Víctor Hugo Cárdenas: Revalorizar las lenguas indígenas

10/12/1998
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Educarse en la lengua materna es una de las aspiraciones de la niñez y la juventud indígena de América Latina porque les permite mantener y desarrollar su cultura e identidad. Aunque ya hay experiencias de Educación Intercultural Bilingüe, EJB, en marcha, todavía ésta es considerada como algo marginal y como “una cuestión de indígenas”. Víctor Hugo Cárdenas, ex-vicepresidente de Bolivia, actual presidente del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe, plantea que el desafío de nuestras sociedades multiétnicas, al final del milenio, es la universalización de este modelo de educación.

 

. ¿Cómo fue su experiencia en la primaria y en la secundaria?

 

Yo soy de padres y madres indígenas aymaras y en mi comunidad, a orillas del lago Titicaca, no había, en esos tiempos, escuelas bilingües, menos interculturales. La escuela que existía era en castellano, y una escuela dirigida a la pérdida de la identidad histórica y cultural de nuestra región. Sin embargo, la ventaja que tuve fue que los tres primeros años estudié con mi padre, que era profesor bilingüe, pero autodidacta y por intuición, gracias a él pude aprender a leer y escribir en castellano y en mi lengua materna, el aymara. Pero mi caso es excepcional, el común de las escuelas solo aprendían en castellano, y con un contenido curricular totalmente atentatorio.

 

. ¿Qué significa para los indígenas recibir una educación en un idioma que no es materno, que no es el propio?

 

Significa varios problemas, en primer lugar el de una elemental falta de comunicación. Si los niños y niñas de esa escuela, conocen desde su casa y desde su familia su lengua y empiezan a conocer el castellano en la feria del pueblo o en algún viaje, significa que tienen una competencia mayor en su lengua indígena y menor en el castellano, y en la escuela, al ser la enseñanza exclusivamente en castellano, tienen problemas de comunicación: no entienden todo lo que el profesor o la profesora está desarrollando.

 

El segundo problema es el de la autoestima: cuando aprenden en un idioma diferente al suyo no se fortalece la autoestima, el niño o la niña creen que su idioma y su cultura no es del mismo rango o es de un rango menor que las otras.

 

En tercer lugar, es una ruptura pedagógica porque mientras en la calle y en el campo hablan una lengua indígena y en la escuela solo el castellano, hay una ruptura que no es nada conveniente.

 

Y finalmente, el conflicto cultural, porque la lengua es portadora de cultura. Si se aprende en una lengua que no es la propia, junto a esa lengua, junto al castellano, están valores que son de una cultura ajena, o de una cultura menos conocida por esa niñez indígena, que, diríamos tiene que aprenderla un poco por imposición. Y cuando una educación genera actitudes autoritarias e impositivas, deja de ser educación, es simplemente un proceso de adoctrinamiento, un proceso de aculturación o un proceso de colonización, pero no es una verdadera educación.

 

. ¿En este contexto, cómo ve y qué importancia le asigna a la educación bilingüe?

 

Yo creo que uno de los grandes aciertos de los últimos 20 años es que este continente ha generado una propuesta bajo el título de Educación Intercultural Bilingüe, que no tiene un sentido unívoco, que significa varias cosas y que reúne a una variedad de experiencias, pero cuyo rasgo común es la enseñanza a partir de la lengua materna. Esto no significa desdeñar a aprender el castellano bajo una metodología de segunda lengua para los pueblos indígenas. La EIB también significa desarrollar el proceso educativo en un marco intercultural, es decir que la niñez indígena se sienta orgullosa de su lengua, de su cultura, pero que, como una esponja, pueda asimilar lo mejor de los valores de otras culturas.

 

En la EIB, hay un bilingüismo de mantenimiento y de desarrollo, a diferencia de otros bilingüismos que usaban también las lenguas indígenas, pero solo para acelerar o acortar el período de transición al castellano; era una castellanización, piadosa podríamos decir, que utilizaba las lenguas indígenas para borrarlas progresivamente. En cambio, la experiencia de la EIB que aunque todavía está en sus inicios va por buen camino sobre todo en países como Ecuador, Bolivia, Guatemala, México y Colombia, donde se está desarrollando en varios ámbitos: preparación de materiales, elaboración de textos o módulos educativos, capacitación de maestros, redefinición de la infraestructura educativa, promoción de la participación de la comunidad en la gestión educativa y la construcción de una política educativa estatal bajo el pilar de la EIB.

