A los que hace 25 años bregaron por la liberación del general

Gallardo y el cese del hostigamiento ministerial (castrense y civil), político

y comercial en contra de Forum, y ocho años más tarde lo conquistaron.

Justo en la víspera de que 280 mil militantes puedan acudir a las urnas para elegir al presidente de Acción Nacional y su Comité Ejecutivo, de entre Manuel Gómez Morín Martínez del Río y Marko Cortez Mendoza, el otrora presidente (“haiga sido como haiga sido”) Felipe Calderón anunció que convertirá en partido la asociación civil Libre, misma que dirige su esposa Margarita Zavala, políticamente subordinada al sujeto que en aras de legitimarse en la Presidencia y pagarle una factura a George W. Bush, condujo a México a la guerra contra el narcotráfico y una docena trágica en la que sigue inmerso con Enrique Peña Nieto.

Calderón Hinojosa, también expresidente del PAN y como titular del Ejecutivo primer panista que ponía y disponía a su antojo, retomó su proyecto anunciado en 2015, ahora con el señuelo de crear una organización que pueda ser “escuela de ciudadanía y aglutinar a los ciudadanos” e hizo el anuncio a Ciro Gómez Leyva, periodista clave en el montaje mediático de 2006 desde CNI Canal 40. Y las deferencias que ambos se guardan son públicas.

Por si no fuera suficiente, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación multó a Ricardo Anaya por calumniar durante el tercer debate presidencial al empresario José María Riobóo, para atacar a Andrés Manuel López Obrador. Además, el TEPJF revocó la decisión de la Comisión de Justicia del PAN que confirmó la expulsión de los exsenadores Ernesto Cordero y Jorge Luis Lavalle, así como de la exdiputada federal Eufrosina Cruz por adherirse a la campaña de José Antonio Meade. Esto obliga a la burocracia panista, partido que administra una docena de familias, a revisar los tres casos de manera particular y exhaustiva para que defina si procede o no la sanción.

En la recta final de la puja por encabezar al PAN, el nieto de su fundador Manuel Gómez Morín, ratificó su desacuerdo con que el grupo que llevó a la peor derrota al PAN el primero de julio participe en la contienda interna: “Todavía se atreven y creen que tienen la autoridad moral para participar en este proceso y pedirle el voto a la militancia”. Por el contrario, deben ofrecer una disculpa a los panistas y a los mexicanos por las malas decisiones que tomaron.

Y no le falta razón. Tanto Anaya Cortés como su estratega Jorge Castañeda todavía no dan una explicación satisfactoria o no, pero explicación al fin de los porqués y los cómo llevaron al PAN a la “peor derrota de su historia”. Y el doctor Castañeda vive de opinar sobre casi todos los temas del acontecer nacional y de la aldea global, mas padece de incontinencia verbal o no conoce el respeto a sí mismo, las audiencias y lectores, porque no dice una palabra sobre el apabullante revés que le propinó Andrés Manuel, así como a su asesorado y partido.

Si bien no simpatizo con el empleo del argumento sobre “la autoridad moral”, que en este caso la reconoce o quita sólo el voto de los militantes panistas, no los contendientes, el hecho sobresaliente es que Marko Cortez es el diputado que institucionalizo “los moches” en San Lázaro para bajar recursos federales para los alcaldes y gobernadores panistas, cobrándoles un porcentaje. Y como bien define Manuel Gómez, es del mismo grupo de Anaya que la institucionalizó y se apoderó de la dirigencia del blanquiazul.

Utopía 2041. 9-XI-18

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