Los miles de venezolanos que emigran a los países vecinos, no son un invento propagandístico de la CIA; son una realidad, como lo demuestran  las reacciones y las medidas tomadas por los países receptores de esa emigración.

Cuando la gente emigra en masa, es un fuerte indicio de que las cosas en el país del cual emigran no andan bien. Como yo hace 25 años que no vivo en Venezuela, no puedo señalar por experiencia propia las cosas que no andan bien en mi país. Debo usar como fuente informativa lo que me dicen parientes, amigos y lo que publica la prensa.

De esas fuentes deduzco que hay escasez de muchas cosas básicas importantes; como escasez de pan, escasez de papel higiénico, escasez de medicinas corrientes y mal funcionamiento de los servicios públicos esenciales; como suministro  de electricidad y agua. Esas fallas no pueden ser atribuidas al supuesto bloqueo norteamericano a menos que nos tomen por débiles mentales; no es culpa de los gringos que Maracaibo se haya convertido en una ciudad inhabitable por falta de suministro eléctrico.

 Tengo una prima que es programadora informática y se mudó de California a Maracaibo, para elaborar allí un programa que contrató con una empresa frutícola  californiana; según me cuenta resolvió elaborar el programa en Maracaibo, porque conoce bien la ciudad y como trabajó allí hace años, guardó  contacto con  técnicos y colegas de excelente calidad profesional, que están felices de trabajar por un salario en dólares, aunque no sean muchos.

Me cuenta la prima que sus colaboradores llegan en la mañana a la oficina agotados y ojerosos, porque duermen muy mal a causa de que,  sin electricidad, no pueden usar el aire acondicionado y como en Maracaibo las temperaturas suelen rondar los 40, deben abrir las ventanas, para refrescarse. Con la brisa,  entran también nubes de mosquitos que zumban y pican toda la noche. A mi prima eso no la afecta porque se aloja en un hotel que tiene planta eléctrica propia.

Es perfectamente lógico asumir que la escasez de productos de primera necesidad y el mal funcionamiento  de los servicios públicos indispensables, no son una política deliberada del gobierno del Presidente Maduro, como pretenden en Washington y como vocifera la oposición. Lo lógico es asumir que a Maduro y sus ministros les gustaría tener al país bien surtido y bien servido. Para resolver un problema cualquiera,  el primer paso es reconocer que existe y reconocer que las políticas que los crean no dan buenos resultados. El modo más dañino de actuar es prolongar y ampliar los  fracasos pretendiendo que no existen  y perseverar en los errores; como decían los curas, cuando aún sabían latin: Errare humanum est perseverare diabolicum.  Otra postura equivocada para perseverar en los errores, es el recurso infantil de culpar a otro de los fracasos de las políticas; sobre ese tema hay un fenómeno más perverso aún: creerse las propias mentiras exculpatorias.

Como hace mucho que no vivo en Venezuela y me gusta formarme opiniones por observaciones directas. Durante mi ausencia del país permanecí 22 años en Ginebra. Ginebra el lugar más adecuado para observar la política internacional; porque es allí donde funcionan la mayoría de los organismos  multilaterales; qué son el eje más trascendente de la política internacional.

Durante los primeros años de este siglo XXI, a cualquier observador del escenario internacional, causaba perplejidad la enorme proyección de Hugo Chávez en el concierto internacional. En esos años, Chávez rompía con viejos errores proponiendo iniciativas acertadas como la adherencia de Venezuela a MERCOSUR y su salida del Pacto Andino (en MERCOSUR Venezuela se  asocia con economías complementarias; en el Pacto Andino, Venezuela se asociaba con competidores que manufacturan casi los mismos productos y eso dificulta el comercio interno del bloque por falta de complementariedad).  Era la época en que Chávez proponía Petro-Caribe, ALBA. UNASUR y la red fluvial suramericana. Ese dinamismo en diplomacia económica regional  contrastaba con la insignificancia de Venezuela en la diplomacia  multilateral que tiene lugar en Ginebra., Como admiraba las iniciativas regionales de Chávez y notaba la discrepancia, entre el dinamismo diplomático regional y  la apatía en el área económica multilateral. Me deje caer un día por la Misión de Venezuela en Ginebra para ver si averiguaba el porqué de la ausencia de Venezuela en el ámbito de la diplomacia económica multilateral y explicarme  esas discrepancias en la política exterior chavista: muy dinámica  en el ámbito regional  y totalmente pasiva en el ámbito multilateral. Creí haber encontrado una respuesta en la escasa preparación técnica y cultural del personal de la Misión de Venezuela en Ginebra

