por la corrupción y la ineficiencia. Sectores del pueblo comienzan a sentirse abandonados. Incluso, temen las alzas salariales, pues los empresarios, que ya han multiplicado los precios, responden con incrementos más que proporcionales.

 

¿Se puede estabilizar la situación? Un plan para los primeros 100 días

 

Sigo insistiendo en que el gobierno debe presentar un plan de los primeros 100 días. Esto contribuiría a dar confianza en la gestión de gobierno y en su credibilidad y transparencia. Particularmente, facilita y obliga a la rendición de cuentas.

 

Sin embargo, el gobierno ha sido reticente a las observaciones que vengan de lugares diferentes a sus muy cercanos colaboradores. A la mejor tiene razón. Mi papá siempre me decía que en Venezuela lo traicionan a uno hasta los pantalones.

 

Yo creo que no hay otro remedio que amarrarse bien los pantalones o las faldas, encomendarse a las instancias superiores del universo y presentar las políticas de la manera más transparente y clara posible. Sobre todo, las interrelaciones entre ellas. Particularmente, en las políticas de precios, cambiarias, monetarias, fiscales, sobre petróleo, sobre producción y las políticas sociales. No es verdad que la mejor política social sea una buena política económica, como suelen decir los neoliberales.

 

La política social fundada en los incrementos salariales se hace insostenible en el tiempo, si los precios, el tipo de cambio y el déficit fiscal se incrementan sin contención. La balanza de pagos se desequilibra, las reservas internacionales terminan en la banca internacional y nos vamos quedando desarmados.

 

Si esto se acompaña con un pueblo que va siendo colocado en estado de Shock, la derecha ha comprobado a través del mundo que ese es el mejor camino para debilitar su resistencia. Y si la dirección política no termina de hablar claro sobre el camino que se va siguiendo, los sacrificios que ¡todos! ¡Absolutamente todos! debemos hacer, y en correspondencia con eso la extensa burocracia pública no renuncia a sus privilegios, los resultados se van haciendo inevitables.

 

Se cumple fatalmente, la máxima de Milton Friedman: en estado de shock lo políticamente imposible se hace políticamente inevitable.

 

Ahora bien, el presidente Maduro ha demostrado que sabe moverse dentro de la adversidad. ¿Podrá su equipo de gobierno?

 

¿Los “precios acordados”, es decir, negociados, son una solución?

 

Pueden ser una solución. A los grandes empresarios eso no les gusta. Ellos quieren la liberación de precios, del tipo de cambio y la reducción del presupuesto público, particularmente en lo que tiene que ver con la inversión social.

 

Ellos creen que si se toman esas medidas la situación se irá estabilizando. Es una cuestión de tiempo. Que a mucha gente del pueblo se le agote el tiempo y se quede en el camino, no es asunto que la economía pueda resolver. Para la economía en la que ellos creen, las bajas, mientras se llega a un nuevo equilibrio, el equilibrio de la muerte, son inevitables.

 

La negociación puede funcionar si mientras ella se realiza se congelan los precios y sólo se actualizarían una vez que se llegue a un acuerdo sobre precios y se obliga a los empresarios a imprimir el precio de los productos colocando la fecha en la cual son creados y con esa especificación entran al mercado.

 

¿Liberar los precios y el tipo de cambio?

 

Debo decir que no es cierto que los precios y el tipo de cambio en la relación bolívar-dólar, estén controlados. De hecho, estas relaciones se mueven diariamente sin control alguno. Lo que hay es un desbocamiento empresarial en jornadas diarias de especulación sin límite, que castigan severamente a la población sin que el gobierno haya encontrado maneras para ponerle freno. Los incrementos salariales son rebasados por los empresarios antes de que sean aprobados y luego, alguna gente humilde, echa maldiciones.

 

Se dice que hay un acuerdo con Lorenzo Mendoza. No soy de los que se alarme porque se converse con los grandes empresarios. Eso es inevitable. Son actores importantes de la sociedad venezolana. Por eso repito, es importante el plan de los primeros 100 días pues le daría transparencia a la gestión gubernamental. El presidente Maduro tiene la autoridad suficiente para hablarle al país y un pueblo bien informado sobre los planes inmediatos o por lo menos sus proyecciones, será mucho más activo y puede superar el estado de shock en el que la cúpula del poder mundial lo trata de colocar.

 

La situación no se va a ir estabilizando salvo que se dé una de estas opciones:

 

1) Que los planes de producción del gobierno se materialicen, más las comunas (mejorando la producción con apoyo gubernamental no injerencista), la sustitución de importaciones, la agricultura urbana y de verdad, con todas las manos a la siembra, más importaciones bien jerarquizadas; el corte de la transferencia de dólares al capital privado y su sustitución por créditos garantizados; combate a la corrupción con participación activa de la población y una jornada de intervención de cuentas bancarias e incautación de propiedades. En fin, una real movilización de los poderes creadores del pueblo, por fin, no con fines electorales, sino de verdadero crecimiento del poder popular y de la organización autónoma del pueblo a través de todos los rincones del país.

 

2) Que el gobierno emprenda una recuperación de equilibrios macroeconómicos, con deterioro social y la ilusión de que se corregirán antes de las próximas elecciones. Este es un camino de sangre, sudor y lágrimas. Experiencias hay suficientes. Miremos hacia Grecia, hacia la España de Rajoy, la Argentina de Macri.

 

Se podría suponer que el incremento constante de los precios que ha provocado una sobreacumulación de capital, conduciría a un crecimiento de la inversión en la producción de bienes y servicios que en el mediano y largo plazo deberían llenar los mercados con una oferta más que suficiente. Si ese fuere el cálculo, ¿eso podría explicar por qué se ha permitido que los precios crezcan libremente? Pero no creo que el presidente Maduro haya optado por una solución como esa.

