Claves para entender el Carnet de la Patria

08/08/2018
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La ejecución el día sábado 4 de agosto de un atentado terrorista, destinado a convertirse en un magnicidio ha colmado toda la prensa nacional. Su explicación, los sujetos involucrados así como las vías para su preparación y financiamiento son el centro de la prensa favorable al chavismo, así como, una especie de guerra de versiones contrapuestas ocupan la prensa de oposición pero la verdad es que la semana anterior, es decir, hasta las cinco de la tarde de ese sábado los temas nacionales eran distintos.

 

Uno de ellos estaba centrado en el Carnet de la Patria, en su legitimidad y su uso. Este es un debate que nació con el instrumento en enero de 2017, que tuvo un importante repunte en el marco de las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente cuando fue denunciado por Eva Gollinger y hace apenas unas semanas cuando fue uno de los temas que fueron abordados en el informe aparecido en junio de 2018, bajo el sello del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU.

 

Sobre ese tema, en un artículo para Misión Verdad, publicamos una síntesis del cuestionamiento que había realizado el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, que reproducimos a continuación:

 

El Carnet de la Patria fue mencionado cinco veces en el informe presentado por el Alto Comisionado de DDHH de la ONU, Zeid Al Hussein, señalando sobre el mismo lo siguiente [1]:

 

El Carnet de la Patria también se ha solicitado como condición para poder recibir las cajas CLAP. Si bien esta estrategia podría considerarse como una forma de digitalizar y organizar la información sobre los beneficiarios de los programas sociales, ha habido varias denuncias por el uso de este documento con fines políticos. En los testimonios recopilados por el ACNUDH se destaca que el Gobierno ha utilizado las estructuras locales del PSUV para realizar el proceso de registro, y que durante las elecciones regionales y municipales se había pedido a las personas que activaran su Carnet de la Patria en los llamados “puntos rojos”, que eran tiendas de campaña administradas por miembros del partido gobernante, ubicadas en las inmediaciones de los colegios electorales. A pesar de las garantías del Gobierno de que el voto sigue siendo confidencial, muchas personas creen que pueden ser excluidas de los programas sociales si no votan por el partido oficial. Durante los mítines electorales, el presidente Nicolás Maduro prometió que quienes votaran por él recibirían un obsequio especial a través del Carnet de la Patria.

 

El Gobierno ha creado el Carnet de la Patria, que es un sistema de identificación mediante el cual se registraron alrededor de 16 millones de personas, a las cuales se les proporcionó una tarjeta personal que permite acceder a los programas sociales. Desde agosto de 2017, las transferencias en efectivo a grupos específicos, como mujeres, ancianos, jóvenes y personas con discapacidad, han aumentado a través de este sistema.

 

La situación de escasez, agravada por una corrupción desenfrenada, ha incentivado el desarrollo de un mercado negro de medicamentos que no están debidamente certificados o cuya fecha de caducidad ha expirado. En febrero de 2016, el Gobierno estableció una línea telefónica directa para las personas que necesitan obtener medicamentos a precios asequibles. Sin embargo, el ACNUDH recibió información según la cual sólo quienes tienen el Carnet de la Patria pueden acceder a este servicio.

 

Siendo que es ahora, en el marco del Censo Nacional del Transporte que desde Venezuela, en especial abogados y personeros políticos dirigen sus cuestionamientos en contra del Carnet de la Patria, acusando al gobierno, de utilizar este documento a los fines de excluir o presionar a los ciudadanos.

 

Es por ello, que pretendemos hacer una valoración del Carnet de la Patria como un instrumento, en específico como estrategia a la cual, el presidente Nicolás Maduro apostó para utilizar la tecnología para cambiar los mecanismos de acceso a la protección social del pueblo.

 

El Carnet de la Patria, sostuvo el Presidente en aquel momento, es un documento de identidad con el objetivo de mejorar la eficacia de los programas sociales. Tras su creación, siguió un proceso de censo llevado a cabo por el Movimiento Somos Venezuela y la asignación de bonos o cupos en los programas *0800-SALUD-YA, la Misión Hogares de la Patria, pensiones para adultos mayores, juguetes para niños y niñas en Navidad, cupos universitarios, así como empleos en el marco del plan Chamba Juvenil.[2]

 

Por lo tanto, el carnet de la patria es un documento que podría -o no- sustituir en el futuro la cédula de identidad pero es un documento de identificación y sobretodo un soporte físico portable de una codificación vqr en la que reposa la información social y económica de una persona, como mecanismo de valoración de la misma a la hora de ser incluida en los programas prestacionales del Estado. Es importante valorar que hasta el presente no existe norma alguna que refiera que es obligatorio sacar el carnet de la Patria aunque si se ha visto de manera creciente que para beneficiar de un programa se exija su presentación puesto que se ha desarrollado bajo un razonamiento en el cual las personas son libres de renunciar a las prestaciones complementarias que otorgan los sistemas de misiones. Entreviéndose que en el caso planteado con la gasolina sería lo mismo, existiría la posibilidad de renunciar a disponer de un subsidio a la gasolina que será determinado en función de los distintos indicadores sociales que contiene esa data.

 

Si lo analizamos así, sin tanto ruido las cosas comienzan a verse de otro modo porque en muchos países existen varios documentos de identidad de las personas. Incluso en países que no tienen equivalentes a nuestra cédula de identidad, como en los Estados Unidos, es obligatorio tener un número de seguridad social que refiere a un expediente donde se encuentra la misma información que la que contiene en la actualidad el carnet de la patria.