 Es  notoria la ausencia de Venezuela en los organismos multilaterales de índole económica con sede en Ginebra, tales como: Organización Mundial del Comercio-OMC-, Organización Mundial de la Propiedad Intelectual –OMPI, Comisión de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo-UNCTAD, Organización Internacional del Trabajo-OIT. Durante el tiempo que trabajé en Ginebra vi desfilar una larga serie de  embajadores venezolanos acreditados ante los organismos  multilaterales con sede en Ginebra. Hay dos cosas que todos tenían en común: ninguno, hablaba el  inglés y todos ignoraban los aspectos técnicos de los asuntos que allí se debaten y negocian .Pero todos concentraban su atención  en el tema de los Derechos Humanos (un asunto frivolizado porque es siempre manipulado con fines propagandísticos y en los raros casos en que hay una condena no pasa nada). Entre las cosas inadmisibles en ese tema está el apoyo de Venezuela, para que un notorio violador de toda clase de Derechos  Humanos, como Arabia Saudita, presida el panel que decide sobre los casos que serán admitidos a la consideración de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Cosas veredes

Esas observaciones sobre lo que sucedía en la política exterior  de la Venezuela bolivariana   en Ginebra  me permitieron entrever lo que puede ser la causa del fracaso de las políticas del Gobierno de Maduro, en cuanto al abastecimiento  básico y servicios públicos esenciales. Recordemos que Maduro era el Ministro de Relaciones Exteriores durante la época a la que me refiero. Un  detalle que pude percibir en ese trocito de la Venezuela bolivariana que tenía presente, fue que   la falta de conocimientos lingüísticos y técnicos era casi general en todo el personal directivo del Ministerio. Un error garrafal, que influía en el aislamiento diplomático de Venezuela a la hora de necesitar durante cualquier debate  el apoyo de potenciales aliados: como podrían ser China, Eran, Rusia o Sudáfrica. Esos apoyos tácticos  urgentes se tratan  directamente entre jefes de misión (a las embajadas ante organismos multilaterales  se les llama misiones). Es improbable que los embajadores de esos países ante los organismos multilaterales con sede en Ginebra hablen español, pero es seguro que hablan inglés. Porque, aunque no nos guste, el inglés es hoy día el lenguaje de la diplomacia internacional. Por no tener eso en cuenta Venezuela se quedó aislada y sola cuando fue condenada en la supervisión periódica en la Organización  Internacional del Trabajo por falta de equidad laboral.

En todas las cancillerías de los países contrarios al imperialismo de los Estados Unidos, la Dirección de Asuntos multilaterales es la más importante, porque es sólo en el ámbito multilateral donde se pueden lograr alianzas que mitiguen la hegemonía anglosajona. Por ello, tanto Rusia como China abogan por debatir y negociar las soluciones a los problemas mundiales en los foros multilaterales, como un camino hacia un mundo multipolar. En cambio es un hecho bien conocido  que en la Cancillería venezolana de Maduro,  el Director de Asuntos Multilaterales es, creo que todavía, un antiguo sindicalista, amigo suyo, sin la menor experiencia diplomática, que tampoco habla inglés, por lo que no puede estar informado oportunamente de  todos los documentos y propuestas que se presentan, que suelen estar redactados originalmente en inglés. Es verdad que todos esos papeles son traducidos al español, pero para cuando se distribuye  la versión en español,  ya casi todo esta cocinado en conciliábulos donde se dialoga en inglés en los corredores, pasillos y cafeterías de los organismos internacionales. En diplomacia, como en los deportes, la anticipación es la clave de la victoria.

He traído a colación estas observaciones ginebrinas, porque dejan entrever lo que puede ser la causa de la escasez y fallas de los servicios públicos de Venezuela. Me refiero a la debilidad del Presidente Maduro  por el amiguismo y su tendencia a preferir  la lealtad personal e ideológica a la eficiencia técnica y administrativa.  Un ejemplo reciente y  que me asombra, es que, siendo la falta de  alimentos y de otros productos básicos el más grave problema que azota el país, el Presidente Maduro haya  nombrado, no hace mucho tiempo, como Ministro de Producción a un amigo y medio pariente  suyo. Se trata  de una persona conocida mía y de quien me consta que no tiene experiencia en producir alguna cosa. En Venezuela abundan los profesionales y empresarios con capacidad y experiencia capaces de  administrar con eficacia esas empresas estatizadas que antes abastecían medianamente las necesidades del país. Esas empresas fueron estatizadas justo porque eran consideradas estratégicas, por ese mismo motivo el fracaso en su gestión  empresarial tiene repercusiones  sobre toda la economía venezolana. Pero para cambiar la situación de desabastecimiento general  de bienes y servicios básicos, es indispensable abandonar esa política de amiguismo que prefiere y tolera las  ineficiencias administrativas de  personas cuya única credencial es la  confianza personal del Presidente Maduro. El amiguismo  es una política muy alejada  de la doctrina socialista, pero cuyos efectos negativos en un régimen que se proclama socialista tienen el efecto  de  desacreditar el socialismo, presentándolo como sinónimo de escasez de bienes de consumo e ineficiencia en los  servicios públicos.