 

Eso se parecería a las tesis de Obama y Trump, dirigidas a disminuir los impuestos a los ricos suponiendo que tendrán más dinero para invertir en la producción de bienes y servicios e incrementar los niveles de empleo. Pero como el capital no se invierte para beneficio social, sino para maximizar ganancias, los capitalistas prefieren utilizar sus excedentes de capital para inversiones especulativas, en lugar de arriesgarse en inversiones productivas. Es lo mismo que aquí hacen Mendoza y los demás.

 

El sentimiento de la calle

 

En la calle se siente que los precios destruyen la vida cotidiana. La gente tiene el derecho a establecer un gobierno de la calle para forzar una intervención del Estado que reequilibre la relación precios y salarios y los precios no suban por el ascensor y los salarios por la escalera.

 

El metro de Caracas, que vivo día a día, está colapsado. Desde el interior reportan graves deficiencias con el transporte diario. Ante la emergencia varios hemos planteado que se usen autobuses públicos, civiles y militares, para auxiliar a la población. Yo mismo estoy pensando en regresar caminando a la casa antes de perder tres o más horas en el metro.

 

Hasta el hospital militar se encuentra deteriorado. ¿Los mandos de la FANB van a seguir permitiendo esto? Por el contrario, deben convertir al Hospital Militar en un modelo del servicio de salud, incorporando progresivamente las tendencias no convencionales y también progresivamente, como expresión de la unidad cívico-militar, abrir ciertos servicios al pueblo. Si se derrota la corrupción, se puede hacer milagros y una revolución en la salud teniendo a este hospital como uno de los centros pilotos.

 

He sugerido medidas urgentes en el campo de la salud. He recordado que la única opción no es la medicina alopática y he señalado alternativas que pueden ser divulgadas y puestas en práctica en medio de las urgencias que tenemos. Recomiendo de nuevo que se invite a gente como Fruto Vivas, a tratar estos temas. Incluso en cadena nacional. Es el tema de las soluciones alternativas, al que en una oportunidad le dedique un libro, “Hacia una Ecología del Bienestar”. Hoy hay mucha gente, incluso más actualizada que yo, que puede hablar sobre este tema.

 

¿Crisis de los servicios públicos o profundización de la conspiración?

 

¿Es una casualidad que los servicios públicos, simultáneamente estén en crisis? No puede ser casual. O es una gran ineficiencia de quienes han ocupado esos cargos o es una conspiración, puede ser una de as formas como la guerra esté operando.

 

Hay crisis en el abastecimiento eléctrico, de agua; en el transporte; en los hospitales y el abastecimiento de medicinas, en la entrega de pasaportes y cédulas de identidad, en la industria petrolera y parece indetenible la caída de la producción de petróleo. Repito, o es una gigantesca ineficiencia unida a la corrupción o es parte de una conspiración y entonces la ineficiencia y la complicidad del dejar hacer y dejar pasar constituyen un solo problema que tiene como denominador común la acción de la quinta columna.

 

En todo caso, hay que determinar la verdad. La gente demanda una explicación pues el estado de shock al que está sometida, tiene que ver con esa crisis de los servicios públicos.

 

Los caminos que se abren

 

Hay que seguir el camino de la Coordinadora Simón Bolívar y Alexis Vive, en el 23 de enero. De la comuna “Palito Blanco”, en Zulia; de la comuna “El Maizal”, en Lara y numerosas comunas que están a la vanguardia de las luchas populares. Recordemos los art. 5°, 6°, 70° y 51°, constitucionales, que conforman una posibilidad cierta de empoderamiento de la gente. Con Diosdado y la calle la ANC debe activarse.

 

Centenares de asambleas de ciudadanas y ciudadanos, cuyas conclusiones son vinculantes, deben regarse por el país y dirigirse, entre otros destinos a la Asamblea Nacional Constituyente, que, sin duda, iría adquiriendo nuevos bríos. Solo el pueblo salva al pueblo, el pueblo puede producir para el pueblo, el pueblo puede sanar al pueblo, el pueblo puede ser fuente de amor y solidaridad, en la medida que los egos vayan cediendo el espacio para el amor altruista, dar sin esperar nada a cambio y transformemos el mandar obedeciendo por el servir obedeciendo.

 

Cuatro principios de vida

 

  1. El principio de la pared, que significa que generalmente, aprendiendo, uno se da contra la pared

 

  1. El principio del agua, que significa que el agua cuando se mueve se va transformando en una corriente indetenible y puede saltar cualquier pared. Incluso, salta y destruye represas. Se le puede detener, pero ella va, lentamente, socavando represas y si se quiere que el agua se inmovilice, hay que estar reparando las represas. Ella, el agua, silenciosamente va socavando muros de contención. Aun cuando quieta, ella no deja de buscar el movimiento libre, aun cuando tarde años. Y si se queda quieta, si se estanca, el agua se rebela descomponiéndose, se pudre.

 

  1. El principio del viento. Significa que el viento no se detiene, siempre está en movimiento. Como remolino en espiral de sueños, como tormenta que lo arrastra todo, como suave brisa que empuja las nubes y facilita la entrada del sol, de la luz, del día. En las noches murmura siempre para que escuchemos las palabras de la vida nocturna. Los a veces inescrutables sonidos de la oscuridad, que nos despiertan con acertijos que son parte del amanecer.

 

  1. El principio de la aurora, que nos dice que siempre hay un nuevo amanecer, un nuevo día, nuevas esperanzas y nuestra vida se mueve detrás de ellas, en un ciclo eterno de transformación y renacimiento.

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/193776
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