Cajas de Ahorro en Venezuela: ¿Qué hacer?

27/09/2018
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El patrimonio de las Cajas de Ahorros en Venezuela está siendo devorado por la hiperinflación. Los ahorros de toda la vida de los trabajadores y las trabajadoras y por ende de sus familias ahora valen muy poco. Para ilustrar esta afirmación, expondré que en la Caja de Ahorros donde estoy asociado, en los próximos dos meses voy a ahorrar más de los que poseo en haberes después de siete años aportando el doce por ciento de mi salario y con un aporte del patrón equivalente.

 

En este escenario de crisis económica la operación de las Cajas de Ahorro es sumamente limitada, por un lado, porque los instrumentos de inversión en el ámbito financiero presentan rendimientos ínfimos y por otro encontramos que las capacidades y las opciones de inversión son reducidas. En el ámbito financiero las cuentas de ahorros y otros instrumentos (como las ofertas en el mercado de valores) no superan el catorce por ciento en rendimientos anuales. Los préstamos que otorgan estas asociaciones a sus afiliados y afiliadas tienen una tasa de interés que no supera el doce por ciento. El Gobierno Bolivariano ofertó la participación en la compra Petros, que aún no se ha concretado; ahora se está en trámites de hacer colocar un segmento del patrimonio en la oferta de oro, mediante certificados. Adquirir inmuebles es prácticamente imposible, dada las pautas previstas en la Ley de Cajas de Ahorro, Fondos de Ahorro y Asociaciones similares. La fracción del patrimonio de nuestras asociaciones presupuestado para inversión en instrumentos no financieros es extremamente limitada ante las escasas ofertas de productos o servicios en el mercado formal y menos en el especulativo, dado los costos crecientes.

 

En contraparte los costos de personal, insumos, servicios, entre otros gastos siguen muy de cerca a los ingresos. Aun así, la mayoría de las Cajas de Ahorro siguen solventes, puesto que no reportan perdidas. Se sigue resistiendo, incluso a costa de hipotecar o liquidar parte de los bienes; pero ante este panorama es licito interrogarse ¿Es válido participar en una Caja de Ahorros?, ¿Qué hay hacer diferente en la gestión de las Cajas de Ahorro en Venezuela?

 

Participar en una Caja de Ahorro hoy y antes sigue siendo válido, de hecho, existen 1.498 organizaciones conformadas en nuestro país, donde estamos aproximadamente cuatro millones de asociados y asociadas. Estas organizaciones no solo una forma de ahorro individual, sino un espacio para accionar en el ámbito económico con una lógica alternativa al lucro mercantil. Por otro lado, estas organizaciones tienen reconocimiento constitucional como “medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía” en el ámbito social y económico (Art. 70 y 118 de la Constitución de República Bolivariana de Venezuela, 1.999).

 

Sin embargo, es necesario tener una mirada auto-crítica sobre las operaciones de las Cajas de Ahorro, las cuales se han incorporado en un enfoque que podemos calificar de rentista, en el marco de una historia y cultura prevaleciente en nuestro país. Enfoque que hoy, como hemos visto está en cuestión por la realidad existente. Dicho esto, considero que las Cajas de Ahorro que no amplíen su radio de inversión solo será cuestión de tiempo para que comprometan efectivamente su solvencia.

 

Una premisa en los presupuestos de inversión en las Cajas de Ahorro siempre ha sido la diversificación, de tal manera que no se propone suprimir ciertas estrategias, sino explorar otras. Y este es otro momento adecuado, pues frente al próximo aumento del patrimonio, dado el aumento del salario en el marco del “Programa de recuperación, crecimiento y prosperidad económica” impulsado por el gobierno bolivariano, hay que tomar medidas oportunas. Una vía necesaria en es que las Cajas de Ahorro acompañen y financien emprendimientos que sus asociadas o asociadas se propongan (bien sea de carácter individual o colectivo) con el objeto se generar bienes y servicios que estén conectados en primeras instancias con las necesidades de la población. En este sentido nuestra Caja de Ahorros empieza a transitar.  Incluso el apoyo a emprendimientos de terceros en la misma orientación. Significa en pocas palabras financiar las actividades que sean susceptibles de generar riqueza, mediante la provisión de bienes y servicios adaptados a la realidad del mercado nacional y porque no internacional.

 

La inversión también se puede dar en el marco del impulso y creación de consorcios entre Cajas de Ahorro, en este sentido expongo como ejemplo una iniciativa: la creación de clínicas financiadas y operadas por consorcios de Cajas Ahorros. Con una parte del patrimonio destinado a la inversión de cada Caja de Ahorro, se puede constituir un consorcio que con su capital adquiera instalaciones, equipos, contrate personal y gestione la provisión de servicios de salud que pueda ser competitivos con la red de clínicas privadas con precios especulativos. Y de esto último tenemos referentes nacionales y hemisféricos de donde aprender. En suma, a las Cajas de Ahorro también le aplica aquel difundido consejo del maestro Simón Rodríguez: “Inventamos o erramos”.

 

Jesús A. Rondón, es Vice-Presidente del Consejo de Vigilancia de la Caja de Ahorros de los Trabajadores y Trabajadoras del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales. Esta nota refleja exclusivamente su opinión.

@jxrondon

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/195593
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