 

Este es un dato mayor para pensar el Carnet de la Patria porque las matrices de opinión mediática juegan con varios temas. El primero, es que el Estado posee y de hecho tiene la obligación de tener información sobre los ciudadanos, esto es lo que jurídicamente se llama habeas data y esta información debe estar disponible para que sea consultada por cada persona. Esto es uno de los servicios que presta la Plataforma Patria cuando en un solo clic nos muestra al menos una parte de la información que sobre nosotros reposa en el Estado.

 

Luego, es que el Estado tiene una gran información sobre todos nosotros, seamos particulares o funcionarios. Eso basta con entrar con un número de cedula a la página del CNE, o consultar las fórmulas del sistema del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales o entrar al portal del SAIME y de la Contraloría General de la República para saberlo. También, basta abrir nuestras carteras para ver que la información de nuestros vehículos reposa en el Instituto Nacional de Trafico Terrestre. Por lo cual, el carnet de la patria y estas jornadas no son otra cosa que, habiendo fracasado los múltiples intentos de hacer interconectadas e interoperativas las bases de datos del Estado, hacerla mediante la solicitud de información actualizada a los particulares. Esta, de hecho es una lectura válida, se trata de una jornada masiva de actualización de datos, como la que hacemos cada tanto en los bancos.

 

No es evidente hasta el momento si el carnet de la Patria es un documento para sustituir nuestra antigua cédula de identidad. Es interesante recordar que antes del anuncio del carnet, se debatía si la cédula debía ser transformada en un documento electrónico que incluyera básicamente los mismos datos que ahora reposan en el carnet.

 

Quizás también es este un buen momento para recordar que la cédula no es tampoco un documento que haya existido toda la vida. La primera vez que se habló de algo así en Venezuela fue en el año 1924, cuando el Dr. Guillermo Pablo Soublette, propuso al Ministerio de Relaciones Interiores, la creación de una Oficina de Identificación científica de los venezolanos con el propósito de otorgar el “carnet de identidad”. [3] No siendo sino hasta el 3 de noviembre de 1942 que se ceduló al primer venezolano, el Presidente de Venezuela, General Isaías Medina Angarita, que tenía el número de cédula 0001. [4]

 

Con eso en mente, si miramos hacia atrás recordaremos la lucha del Presidente Chávez a través de Misión Identidad para cedular al mayor número posible de venezolanos porque para 1998 eran miles las personas, en especial de las comunidades indígenas, que nunca habían recibido su documento de identificación.

 

La identificación, finalmente, no es más que un elemento del derecho humano a la identidad que tiene cada persona para poder ser considerada como parte de una comunidad, titular de derechos que obligan al Estado a diseñar políticas públicas que le permitan gozar de los derechos que derivan de su dignidad.

 

Las formas de identificación, como vimos tampoco son uniformes en todo el mundo. Siendo tan sólo el pasaporte el documento que ha logrado tener una forma más homogénea y esto en un tiempo que tampoco es tan remoto porque el pasaporte se establece en el derecho internacional, en el período comprendido entre las dos guerras mundiales, con los fines de darle a los ciudadanos de algunos países un escudo de protección diplomático y a otros, para cerrarles las puertas de los países a los que quisieran dirigirse. [5]

 

Pero usted puede preguntarse porqué les hablo del pasaporte y eso es porque, este documento universal también ha integrado elementos de la tecnología como microchips, hologramas, fotos biométricas y códigos de barras, los cuales han sido aceptados e incluso exigidos por distintos países para permitir que los viajeros ingresen en su territorio.

 

Este es el tiempo que vivimos, el de la big data y de los Estados dotados de mecanismos como video vigilancia en las ciudades, bases de adn, bancos de células madres. Papelitos como los pasaportes, las tarjetas del seguro social, la licencia de conducir o el carnet de la patria que sirven para ordenar la información que tienen de las personas y crear políticas públicas.

 

Por cierto, finalmente, ¿Por qué existe esta nueva cosa de asociar la gasolina y los clap al carnet de la patria? Si esa fuera nuestra última pregunta la respuesta estaría asociada con la necesidad de la optimización de la política del Estado, en materia de protección social de los sectores desfavorecidos. Esa es la finalidad de integrar esa información, buscar que el mercado supere el estado de inoperatividad en el que se encuentra sin sacrificar a la población así como intervenir en apoyo de las personas que enfrentan una contingencia, como el desempleo, la enfermedad o la vejez. Por eso, volvemos a la escena de la película, siempre es cosa de dar el número de la seguridad social.

 

Notas

 

 

[1] http://misionverdad.com/opinion/criminalizar-el-aguante-la-onu-contra-el-carnet-de-la-patria-y-ii

 

[2] https://www.telesurtv.net/news/Para-que-sirve-el-Carnet-de-la-Patria-Logros-de-la-cedula-revolucionaria-de-Venezuela–20180115-0011.html

 

[3] http://www.saime.gob.ve/institucion/resena

 

[4] https://www.actualidad-24.com/2011/09/primera-cedula-de-identidad-emitida-en.html

 

[5] https://www.nationalgeographic.es/viaje-y-aventuras/2017/05/la-controvertida-historia-del-pasaporte

 

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/194593?language=en
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