 

Lo que queda pendiente es la universalización de la EIB, para que no sea vista como algo marginal, secundario y pequeño, sino que sea el sello de toda la educación nacional. La EIB no es una educación exclusiva para indígenas, es para toda la población, la educación tiene que ser inter-cultural y bilingüe porque somos sociedades multiétnicas. Intercultural para que las diversas culturas pueda convivir dentro del marco nacional y en el espacio internacional, y bilingüe para que las lenguas maternas indígenas o no, sean el comienzo del aprendizaje, junto a otros idiomas diferentes al materno, bajo una metodología de segunda lengua, que puede ser lenguas extranjeras o nacionales.

 

— ¿Cuáles son los problemas fundamentales de la EIB?

 

Yo creo que uno de los problemas es la escasa comprensión de los niveles de decisión política sobre las virtudes de la EIB: todavía se cree que es una educación para indígenas y una educación de segunda.

 

Un segundo problema es el tremendo efecto negativo que trae la mentalidad no solo de autoridades sino también de los propios maestros indígenas que no aceptan fácilmente su identidad indígena y el desarrollo de la EIB. Creen todavía que el uso exclusivo del castellano o de otro idioma extranjero nos lleva a la modernidad y a la victoria sobre la pobreza, y no se dan cuenta que la lucha contra la pobreza no tiene por qué significar pérdida de identidad lingüística y cultural. La combinación de desarrollo, de superar la pobreza, con la identidad es todavía un desafío pendiente y uno de los rasgos de la EIB. El otro rasgo es crear condiciones para una convivencia pacífica y democrática: no puede haber condiciones verdaderas de paz, si los protagonistas de nuestras sociedades todavía tienen vergüenza de hablar su lengua propia, y todavía se ven a las lenguas indígenas como lenguas de segunda o de tercera. Esto crea desigualdad y genera frustraciones, y de ahí surgen conflictos de violencia social.

 

Y finalmente, otro problema es que en general todavía estamos dando los pasos iniciales en la formación de los docentes en este campo. Lo que se ha hecho hasta ahora es capacitación, hay que pasar a la formación.

 

- ¿Cuáles son los desafíos de la EIB a finales de este milenio?

 

Yo creo que a finales de este milenio y comienzos del siguiente hay varios desafíos. En el campo de la conducción política, los gobernantes tienen que convencerse que en Sociedades multiétnicas, si toda la educación no tiene el pilar del bilingüismo v de la interculturalidad siempre será una educación que cojee.

 

El segundo desafío es que estas autoridades puedan incorporar la interculturalidad y el bilingüismo como política transversal de los estados en el quehacer educativo.

 

Hecho este reconocimiento, el tercer gran desafío es destinar los recursos para que este proceso vaya caminando. Hasta ahora, la mayoría de los proyectos están caminando con cooperación extranjera y con contraparte nacional, pero esto tiene que invertirse poco a poco para que nuestros países financien la implementación de este proceso.

 

A nivel de sociedad, queda pendiente que ésta en su conjunto se interese por dar una atmósfera favorable a la EIB.

 

Y finalmente, otro desafío es aumentar la cantidad de producción de materiales escritos y audiovisuales en lenguas indígenas. La mayoría de lenguas indígenas ya tienen alfabeto escrito, así que ya no hay pretexto para no escribir, porque antes decían los escritores, los intelectuales, dirigentes indígenas que no podían escribir porque no había alfabeto. De la historia oral de estas lenguas indígenas, ahora tenemos que pasar a la dinámica escrita. Lengua oral y lengua escrita tienen que desarrollarse plenamente.

 

 Hay todavía escasez de materiales escritos en lenguas indígenas, hay que estimular a los escritores indígenas a que escriban no solamente cuentitos, poesías y leyendas, que es también una forma de minimizar y desvalorizar a las lenguas indígenas, sino libros de todas las ramas y en todas las materias: física, química, matemáticas de alto nivel de abstracción, tecnologías. Todo esto se puede hacer en las lenguas indígenas. De hecho, ya hay experiencias en marcha. Unos preguntan cómo se puede decir seno, tangente, logaritmo o raíz cuadrada en lenguas indígenas, hay diccionarios para estas expresiones y no muchos los conocen. Entonces la producción de material, de diccionarios, de vocabularios especializados, de recuperación de la creatividad de estas lenguas es otra tarea pendiente.

 

 

Publicado en el Servicio Informativo Nº 285, ALAI, 10-12-1995, Quito

 

https://www.alainet.org/es/articulo/193959
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