Futuro incierto de damnificados por erupción

29/06/2018
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Foto: caritasoa.org
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El pobre, el excluido, el que nace sin nada, también tiene dignidad”

Monseñor Víctor Hugo Palma Paul. Diócesis de Escuintla. 2018.

 

El Obispo de la Diócesis de Escuintla, Monseñor Víctor Hugo Palma Paul, inauguró el martes 26 de junio el mega albergue La Esperanza ubicado en finca La Industria, Escuintla. En el citado acto participaron autoridades civiles, religiosas, militares, funcionarios de la Coordinadora Nacional para la Reducción de desastres CONRED, los alcaldes de las ciudades de Guatemala y Escuintla, familias damnificadas de la erupción volcánica, rescatistas, voluntarios nacionales e internacionales de El Salvador y México.

 

Este albergue se localiza en el área urbana de la cabecera municipal de Escuintla y el terreno es propiedad de la municipalidad de Guatemala que ante la emergencia ocurrida, coordina con la de Escuintla para auxiliar a 120 familias damnificadas por la erupción del Volcán de Fuego ocurrida el domingo 3 de junio.

 

Desde el día del desastre natural y la secuela mortal derivada de la negligencia de las autoridades encargadas, la iglesia católica con el apoyo de voluntarios atiende a 620 personas en dos albergues habilitados, uno en la sede de la Comunidad carismática Canaán y el otro en el Instituto Simón Bergaño y Villegas; estas personas serán trasladadas al recién inaugurado albergue, administrado por la iglesia católica a través de Cáritas Guatemala.

 

Entre los voluntarios destacan las Hermanas de la congregación mexicana de Jesús resucitado, expertas en catástrofes como terremotos en México y Haití, donde estuvieron sirviendo a los damnificados con acompañamiento espiritual y servicios profesionales de psicología y medicina.

 

Los afectados que se trasladan al nuevo albergue, son alojados en gigantescas carpas que sirven de protección a otras más pequeñas donadas por el Gobierno de Japón, para ofrecer a las familias espacios individuales con mayor privacidad y comodidad dado que las tiendas de campaña unifamiliares están equipadas con dos catres, que permitirá a muchos dejar de dormir en el suelo sobre colchones, tal como ocurre en Canaán y otros albergues.

 

En el albergue recién inaugurado, la red de distribución de agua, el acondicionamiento de los servicios de extracción de residuos, los sanitarios, duchas, electricidad y teléfonos está a cargo de la municipalidad de Escuintla, mientras que personal técnico de la municipalidad de Guatemala apoya en la construcción de unidades habitacionales temporales que se están levantando en el citado lugar.

 

Los damnificados tienen garantizada la alimentación los tres tiempos, la que se prepara en el área de cocina anexa a otra gran carpa que sirve de comedor y salón de actividades. Una empresa nacional donó varios filtros purificadores, para asegurar a todas las personas el acceso permanente al agua potable.

 

Es indudable que pese a las limitaciones existentes, las familias ubicadas en este albergue van a mejorar las actuales condiciones de aglomeración que viven en los albergues provisionales.

 

Entre el dolor por la pérdida de seres queridos y del patrimonio familiar logrado con mucho sacrificio, los sobrevivientes intentan reponerse, recuperar el ánimo y el optimismo, confían en que vendrá un mejor futuro y que la promesa del presidente Jimmy Morales de construir mil viviendas para los damnificados, sea verdad y que se cumpla.

 

Concretar dicha promesa es tarea de largo plazo, por ello, en ese sentido el futuro para los damnificados sigue siendo incierto.

 

Guatemala, 29/06/2018

 

Factor Méndez Doninelli

Maestro e investigador.

Consultor en Derechos Humanos y métodos alternativos de resolución de conflictos.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/193802?language=en
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